Meses atrás, cuando se quiso poner un impuesto sobre las bebidas alcohólicas, el ministro de Hacienda de la Nación (que por su apellido no parece ser muy criollo que digamos) dijo que "el vino no es bebida saludable".
No obstante, hay una serie de razones de orden científico que demuestran que nuestra bebida nacional es, por lo contrario, muy buena para la salud. En efecto, soy paciente de oftalmólogos, clínicos y en especial cardiólogos. Fui operado de tres bypass por el doctor Claudio Burgos, a quien debo la vida. Sucedió en 2008. Hoy felizmente hago gimnasia, natación y juego al ping pong. A mis 79 años.
Cualquier buen médico le aconsejará que medio vaso de tinto (mejor si es malbec) con el almuerzo y otro tanto en la cena, son muy buenos para el corazón. Yo he tenido la suerte, a fines del 2015, tomar un buen malbec de Luján de Cuyo, marca Cigar-Box en Manhattan. Aquí en Mendoza tomo un excelente malbec cabernet sauvignon, producto de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo. Muy buen ejemplo de relación precio-calidad.
Conclusión, que me disculpe el señor ministro de Hacienda de la Nación. Debe saber mucho de economía, poco de salud y nada de vinos. Debo decir que familias pobres gastan más en una conocida gaseosa internacional que en leche para sus niños.
Ya sabrá nuestro gobernador, cada vez que se nos vuelva a agredir, defender la industria madre de nuestra querida provincia, la vitivinicultura, que da origen a miles de puestos de trabajo.
Jorge Eduardo Atencio
DNI 6.882.962