El vino y los lácteos son los dos productos sobre los que se desarrollará la batalla final entre el Mercosur y la Unión Europea a fin de mes para alcanzar un Tratado de Libre Comercio (TLC) por primera vez en la historia, tras veinticinco años de negociaciones.
La Argentina y Brasil apuestan a que el acuerdo con la Unión Europea para alcanzar un Tratado de Libre Comercio (TLC), que ya está avanzado en un 99%, sea sellado por los ministros de Economía y representantes de la Comisión Europea el 27 de junio en la ciudad de Bruselas.
El secretario de Asuntos Estratégicos del gobierno argentino, Fulvio Pompeo, le confirmó ayer a este diario que el 20 de junio se reunirán los equipos técnicos. Si hay acuerdo a ese nivel se convocará de inmediato a la reunión de ministros. Y luego será el turno de los Presidentes.
En el gobierno se esperanzaban ayer en que podría haber anuncios en el marco de la 54° Cumbre de Presidentes del Mercosur que se desarrollará en Santa Fe los días 15, 16 y 17 de julio próximos.
Pompeo señaló que aún existen diferencias entre el Mercosur y la Unión Europea en cómo será el comercio de lácteos y vinos entre ambos bloques, entre otros productos. "Es sólo un tema pendiente para la próxima rueda negociaciones. Quedan discusiones sobre las denominaciones de origen", dijo la fuente diplomática consultada y señaló que la situación se desarrolla con mucho hermetismo, dado que se está muy cerca de cerrar el trato.
La disputa está en torno a la denominación en origen. Al menos por ahora, el viejo continente no retrocede en su decisión: que los sudamericanos le cambien el nombre a algunos productos como quesos, vinos y licores para que puedan entrar a la UE.
Dura disputa
Los europeos defienden a rajatabla la protección dentro del ámbito de la propiedad industrial basado en la indicación de procedencia, aplicada a sus productos alimenticios: asumen que eso les da identidad de calidad y desarrollo que no quieren compartir con otras regiones. Un caso testigo es el del Champagne. Los franceses no quieren que lleguen a sus tierras espumantes con ese nombre.
La eurodiputada riojana del PP Esther Herranz le reclamó recientemente a la UE que proteja los intereses de los productores de vino de La Rioja, comunidad autónoma de España situada en el norte de la península ibérica. No quieren vinos de la provincia argentina de La Rioja con denominación "riojana".
Por ese motivo ya en 2017 el Gobierno dictó la Resolución 319 con la que instrumentó un procedimiento para la publicación, difusión, recepción de objeciones y formulación de dictámenes técnico-jurídicos respecto de una larga lista de Indicaciones Geográficas (IG) y Denominaciones de Origen (DO) que los europeos, inventores de este tipo de sellos, quieren que se respeten en estas costas. Pero esto no conformó a la UE.
Vitivinicultores argentinos
Carlos Fiochetta, gerente general de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), dijo a este diario que hoy habrá una reunión de directorio para fijar posición, tras reuniones recientes con la secretaria de Comercio Exterior, Marisa Bircher.
Fiochetta dijo que el sector tiene “expectativas” sobre la apertura de mercados, pero también “preocupaciones” por cómo será el TLC.
"El sector vitivinícola está a favor y siempre hemos instado a acuerdos internacionales. Nos parece bueno. Lo que hacemos es analizar caso por caso. Lo más visible es lo que se llama acceso a mercados, que tiene que ver con las posiciones arancelarias, pero hay otras cuestiones", dijo.
Y señaló que luego hay negociaciones sobre los términos de propiedad intelectual, como marcas y patentes, también indicaciones geográficas, mediciones de calidad, prácticas enológicas, entre otros.
Macri y Bolsonaro
"En breve se van a dar hechos históricos como posiblemente sea, en unas semanas, la firma del acuerdo Unión Europea-Mercosur", dijo ayer el presidente Mauricio Macri durante la comida de honor que ofreció al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
La expectativa que tiene el gobierno de Cambiemos en torno al TLC es la misma expresada en el "mini Davos", la rueda de negocios celebrada en abril de 2017 en Buenos Aires; y también en la cumbre del G20 en Argentina, que se desarrolló en noviembre.
Estas negociaciones se iniciaron nada menos que en 1994. Ese año los dos bloques firmaron en Bruselas la Declaración Conjunta Solemne que establecía las bases de la estrategia para fortalecer las relaciones entre ambas regiones, con el objetivo final de un TLC.
Las negociaciones para la firma de un Acuerdo de Asociación Birregional tomaron cuerpo con la firma del Acuerdo de Cooperación Interregional (1995) y fueron ratificadas en la Reunión del Consejo de Cooperación de noviembre de 1999, en Río de Janeiro.
Este Acuerdo propone una Asociación entre ambas regiones e incluye tres capítulos que deberían ser negociados como compromiso único: político, económico-comercial y cooperación. A pesar del empeño de los bloques, las dificultades para alcanzar un acuerdo en el capítulo comercial, en 2004 abrió un cuarto intermedio en las negociaciones. Todo se reactivó en 2010.
Macri afirmó que junto a Bolsonaro están convencidos que la Argentina y Brasil están frente a una "oportunidad histórica", porque ambos comparten la visión sobre el rol del Mercosur en el mundo.
Básicamente, coinciden en que hay que bajar el arancel externo común, flexibilizar el bloque para poder acordar con terceros países y buscar tratados de libre comercio con otras regiones del mundo.
Bolsonaro celebró que se esté "en la inminencia de un acuerdo entre el Mercosur y la UE. En gran parte este objetivo lo debemos a su trabajo", le dijo Bolsonaro a Macri, quien impulsa la iniciativa desde su asunción en diciembre de 2015. "Todos nosotros iremos a ganar con ese acuerdo, Argentina, Brasil y los demás países", concluyó Bolsonaro.