La Fiesta de la Cosecha tuvo un cierre que hasta el mismo Astor Piazzolla aplaudiría de pie, ya que Elena Roger y Escalandrum, junto a la Filarmónica de Mendoza enamoró a todos los que estuvieron en el aeropuerto Francisco Gabrielli con esos tangos inmortales.
Desde la prueba de sonido se podía percibir que este recital sería algo inolvidable para los sentidos, ya que Elena probó varios tantos, pero siempre con su mano en su panza, como tranquilizando a ese bebé de siete meses.
Horas después, ya con su vestimenta de gala, la oriunda de Barracas demostró porque es imposible no enamorarse de ella.
En la primera canción emocionó a todos con la versión de “Pajaros perdidos”, siguió con “Chiquilín de Bachín” y cautivó a todos con “Milonga de la anunciación”, ya que por momentos bailó a pesar de la panzota de embarazada.
Uno de los momentos más importantes de la noche fue cuando Piazzolla se puso celoso de Mercedes Sosa, ya que Elena invitó a músicos mendocinos comandados por Polo Martí y Ricardo Vaccari. “Espero que les guste ya que esta zamba la aprendí sólo para esta ocasión” contó Elana antes de tocar “Zamba de los adioses”.
En uno de los descansos de la futura madre, Pipi Piazzolla y los Escalandrum desplegaron su magia con “Libertango” y después todo comenzó a subir de temperatura con “Preludio para el año 3001” y con “Adiós Nonino” con el delicioso agregado del violín del maestro Pablo Saravi, quien volvió a Mendoza especialmente para este concierto.
El cierre fue un éxtasis cuando Elena recitó: “Las tardecitas de Buenos Aires tiene ese que se yo, viste?”. Allí el espíritu de Astor Pazzolla se juntó con la voz aguardentosa del Polaco Goyeneche para despedirse de Mendoza con “Balada para un loco”.
El público, de pie, despidió a Escalandrum y a una Elena Roger lograron que en la ciudad del gato y la tonada se festejara el tango como si fuera nuestra música de cabecera.
Así fue el final con "Balada para un loco":
La Filarmónica e Ini Ceverino también dejaron su sello
La Orquesta Filarmónica de Mendoza abrió la noche con una selección de obras clásicas, donde se destacaron la presencia de Pablo Saravi y del director de la Filarmónica de Buenos Aires y director del Teatro Colón, Arturo Diemecke.
Después, para el momento de la cosecha, llegó Ini Ceverino acompañada por Franco Navarro, Raúl Reynoso y Rubén Martínez en las guitarras junto a Ricardo Vaccari en la percusión.
Allí se hizo presente el folklore que no puede faltar en la época de vendimia y uno de los momentos más emotivos fue cuando recordaron al recientemente fallecido Jorge Marziali y cuando, junto a la Filarmónica, interpretaron “Compadre del sol”, con arreglos de Polo Martí.
