El Zoológico cumple 20 años en crisis

La seguidilla de ejemplares muertos no es nueva: en julio de 1996, 27 rumiantes fallecieron. Allí empezó el debate sobre el futuro del paseo, que todavía sigue. Pasaron 6 gobernadores, 7 directores, peleas políticas y ninguna solución.

El Zoológico cumple 20 años en crisis

Hace 20 años, por lo menos, que el zoológico de Mendoza es noticia. Y no precisamente por sucesos alegres. Es que desde 1996 las muertes de animales se vienen sucediendo continuamente. Y parecen no terminar: este año ya son 36 los ejemplares que fallecieron y que hacen un total de 51 - según un relevamiento de Los Andes, ya que no hay datos oficiales- desde que empezó la gestión de Mariana Caram como directora, en diciembre del año pasado.

Esto ha generado una nueva crisis en el paseo que incluye disputas políticas con gremialistas y legisladores de la oposición (ver aparte). Pero, como se dijo, se trata de una crítica situación que no empezó ahora, sino hace dos décadas. Y que no ha encontrado solución.

En julio de 1996, 27 rumiantes murieron por consumir clavel amarillo, lo que generó un gran revuelo y un debate sobre la posible privatización del Zoo, el paso a manos de algunas ONG  o una gestión compartida entre el gobierno y entidades privadas.  De hecho, hacia agosto de ese año se llegó a formar una comisión que pretendía estudiar el “futuro del zoo” impulsada por el Ejecutivo provincial. Finalmente, previo paso por Diputados y una audiencia pública, el proyecto fue abandonado.

Más cerca en el tiempo, en 2004 fallecieron dos jirafas -cuando dirigía el zoológico Virgilio Roig-, lo que nuevamente pusó en alerta a los mendocinos y reactivó las críticas al Gobierno respecto a la existencia del Zoo. Como antes, el tiempo pasó y nada cambió.

En 2010 volvieron a activarse las voces de alarma cuando se denunció que no alcanzaba la plata para darles de comer a los animales. Otra vez comenzó a hablarse del "futuro del zoo" y hasta volvieron los rumores de privatización.

Para 2012, la mala situación fue noticia internacional. Esta vez porque el oso polar Arturo se convirtió en el único ejemplar de su especie con vida en el país, tras la muerte de Winner, el oso del zoo de Buenos Aires. Así salieron a la luz las pésimas condiciones de vida de este animal, lo que derivó en informes sobre su estado de salud y la evaluación de un posible traslado a una reserva de Canadá que, pese a los esfuerzos de ambientalistas y las comisiones de expertos, nunca se concretó.

Ecoparque y después
Recién en 2014 comenzó a escucharse la palabra "ecoparque" como la "tierra prometida" para el zoológico, aunque en la década anterior ya se mencionaban algunas propuestas similares. En un principio, la idea comenzó con recolección de firmas en eventos multitudinarios y poco a poco el concepto de un lugar más autóctono, sin animales en cautiverio, comenzó a ganar consenso.

Por esta época otra polémica envolvió al lugar: el nombramiento como director del artista plástico Norberto Filippo, quien para contrarrestar las duras críticas que recibió llegó a proponer como solución para el Zoo un “parque virtual”.

Durante la campaña electoral 2015, los grupos ambientalistas cercanos al actual gobierno manifestaron su intención de llevar adelante el proyecto de Ecoparque en caso de ganar las elecciones y finalmente, el 18 de diciembre de 2015 se anunció que se encararía oficialmente tras la designación de Mariana Caram al frente del paseo. 

De todas maneras, los problemas no terminaron allí. De hecho, comenzaron hasta desembocar en el conflicto actual. El 4 de febrero de este año Virgilio Roig - director del zoo durante dos períodos (1958-1962 y 1994-2005)- elevó un escrito en donde criticaba duramente el proyecto encarado por los ambientalistas.

“Sólo tiene de Ecoparque el enunciado ya que su texto apunta a un único objetivo que es el vaciamiento del zoológico, paso previo a su cierre definitivo”, decía el experimentado ingeniero agrónomo, agregando que la inciativa no estaba acompañada por entidades científicas y profesionales, como el de Colegio de Médicos Veterinarios de Mendoza; la Asociación Zoológica de Mendoza (Azoome); el Concejo Académico de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Maza y el CCT (ex Cricyt), entre otros.

Las reacciones no tardaron en llegar y los aludidos, representados por la veterinaria Jenifer Ibarra, respondieron con duros términos: “Cabe preguntarse quiénes son los verdaderos fanáticos incapaces de estudiar un proyecto objetivamente y sin prejuicios. No nos referimos aquí solamente a Virgilio Roig. En efecto, su texto hace eco al discurso de los detractores del proyecto Ecoparque, entre los que se encuentran varios ex directores del zoo y profesionales, responsables de su estado actual”.

En estos últimos 20 años del zoo pasaron seis gobernadores (Rodolfo Lafalla, Roberto Iglesias, Julio Cobos, Celso Jaque, Francisco Pérez y Alfredo Cornejo) y siete directores del paseo: Roig, Luis Chiavetta, Oscar Ramírez, Guido Loza, Filippo, Gustavo Pronotto y Caram. De ellos, solo Loza y Pronotto son veterinarios. Roig es ingeniero agrónomo, Ramírez no posee título universitario (aunque algunos dicen que es uno de los que mejor gestionó), Filippo artista plástico y Caram ingeniera industrial. Ninguno pudo enderezar el rumbo del Zoo ni darle un “futuro” del que tanto se ha hablado.

Mientras tanto, la actual gestión sigue impulsando el Ecoparque, aunque sin pasos concretos. Ayer, tras otro día de furia, no hubo comunicación oficial ni una respuesta a los llamados de Los Andes para conocer cuál será el destino del vapuleado zoológico de Mendoza.

Discusión con la directora

Tras la muerte de 36 animales durante las últimas dos semanas, las protestas se trasladaron ayer a la puerta del zoológico. Raquel Blas, dirigente de ATE, increpó a Mariana Caram y le achacó “persecución” a los empleados, tras lo cual la directora aseguró que le faltaban el respeto y se retiró.

Blas, ante los medios presentes en el lugar, acusó a Caram de impulsar la privatización del lugar. "Lo que tenés que hacer es que no se muera un animal más. Por qué no hiciste los comederos, por qué tu ministro está paseando por Corea, por qué no has hecho nada", le espetó la gremialista. 
En el medio, representantes de la oposición política, como Mario Díaz y Lucas Ilardo (FPV), intentaban dar su visión del paseo, aunque alguien les recordó que el zoológico viene en picada y con muertes de animales desde la gestión anterior.

“La directora le echa la culpa a los trabajadores, que son los que ponen su cuerpo día a día”, se quejó uno de los cuidadores del paseo. Corina Zerpa, veterinaria, denunció: “Hay inacción, no hay nadie poniendo comederos, refugios o máquinas para sacar el barro, por ejemplo. Son reclamos que se le habían hecho a Caram con anterioridad, tanto verbalmente como por escrito”.

Con respecto a las especulaciones que se manejan de que los animales podrían estar siendo asesinados, Zerpa dijo que ella no ha notado signos de intoxicación. Oscar Ríos, secretario gremial de ATE, aseguró que los estudios toxicológicos han arrojado no murieron por envenenamiento.

Para Zerpa, los animales están estresados por las malas condiciones de los corrales y dijo que no comen bien por dos motivos: porque en el zoo no hay alimento balanceado para proveerles; y porque “no se les puede dar de comer con tanto barro porque el alimento se entierra”.

Por su parte, otros veterinarios y las propias autoridades del zoológico aceptaron que hay cuadros de hipotermia, mala alimentación y hacinamiento. “El Zoo lleva abandonado más de 20 años”, sentenció Caram, una ecologista que llegó a la dirección del paseo en diciembre y que es rechazada por los empleados nucleados en ATE.

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