Entre los que no sobrevivieron a las PASO y los que sí lo hicieron, pero luego se bajaron, quedó un porcentaje de votos más que atractivo para los cuatro partidos que competirán en las elecciones generales.
En total, 5,57% del electorado tendrá que elegir a un partido diferente del que votó en las PASO. Los motivos por los que deberán redefinir sus votos son dos: o bien sus candidatos no lograron superar el piso del 1,5% para continuar en las generales (el caso de Podemos con la Izquierda y Partido del Trabajo y del Pueblo), o bien por el exiguo resultado, los aspirantes se bajaron (Partido Verde y Encuentro por Mendoza). En total, son 60 mil electores los que se quedaron huérfanos de candidatos.
A estos electores se puede sumar esta nube de votos sin candidatos, los sufragios que fueron anulados o impugnados. En total, suman el 3,82%.
Un recuento general, y sin tener en cuenta la naturaleza por la que quedan huérfanos los votos, da un total de 8,83%. Es decir, más de 95 mil mendocinos deberán pensar en otra opción partidaria a la hora de ir a votar.
En otra categoría podría inscribirse a aquellos que votaron por un candidato que no ganó dentro de las dos internas partidarias que hubo. Éste es el caso de los votantes del radical Fernando Armagnague (que obtuvo 2,92% de los votos totales) y de los justicialistas Juan Jofré (12,90%) y Jorge Tanús (5,30%).
Estos representan 21,12 puntos y suman más de 227 mil mendocinos que adhirieron. En este sentido, tanto Cambiemos como Somos Mendoza consideran que retendrán los votos de los derrotados en sus respectivas internas, aunque es esperable que algunos puedan migrar a otros partidos.
“Si bien se puede esperar que cada una de las fuerzas crezca en octubre, también puede suceder lo contrario. De todas maneras, todavía no se puede saber bien adónde van los votos, ya que todavía no se han hecho encuestas”, consideró la consultora Martha Reale.
Según entienden los analistas, si bien se trata de un “electorado disperso”, que no garantiza que se vaya a uno u otro partido, los “votos huérfanos” sí representan un porcentaje que puede cambiar el escenario con el solo hecho de que un partido sume tres puntos al resultado que alcanzó en las PASO.
Esto teniendo en cuenta las distancias que quedaron entre cada uno. Cambiemos, con el 40,78%, quedó casi 8 puntos arriba del frente justicialista Somos Mendoza, que obtuvo 33,09%.
En tercer lugar, y con la necesidad de crecer, si quiere la quinta banca en el Congreso, está el FIT, con el 8,77%. Abajo y de cerca, sigue la sorpresa de las elecciones: el renacido Partido Intransigente, que cuenta con el protagonismo de la ONG Protectora. Tuvo el 7,44%.
A la pesca
Fuera de toda especulación que diga adónde debe ir cada voto, sí hay una certeza: esos votos dispersos, si se reúnen detrás de una opción, pueden cambiar la realidad de los partidos, no tanto por el orden en el que quedaron sino por las bancas -en el Congreso, en la Legislatura y en los Concejos Celiberantes- a las que pueden acceder.
Según entienden, aunque las PASO funcionen a modo de una gran encuesta, las generales resultan ser una campaña nueva en la que pueden cambiar algunas cosas.
“La gente vota lo que tiene adelante. El cuarto oscuro es como una gran góndola y si no hay una opción, se va a otra”, señalan los analistas electorales para afirmar que no hay lecturas lineales. “El que votó a un partido de Izquierda que no quedó, no tiene por qué votar al FIT, salvo el voto ideológico”.
En el caso de los votantes de Encuentro por Mendoza, entienden que se trata de un voto peronista-sindicalista. Aunque Reale no asegura que ahora, ese casi 2%, se vaya a Somos Mendoza: “Hay que ver por qué ese elector no quiso votar dentro de las opciones del frente justicialista”.
A esta dispersión se suman los candidatos que pelearon en internas y no quedaron, y que engrosan la cantidad de votos que se redefinirán en las generales. Estos son los de Armagnague, Jofré y Tanús.
“El que votó a Armagnague, difícilmente vote al peronismo, ya que está identificado con el radicalismo. Aunque si está descontento con el gobernador, Alfredo Cornejo, puede optar por Protectora”, analizó un encuestador.
En cambio, el de Tanús puede ir tanto a la lista de Somos Mendoza como a otra. Un caso particular se da con la de Jofré, quien se identificó en la campaña con la imagen de la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner.
Si bien salió segundo en la interna, por el reparto igualitario de los lugares en la lista entre hombres y mujeres, Jofré aparecerá recién en el cuarto puesto y entonces habrá que ver qué pasa con el elector de Cristina. “Ese voto puede ir a Cambiemos, ya que hay gente que la quiere pero tiene una buena imagen de Cornejo”, se ilusionan en el oficialismo.
En el FIT también intentarán morder ese electorado, ya que entienden que el votante kirchnerista tal vez no está tan conforme con la imagen de Omar Félix, candidato en primer término de Somos Mendoza.
La pelea por el tercer lugar
La distancia entre el FIT y el Partido Intransigente es escasa, sólo 1,33 punto de diferencia. Ambos comparten un común deseo: quedarse con el tercer lugar para aspirar a quedarse con alguna banca. En esta pelea, uno intentará la hazaña y el otro, mantenerse.
Por un lado, el candidato del PI, José Luis Ramón, sorprendió y a priori es el que mejor puede capitalizar los votos huérfanos. Según explican, el voto descontento o que no se enamora de ninguna otra opción puede ir a él.
Aunque también están quienes creen que puede haber una fuga. “En las PASO, algunos se dan licencias de votar por partidos más chicos, pero luego en las generales eligen entre los dos primeros”, consideró Reale.
Para el FIT, el desafío ahora es crecer para mantener los lugares que conquistó en 2013. En este sentido, descartan una lectura lineal que indique que los que votaron a otros partidos de izquierda, voten a ellos en octubre.