Las calles que recorren el interior de la Villa Olímpica porteña llevarán los nombres de históricos deportistas argentinos entre quienes está el boxeador mendocino Pascual Pérez, luego de que más de 21 mil personas los eligieran a través de una votación online lanzada por el Gobierno de la Ciudad.
La votación se realizó entre el 6 y 12 de febrero y permitió a los vecinos elegir el nombre de las ocho calles que correrán dentro del complejo ubicado en Villa Lugano entre tres paquetes cerrados: deportistas olímpicos, equipos emblemáticos o disciplinas ganadoras.
De los 21.139 votos que se cosecharon, el 64 por ciento (13.466 votos) optó por “deportistas”, mientras que el 25 por ciento (5.368 votos) eligió “equipos” y el 11 restante (2.305 votos) prefirió “disciplinas”.
La opción ganadora incluye los nombres de ocho históricos atletas argentinos: Pascual Pérez (boxeo), Delfo Cabrera (atletismo), Humberto Selvetti (levantamiento de pesas), Alberto Zorrilla (natación), Jeanette Campbell (natación), Francisco Camet (esgrima), Alberto Demiddi (remo) y Juan Carlos Zabala (atletismo).
Casi cuatro mil atletas vivirán en los nuevos edificios construidos en el barrio de Villa Lugano durante los Juegos Olímpicos de la Juventud, que se desarrollarán entre el 6 y 18 de octubre.
El predio cuenta con una extensión de 100 hectáreas y está ubicado entre las avenidas Fernández de la Cruz, Lacarra, Coronel Roca y Escalada, donde se albergará un nuevo barrio y un nuevo parque metropolitano abierto, que impulsará el desarrollo de Villa Soldati y la zona sur de la Ciudad.
Al finalizar los juegos, los 1.200 departamentos distribuidos en 31 edificios serán adjudicados a familias a través de créditos accesibles instrumentados por el Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) y el Banco Ciudad, con prioridad para los vecinos de la Comuna 8, que además de Lugano incluye a los barrios de Villa Soldati y Villa Riachuelo.
El gran Pascualito
El mendocino Pascual Pérez es el primer campeón mundial que tuvo Argentina y reconocido como uno de los mejores peso mosca de la historia. Se acaban de cumplir 40 años de su muerte, la que se produjo en Buenos Aires (donde tiene una estatua) a los 50 años, el 22 de enero de 1977.
El popular Pascualito había nacido el 4 de marzo de 1926, en la localidad de Rodeo del Medio, Departamento Maipú; rápidamente sintió atracción por calzarse los guantes y comenzó su carrera como amateur apenas superada la adolescencia.
Ya en 1948, cuando era común designarlo bajo los apelativos El Pequeño Gigante o El León mendocino, Pérez alcanzó una de sus mayores proezas como boxeador.
En los Juegos Olímpicos de Londres, obtuvo la medalla dorada en la división mosca, con apenas 48 kilogramos y por ese logro el gobierno del general Juan Domingo Perón le otorgó una casa en Mendoza y un trabajo en una repartición pública.
Debutó como profesional una vez que ya había cumplido 125 peleas en el campo aficionado. Y lo hizo en noviembre de 1952.
Dos años más tarde, el 26 de noviembre de 1954, Pérez entró en la historia: obtuvo el campeonato mundial mosca al vencer por puntos al japonés Yoshio Shirai, tras 15 rounds en el estadio Korakuen, de la ciudad de Tokio.
Aquellos periodistas que lo vieron combatir elogiaron no solamente su capacidad para dominar al adversario en el ring sino también el atildado y prolijo estilo que supo desplegar y que le permitió ser rey en su división por seis años. En la novena defensa de la corona, en 1960 perdió con el tailandés Pone Kingpetch.
"No sólo boxeaba como los dioses sino también pegaba como una mula", rezaba un texto de una publicación deportiva que resaltaba su campaña, una vez abandonada la práctica de la actividad en 1964.
Pérez y el también mendocino Alfredo Iglesias -categoría pesado- obtuvieron en Londres las dos últimas medallas de oro para el boxeo argentino que antes había logrado otras cinco en distintos juegos previos.
Un dato que no puede pasar inadvertido de Pascualito fue el hecho de que realizó 92 peleas, de las cuales ganó 84 (57 por la vía rápida), perdió siete y empató una.
Pero tampoco hay que olvidar la natural espontaneidad y don de buen tipo que supo imprimirle a su vida, inclusive cuando ya no era más campeón del mundo y el boxeo lo cobijaba en sus páginas doradas como el único púgil argentino que conquistó un título olímpico y otro mundial.