"Me costó llegar a Mendoza", dice del otro lado del teléfono Elena Roger (43). Su voz, al igual que cuando canta, es firme y atmosférica. Un caudal irreversible; impensado si la viéramos salir al escenario así, pequeña como es.
Ni hace falta presentarla, quizás: es una de las cantantes más aplaudidas de nuestro país, y fuera de nuestra geografía también. Podría decirse que tocó el cielo de su oficio en Broadway, donde interpretó a la Evita de Andrew Lloyd Webber al lado de Ricky Martin; y si bien es una referente mundial en el teatro musical, las tablas porteñas también la conocen muy bien (Mina... che cosa sei?!, Piaf, Lovemusik), e incluso ha hecho tele y cine.
Una carrera infatigable.
Y ahora será la gran estrella invitada de una nueva edición de la Fiesta de la Cosecha, que se realizará el miércoles que viene en el viñedo del aeropuerto provincial. Actuará junto al sexteto Escalandrum, con el que lanzó en 2016 el disco 3001 (fue nominado en los últimos Premios Gardel a Mejor Álbum del Año, al lado de 11 de Abel Pintos y Naranja persa de Ciro y los Persas).
Algo de este repertorio "tanguístico", con cierto vuelo de jazz, se escuchará el miércoles, en un escenario que verá pasar a destacados artistas (ver detalles en los cuadros). Escalandrum son Damián Fogiel (saxo tenor), Nicolás Guerschberg (piano), Gustavo Musso (saxo alto y saxo soprano), Martín Pantyer (saxo barítono y clarinete bajo), Mariano Sívori (contrabajo) y Daniel Pipi Piazzolla (batería), nieto del gran compositor.
“Ellos hace unos años empezaron a tocar el repertorio de Piazzolla, hicieron un disco que se llama Piazzolla plays Piazzolla y comenzaron a girar por el mundo con eso, además de ser músicos de jazz y también girar con eso”, explica Roger, quien tiene una hija con Mariano Torre y espera otro bebé.
–¿Cómo fue la unión entre vos y Escalandrum?
–Fue muy casual, porque yo los conocía hace un montón. Vengo siguiendo la carrera de ellos. No los había ido a ver nunca, pero cuando estuve en Nueva York haciendo Evita, en 2012, ellos hicieron una fecha en Birdland, que es un emblemático club de jazz de allá, donde tocaron cosas de Piazzolla plays Piazzolla. También Ute Lemper cantó una canción, porque estaba como invitada. Fui y me encantó. Los invité a ver Evita, vinieron a verme... La verdad es que a mí me gusta mucho la música de Ástor Piazzolla, siempre quise cantarlo, siempre tuve ganas de abordar sus temas, pero nunca me cerraba abordarlo desde el lugar más clásico. No me sentía incorporarme al mundo del tango desde ese lugar.
–¿Qué te gustó de ellos?
–Cuando los escuché a ellos y vi cómo interpretaban la música suya, me pareció un flash, porque era otro sonido: no había bandoneón, no había violín... Seguía siendo tango, seguía siendo argentino, pero tenía algo moderno, algo distinto. Me quedé con esa idea de poder cantar con ellos. Eso pasó, yo volví a Buenos Aires, tuve un hijo, y en ese primer verano de maternidad (estaba en Ushuaia, construyendo la casa sustentable que hicimos con mi marido allá, Nave Tierra) me llaman para cantar en el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires. Iban a hacer un ciclo al aire libre, y me pidieron canciones de mi espectáculo Mina... che cosa sei?! Dije que era buenísimo, pero que mis músicos no me podían acompañar, entonces el productor me comentó que estaba Escalandrum.
–Era la ocasión.
–Le dije que me encantaba la idea, pero que no quería que me acompañaran cantando Mina, sino Piazzolla. Ellos estuvieron de acuerdo, cantamos canciones de Mina, pero también como cinco temas de Ástor, los más emblemáticos. Yo los ensayé en Ushuaia y Javier López del Carril fue de intermediario. Nos juntamos recién el día del show, para la prueba de sonido. Podría haber pasado cualquier cosa, pero fue todo genial. Fue tan simple y salió tan bien... Vimos que esto tenía potencial, pero como cada uno tenía sus proyectos no empezamos a tocar juntos al toque.
Antes de grabar 3001, Roger y Escalandrum hicieron eventos privados, perfeccionando un repertorio que incluye clásicos y algunos tangos menos conocidos. Por ejemplo: Vuelvo al sur, Los paraguas de Buenos Aires y dos piezas de la "operita" María de Buenos Aires: el Poema valseado" y la Milonga de la Anunciación (popularizada con otra letra en Yo soy María).
–Ahora venís en el marco de Vendimia, pero, ¿cómo ha sido tu relación con Mendoza?
–Bueno, las cosas no se concretaron como se tenían que concretar. Cuando volví de Estados Unidos, yo estaba embarazada, y cuando me tocaba ir tuve que suspender porque me enfermé. Me costó llegar a Mendoza. Finalmente se concreta ahora, pero no con un recital propio, sino en el marco de la Cosecha. Yo espero poder ir con tiempo a Mendoza, porque me encanta. Y esta es una gran oportunidad también, porque es la primera vez que vamos a escuchar arreglos sinfónicos de la música de Piazzolla con Escalandrum, así que va a ser muy bello. Hace poco canté con Joan Manuel Serrat en el Teatro Colón: escuchaba la orquesta y pensaba qué maravilloso, ¡cómo una orquesta llena todo! Así es que somos privilegiados por haber sido invitados.
"En general no digo mis sueños".
Compromiso y honestidad
–Me comentaste al pasar sobre Nave Tierra. Siempre pasa que en las entrevistas que te hacen sale el tema de tu compromiso con el ambiente, con la alimentación, pero de tu relación con el feminismo y los movimientos de mujeres poco se sabe, ¿cómo te llevás con eso?
–Y… depende. Hay muchos movimientos de mujeres. A ver: como no estamos hablando de algo puntual, en general pienso que la mujer tiene que tener muchos cuidados, se la debe cuidar y respetar, y también hacia el hombre. La violencia de género puede suceder también al revés: debemos cuidar que no haya violencia, no que no haya violencia de género. El problema es que el humano está acostumbrado a arreglar las cosas con violencia. Se genera mucha violencia desde todos lados: en la tele, por ejemplo. Mirá esas películas norteamericanas que nos “fumamos” y vemos tanta guerra, tanta pistola y tanta arma de fuego en las calles... y al final son los héroes los que terminan matando a un montón de gente. Por otro lado, pienso que la mujer tiene que luchar por sus derechos, pero que también sus derechos son tener un día femenino, por ejemplo. Hay muchas mujeres que quieren asimilarse a los hombres.
–¿Por ejemplo?
–Por ejemplo, la menstruación, que es algo muy importante para la mujer: tiene que ver con la procreación y también con el “ser mujer”. Hay tribus que tienen la semana roja, que se ponen en una carpa y que cuando todas menstrúan, porque cuando estamos en manada menstruamos al mismo tiempo (sic), se retiran, meditan y es un momento espiritual muy importante. Las mujeres en la ciudad se ponen nerviosas, se piensa que la regla es un problema y ahora hasta se toman pastillas para no tenerla, cuando es muy importante. La mujer se podía tomar un día para estar en su casa, pero ahora nos empastillamos y vamos igual a trabajar. Creo que ese cuidado lo tenemos que seguir teniendo en la mujer. Hay que encontrar un equilibro, pero es muy amplia la pregunta…
–Pero, por ejemplo, ¿te has plegado al movimiento "Ni Una Menos"?
–Y sí, imaginate, está bueno, pero es “Ni Una Menos” y “Ni Uno Menos”... Es verdad que hay que levantar el machismo, y hay que dejar la violencia de lado. Me parece que la raíz del problema es la violencia.
Cosas personales
–Buscando entrevistas pasadas, vi que hace un par de años se generó una polémica porque habías dicho que con Mariano tenían un amor libre. Se nota que es un tema de mucha convicción, ¿te parece que trataron mal el tema los medios y que se banalizó?
–Bueno, la verdad es que yo no estoy detrás de eso. Si no tienen nada más que hacer que criticar a los demás porque no son iguales que el resto, es un problema de ellos. Yo no tengo tiempo para estar leyendo revistas y esas cosas. Yo estoy haciendo mi vida. Me preguntan y yo cuento. Mi relación abierta con Mariano tiene que ver más con el amor que con andar teniendo sexo con cualquier persona, como mucha gente se imagina. Yo respeto los deseos de mi pareja y él respeta los míos. Yo quiero que él sea feliz. Y no es que somos súper sexuales y todos los fines de semana salimos a ver con quién nos acostamos: tenemos una pareja y un amor. La pareja abierta tiene que ver, más que con ir y acostarse con un montón de gente, con ser fieles desde la honestidad. ¿De qué me sirve a mí tener una pareja que me dice que es fiel y se acuesta con otra persona? Es preferible una pareja a la que, si yo le pregunto, me dice la verdad y me la pueda decir, porque yo no le voy a hacer un lío, porque me va a parecer normal, porque somos así. Puede pasar como no.
–Algunos quizás se imaginan otra cosa...
–No sé qué se imaginará la gente, pero no estamos con otras personas. Hubo momentos de la pareja en los que quizás si hubo deslices fueron aclarados, honestamente dichos. Lo que para mí es importante es poder creer en el amor que tengo con mi pareja y poder creerle. En eso se basa. Después, si los otros lo quieren banalizar, será porque no tienen suficientes agallas para agarrar y decir: “Mi pareja no es mía”.
–Volviendo a tu carrera: has interpretado a Piaf, a Lotte Lenya, a Evita… ¿Te queda alguna personalidad?
–¡Uf, como 1.500! (risas). Hay mucha gente que me gustaría y a la que podría interpretar.
–¿Pero alguna en especial?
–En general no digo mis sueños.
–¿Por qué no decís tus sueños?
–Y... porque son míos.
Para tener en cuenta
El virtuoso violinista Pablo Saraví, concertino de la Filarmónica de Buenos Aires, se unirá a Escalandrum en Adiós Nonino.
Arturo Diemecke, director de la Filarmónica de Buenos Aires, fue invitado para dirigir dos movimientos de Las cuatro estaciones, de Vivaldi.
Elena Roger y Nicolás Gershberg (Escalandrum) junto a Pablo Saraví, el contrabajista mendocino Hugo Larrañaga y el director musical de la Fiesta, Polo Martí, se unirán en el escenario para interpretar Zamba de los adioses y Zamba azul.
Ini Ceverino interpretará tonadas, gatos y cuecas, en compañía de Franco Navarro, Raúl Reynoso y Sergio Martínez en las guitarras junto a Ricardo Vaccari en la percusión. Junto a la Filarmónica (dirigida por Gustavo Fontana), además, interpretará la tonada de Aníbal Cuadros Compadre del sol, con arreglos de Martí.
Desde las 20, la Biciswing le pondrá ritmo al atardecer, en el Patio Malbec.
La ficha
16º Fiesta de la Cosecha. Organizada por el Fondo Vitivinícola Mendoza, con el apoyo de Aeropuertos Argentina 2000 y Estancia Mendoza (concesionaria del viñedo).
Actúan Elena Roger y Escalandrum, la Orquesta Filarmónica de Mendoza -dirigida por Gustavo Fontana-, Ini Ceverino y Biciswing. Invitados especiales: Enrique Diemecke (director artístico de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires) y el violinista Pablo Saraví.
Fecha, hora y lugar: miércoles 28 de febrero, desde las 20. En el Aeropuerto Francisco Gabrielli.
Entrada libre, canjeable por alimentos no perecederos. En Ciudad: La Enoteca (Peltier 611, desde mañana de 10 a 18) y el Ente Provincial de Turismo (San Martín 1143, desde mañana de 10 a 13 y de 17 a 20). En Las Heras: Estadio Vicente Polimeni (Roca 40, desde mañana de 10 a 14) e Informador Turístico (Av. Champagnat 5539, desde mañana de 8 a 20). En Maipú: Maipú: Centro de Informes Nº 1 (Pescara 190, desde mañana de 9 a 17). En Godoy Cruz: Biblioteca + Mediateca (Tomba 54, desde mañana de 9 a 19). En Luján de Cuyo: Museo Americanista (Roque Sáenz Peña 1000, desde mañana de 8 a 15).
Este año se recibirán alimentos no perecederos (preferentemente leche), pañales y elementos de higiene que serán donados al comedor que gestiona la Asociación Vida Infantil en El Resguardo, de Las Heras, abocada a la problemática del VIH en la infancia y la adolescencia.
Las entradas también pueden adquirirse vía online, desde el sitio www.fiestadelacosecha.com.ar/conseguítuentrada. Las donaciones, en este caso, se recibirán el día del concierto, en los puestos de recepción que estarán ubicados en puntos estratégicos del predio.
Toda la información se encuentra disponible en www.fiestadelacosecha.com.ar
