Expresidentes, familiares y amigos se reunieron el sábado para dar un último adiós a Barbara Bush, la matriarca de una de las más prominentes dinastías políticas de Estados Unidos, en una ceremonia fúnebre en Texas.
Bush -esposa del 41º presidente estadounidense y madre del 43º- murió el martes en su hogar de Texas a los 92 años, rodeada de su familia.
Barbara Bush deja así a su marido, George H.W. Bush, de 93 años y presidente entre 1989 y 1993, cinco hijos, entre ellos George W., presidente entre 2001 y 2009, 17 nietos y siete bisnietos.
"Barbara Bush colmó nuestras vidas con risas y alegría", recordó su hijo Jeb, exgobernador de Florida y excandidato presidencial que habló cerca del féretro instalado delante del altar de la iglesia episcopal de St Martin en Houston.
"Fue nuestra profesora y nuestro modelo en nuestra forma de vivir una vida con un objetivo y un sentido", agregó el exgobernador de Florida y candidato a las primarias republicanas para la presidencial de 2016.
Unos mil invitados, entre ellos el los ex presidentes demócratas, Barack Obama y Bill Clinton, junto a sus esposas Michelle Obama y Hillary Clinton, asistieron a esta ceremonia cargada de emoción y retransmitida en directo por televisión.
La primera dama Melania Trump estuvo presente, pero no su esposo el presidente Donald Trump, quien permaneció en Washington "para evitar interrupciones debido a un incremento de la seguridad", según la Casa Blanca.
"Mis pensamientos y plegarias van hacia toda la familia Bush", escribió en Twitter, señalando que seguiría la ceremonia fúnebre por televisión.
"El mundo rinde hoy homenaje a una mujer de un personalidad y una gracia incontestables", dijo Melania Trump en un comunicado en el que saluda "la vida extraordinaria (de Barbara Bush) como madre, esposa y valiente Primera Dama".
Ya hubo presidentes en ejercicio que eligieron no asistir a los funerales de personalidades en Estados Unidos, pero se conoce la enemistad de Trump con los Bush, que no lo apoyaron cuando era candidato a la presidencial de 2016.