Las elecciones en EEUU revisten particular importancia debido al período álgido de la política internacional: buena parte del mundo en guerra, amenaza mundial del terrorismo islámico, grandes masas de desplazados de sus países de origen, las apetencias expansionistas de Putin, etc. Por ello, su resultado es de gravitación internacional incuestionable.
A punto de concluir el proceso electoral iniciado en febrero se hace necesario trazar un pequeño balance de lo ocurrido y por acontecer. En primer lugar, fijemos nuestra atención en la constitución de ambas cámaras del Congreso: la de Representantes, manejada por los republicanos, lo que costó sangre, sudor y lágrimas a Obama. En el Senado prevalecen los demócratas, pero sólo con una ligera mayoría de seis legisladores que podrían perder en estas elecciones y, de ganar Hillary, le haría muy difícil el gobierno.
La dura campaña de las primarias
Existe la presunción de que quien gana en Iowa tiene asegurado el acceso a la Casa Blanca. Sin embargo, desde 1972 a la fecha sólo tres candidatos que triunfaron en aquel Estado obtuvieron la presidencia.
Desde aquel primer resultado se inicia una agotadora competencia, Estado por Estado, cada uno con procedimientos electorales distintos.
En algunos, por ejemplo, sólo votan los afiliados al partido; en otros, quienes quieran hacerlo. En cuanto a la incidencia de los resultados también hay diferencias. En algunos distritos el que gana se lleva todos los delegados a la Convención Partidaria; en otros se aplica el sistema proporcional, etc. En caso de empate, en aquellos distritos en que el resultado surge de asambleas partidarias, se desempata lanzando una moneda al aire (así fue como ganó Hillary Clinton en Iowa).
Resultado de las primarias
Así Hillary obtuvo 2.842 y su inmediato escolta, el también millonario de tendencia socialdemócrata, CEO de Google, Bernie Sanders, 1.865; esto, en las internas del Partido Demócrata -Filadelfia, del 25 al 28 de julio- donde fue proclamada ella y su candidato a vice, Tim Kaine.
Trump, que había triunfado holgadamente en las primarias de su partido, fue nominado por la convención republicana (donde un grupo opositor trató sin éxito de frustrar su candidatura) junto con su vice, Mike Pence.
¿Existe un cerrado bipartidismo?
Como los medios de prensa sólo suelen referirse a los dos partidos mayoritarios, se suele creer que sólo participan ellos, y no es así; en estas elecciones primarias, por lo menos siete partidos más presentaron candidatos y realizaron luego sus correspondientes convenciones partidarias, en las que consagraron a sus postulantes.
Los debates previos
Estos tienen una importancia muy destacada en los procesos electorales norteamericanos. Precisamente por ello se podía esperar un intercambio de nivel entre los candidatos a conducir los destinos de la potencia más fuerte del mundo.
En un período histórico plagado de problemas e incertidumbres y prácticamente en guerra, el grave e irresuelto problema de las masivas migraciones hacia Europa (empujadas por las diversas guerras y empujadas por el hambre y la inseguridad) ¿de qué hablaron los actuales candidatos?: se acusaron e insultaron mutuamente mostrando la decadencia del imperio.
Si yo no gano no reconozco el resultado de las elecciones
El tercer debate pasará a la historia por el exabrupto de Trump, que no va a reconocer los resultados si el 8 de noviembre sale derrotado.
Denunció que -en el paraíso de la democracia- los procesos electorales están amañados. Esto no es mentira pero olvida que cuando fueron los republicanos quienes acudieron a semejantes procedimientos, él no salió a denunciarlo. Esto ocurre en el país que se dice campeón de la democracia y que actúa como policía del mundo, aplicando o impulsando severas sanciones para aquellos que, dice, no son democráticos. Muchos le atribuyen la creación del ISIS para derrotar al presidente de Siria, al igual que ocurrió con los talibán cuando la ex Unión Soviética invadió Afganistán.
¿Quién va primero en las encuestas?
Allá como aquí, las encuestas electorales, salvo raras excepciones, no son fiables; el que las paga tiene derecho a recibir un resultado optimista. Pero vamos a ver lo que se publica: Hillary, 7 puntos de ventaja sobre el “Hitler norteamericano”. Al otro día, los periódicos dicen que el siniestro ex senador por Nueva York ha disminuido la ventaja que le llevaba Hillary. Este cambio debe haberle costado muchos miles de dólares, pero qué le hace a él, si es multimillonario.
Perfil de los candidatos
Si Hillary obtiene el aval de los ciudadanos, sería la primera mujer en la historia de dicho país en ocupar la primera magistratura. En las primarias anteriores, en las que también peleó, fue superada por un negro -otro hecho inédito en la democracia norteamericana-, Barack Obama. Éste la designó como secretaria de Estado, el cargo más importante luego del binomio presidencial. Otro ejemplo digno de imitar.
En dicho cargo se desempeñó con solvencia y amplitud de conocimientos. Anteriormente, además de primera dama, fue senadora por Nueva York, conferencista, escritora, etc. Cuenta con el aval de los negros y se ha pronunciado a favor del levantamiento del embargo sobre Cuba. También, parcialmente, con la nutrida minoría hispanohablante. Por supuesto no la votarán quienes se oponen a la mejora de los vínculos entre EEUU y Cuba, por ejemplo, parte de la amplia colonia de exiliados cubanos.
En el Partido Republicano, el candidato electo es el multimillonario Donald Trump. Excéntrico personaje, xenófobo y enemigo declarado de los inmigrantes. Representa el más duro conservadurismo del norteamericano medio, de carácter ultraliberal y fascista. Se caracteriza por sus obscenidades, en especial con las mujeres. En un video de 1995, difundido por el Washington Post, aparece con un cartel en el que se ufanaba de besar a mujeres sin permiso y hasta de tocarles los genitales. Los sectores más democráticos y progresistas de su propio partido clamaban por detener su avance. Pese a ello, haciendo gala de un lenguaje patoteril contra los otros candidatos, obtuvo una cantidad superior al número necesario de delegados para ser consagrado dentro del partido.
¿Qué podemos esperar los latinoamericanos?
De todos modos, ni Cuba ni América Latina deben forjar demasiadas ilusiones. Durante los casi 50 años que ha durado el bloqueo en Cuba hubo gobiernos republicanos y demócratas. Y los argentinos tenemos como experiencia la dualidad con que la gran potencia actuó durante la Guerra de Malvinas.