El VIH en la agenda global - Por Pedro Cahn

El VIH en la agenda global - Por Pedro Cahn
El VIH en la agenda global - Por Pedro Cahn

Este 1º de diciembre cerca de 5.000 personas adquirieron VIH en el mundo, entre ellas, 500 niñas y niños. Este 1º de diciembre 2.600 personas habrán muerto a causa del sida. Esta semana, 7.000 mujeres de entre 15 y 24 años se habrán infectado. Este 1º de diciembre, el Día Mundial del Sida y también se reunieron los líderes del G20 en la Argentina.

El G20, es el principal foro internacional para la cooperación económica, financiera y política: entre sus objetivos se cuentan abordar los grandes desafíos globales y generar políticas públicas que los resuelvan. Los países miembro representan el 85% del producto bruto global, dos tercios de la población mundial y el 80% del comercio internacional. Y la cumbre de líderes es el hito más importante en su agenda anual. En esta reunión, los máximos líderes mundiales consensuarán un documento con foco en el desarrollo equitativo y sostenible.

Sin embargo, aunque la solución para controlar la epidemia de VIH está en sus manos, el documento final no tiene el VIH entre sus prioridades.
Tal vez esta omisión se relacione con que todavía hay países del G20 que tienen restricciones de ingreso, estadía o residencia para personas con VIH, otros miembros del G20 que criminalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, otros que a su vez que niegan el acceso al tratamiento antirretroviral a la mayoría de su población.

Finalmente, pero no menos importante, 6 de los 20 países (incluyendo Argentina) no contribuyen a financiar al Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis, tres enfermedades mortales que son prevenibles y tratables. Más aún, la mayoría de los que aportan al Fondo Mundial lo hacen muy por debajo de sus posibilidades, condenado así a los países más pobres y al mismo tiempo más afectados por la epidemia a perpetuarla.

¿Por qué no controlar el VIH si es prevenible y tratable? ¿Por qué no evitar muertes evitables? ¿Qué hace falta para controlar la epidemia? La respuesta es muy simple: voluntad política, liderazgo e inversión. El mundo se puso como objetivo controlar el VIH en 2030. Se lo debe a los 39 millones de personas que murieron a causa de la enfermedad hasta ahora y además es un compromiso ineludible con las generaciones que vienen.

Cuando hace más de 30 años veíamos los primeros casos de lo que después sabríamos que era la infección por VIH, pensar en terminar con la epidemia era una utopía. En medio de una de las emergencias de salud más importantes de la historia, la incógnita era si alguna vez iba a terminar. Era una ilusión más cercana a una fantasía que a una realidad alcanzable. Todos los días veíamos contraer el VIH y morir a cada vez más personas como consecuencia del sida. A la epidemia descontrolada se sumaban el estigma y la discriminación con que se trataba a los pacientes fuera y, aún más grave, dentro del sistema de salud.

Hoy sabemos que esa fantasía de controlar la epidemia puede convertirse en realidad. Y la fórmula no es mágica: es 90/90/90. ¿Qué pasaría si el 90% de las personas que viven con VIH conocieran su diagnóstico? ¿Si el 90% de ellas estuviera en tratamiento? ¿Si el 90% de ellas alcanzara niveles indetectables de virus en la sangre? La respuesta es simple y clara: para 2030 la epidemia estaría controlada.

En la actualidad, la mayoría de los países cuentan con herramientas como el testeo, el tratamiento y la retención en el cuidado. El diagnóstico y tratamiento temprano combinados con los beneficios de la terapia antirretroviral, permiten que las personas con VIH tengan una calidad de vida similar a la de aquellas que no tienen el virus.

Así, se reducen las muertes relacionadas con el sida y, a la vez, disminuyen las posibilidades de nuevas infecciones a medida que las personas con VIH alcanzan niveles indetectables de virus en la sangre. Hoy se comprobó que, quien accede a y cumple con un tratamiento exitoso que logra mantener su carga viral indetectable por más de 6 meses no transmite la infección a su pareja.

El desafío para todos es acortar los plazos y que el acceso al diagnóstico y al tratamiento oportuno sea universal, para controlar la epidemia de VIH/sida en 10 años.

Esta reunión del G20 dejó pasar la oportunidad de renovar el compromiso de las 20 mayores economías del mundo en esa dirección. Cada día perdido lo pagan miles de mujeres, hombres y niños con sus vidas. Distinguidos Jefes y Jefas de Estado: pongamos el VIH en la agenda. Clarín

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