Cuando los argentinos concurramos a las urnas dentro de algunos días nos encontraremos con una novedad. En las boletas para presidente y vice de la Nación y diputados y senadores nacionales, también aparecerán los nombres que los partidos políticos proponen para integrar el Parlamento del Mercosur, un organismo que no funciona como tal y que recién lo hará en 2020. Vale decir que quienes resulten electos comenzarán a percibir sus haberes -similares a los de un legislador nacional- y los mantendrán durante cuatro años por no hacer prácticamente nada.
El tema tomó mayor consideración luego de un informe del periodista Jorge Lanata, que mostró cuánto ganan y lo poco que pueden hacer en el Parlamento, destacando que hasta ahora el único país que eligió a sus parlamentarios es Paraguay, que lleva gastados más de 9 millones de dólares sólo en el pago de salarios a sus legisladores.
En ese esquema, el segundo será nuestro país con 43 parlamentarios electos, con salario, fueros y dedicación exclusiva en ese órgano que no legisla, sólo debate, y cuyos parlamentarios viajarán 4 o 5 veces al año para hacer proyectos de repudio y declaraciones, pero no para aprobar leyes.
El denominado Parlamento está conformado para dirimir y legislar -a futuro- para el Mercosur, que aún no puede funcionar como mercado común. El arancel externo común cuenta con numerosas excepciones, mientras la eliminación a las restricciones al comercio intrarregión está afectada por los límites que los países imponen a las importaciones, como es el caso de la Argentina.
Paralelamente, la coordinación de políticas macroeconómicas entre sus miembros ha sido sustituida por diferencias sustanciales entre las políticas públicas en los países, según un informe que brindó el matutino porteño La Nación. La economía mendocina no ha quedado ajena a esos problemas y se da el caso de que Brasil, por presión de parte de productores del sur de ese país, no ha internalizado el protocolo vitivinícola, por señalar sólo uno de los ejemplos.
El Parlasur tiene actualmente 122 bancas: 23, Venezuela; 37, Brasil; 26, Argentina; 18, Paraguay y 18, Uruguay, pero la distribución cambiará cuando los Estados elijan a sus representantes de manera directa y la nueva cantidad de parlamentarios para cada uno se definirá teniendo en cuenta el método poblacional decreciente. Así, para 2020, cuando funcione a pleno, habrá un Parlasur de 186 bancas, donde a Brasil le corresponderán 75 parlamentarios, a la Argentina 43, a Venezuela 32, a Paraguay 18 y a Uruguay 18. En ese marco, y con la elección que se realizará en la Argentina, se dará el caso que, por cuatro años, nuestro país tendrá más parlamentarios que Brasil, que recién lo hará en 2020.
En 2014 el Parlasur sólo sesionó dos veces y este año realizó una sola reunión. Hay voces -de los defensores- que indican que a partir de que sus miembros cobren una dieta fija (similar a la de un legislador nacional, es decir 70 mil pesos mensuales en bruto) deberán rendir sobre su trabajo ante los partidos políticos.
Pero como el Parlamento no funciona como tal sólo deberán dedicarse a dictámenes, proyectos de normas, recomendaciones y pedidos de informes. Es más, cada una de sus resoluciones no es vinculante y debe ser refrendada por cada Congreso de los países miembros, al menos hasta 2020.
Frente al panorama planteado, cabría preguntarse cuál es la razón de ser de elegir con tanta antelación a los representantes parlamentarios argentinos. La decisión está tomada y ya no hay posibilidades de marcha atrás, pero cabría discutir el tema de las dietas, porque pagar una suma mensual tan abultada para una o dos reuniones anuales es un verdadero despropósito.
