Boquita, siempre Boca... Acá, allá y en todos lados, la mística de una camiseta que tiene peso específico. ¡Sí señor, porque de Bermejo salió el nuevo campeón!
Después de 11 años, el Xeneize de calle Génova logró otro histórico ascenso a Primera “A” de la Liga Mendocina de Fútbol.
Ya son siete en su haber: el último había sido en el Clausura 2005 de la Primera B, cuando derrotó en la Promoción a La Amistad de Ingenieros Giagnoni.
Y si bien la referencia ineludible para los más memoriosos será siempre aquel campeonato de Primera División 1957, el equipo que se coronó ayer tiene su mérito propio. Lo consiguió desde el esfuerzo, la humildad y un enorme corazón. Así dejó en el camino al difícil Rivadavia en semifinales. Esos mismos atributos que volvió a evidenciar en la tarde de ayer.
Le costó hacer pie en los primeros minutos. De hecho, Real Mendoza lo complicó y hasta pudo ponerse en ventaja en esos primeros minutos en los que presionó bien sobre la salida de Boca. Nervioso, el equipo de El Bermejo no jugaba con la misma intensidad que lo había hecho ante la Naranja.
No obstante, a partir del golazo de Arenas (zapatazo al ángulo desde lejos), manejó los tiempos y aprovechó sus momentos en el partido. Mientras el voluntarioso Real Mendoza falló una y otra vez en cada situación favorable, Boca fue una máquina de capitalizar los ‘horrores’ defensivos del rival, especialmente de su arquero.
¡Sí señor! El viejo Boca Juniors de Bermejo está de regreso.
