El uso del Video Assistant Referee (VAR) en medio de los partidos genera grandes discusiones, como también la falta de su uso. El partido entre Independiente y Gremio por la ida de la Recopa no fue ajeno al manejo controvertido que se hace de esta tecnología y fue muy cuestionado por los protagonistas dentro y fuera de la cancha. Además enloqueció al público presente en el Estadio Libertadores de América en cada situación cobrada en contra de su equipo.
Pero la jugada que realmente enfureció a los hinchas ocurrió a los 28 minutos del primer tiempo. El árbitro ecuatoriano Roddy Zambrano amonestó a Emmanuel Gigliottipor un supuesto codazo a Walter Kannemann que se quedó tendido en el piso alrededor de dos minutos alegando un golpe del delantero. Con el partido detenido por el ingreso de los auxiliares para atender al exdefensor de San Lorenzo, el árbitro revisó la jugada en los televisores y decidió mostrarle al delantero de Independiente la tarjeta roja.
Sin embargo, el ecuatoriano no utilizó el VAR a los 7 minutos del segundo tiempo cuando el jugador brasilero Luan quiso llegar a una pelota dentro del área del Rojo y le pegó un fuerte rodillazo en la cara al defensor Fernando Amorebieta que quedó sentido por el impacto. Y más allá de las protestas de los hinchas y del banco, hizo caso omiso y continuó con el juego. Tampoco pidió la asistencia del video cuando a los 13 minutos nuevamente Luan impactó con el codo en el rostro de Jonathan Menéndez, en una jugada similar a la expulsión del Puma.
La Conmebol había invertido casi un millón de dólares en la prueba experimental del VAR en las semifinales de la Copa Libertadores que resultaron con varios fallos alevosos. Y parece que la polémica continúa por el uso que le dan los árbitros en algunas jugadas o la ausencia en otras que también deberían ser evaluadas y no lo son.
La mala utilización del VAR está desvirtuando de a poco el fútbol. Cada vez que hay alguna falta o simulación, los protagonistas y el público explotan pidiendo que se revise la acción para poder ver si el jugador fue realmente alcanzado por el rival o si está exagerando un golpe que nunca llegó a destino.
En la pasada edición de la Copa Libertadores el mayor de los debates se vio en el partido de vuelta de las semifinales entre Lanús y River. Entre las polémicas que sucedieron, no se cobró un penal clave para River después que Iván Marcone tocara la pelota con la mano casi al borde del área chica. Tampoco se utilizó en la trompada que Román Martínez le propició a Ariel Rojas en la previa al tercer gol granate.
La tecnología debería ayudar al espectáculo para mejorarlo pero estamos viendo lamentablemente que ocurre todo lo contrario.