El valor del voto sin presiones

Más allá de la tensión social que generó el caso Maldonado, es de esperar que hoy los argentinos voten en calma.

El valor del voto sin presiones
El valor del voto sin presiones

Una nueva convocatoria al pueblo para que concurra a las urnas. Hoy los argentinos decidirán qué candidatos de los legitimados en las PASO de agosto se convertirán en legisladores nacionales y provinciales. También en cada jurisdicción municipal serán electos concejales.

Son las de hoy elecciones habitualmente conocidas como de mitad de mandato, o de medio término, en las que, inevitablemente, quienes están a cargo de la conducción del Estado, tanto nacional como provincial, plebiscitan su gestión y de esa manera sacan conclusiones para mantener el rumbo o corregirlo, según el veredicto ciudadano.

Los resultados de estas elecciones legislativas tendrán mucha influencia en los próximos dos años, en los que se completará el actual mandato presidencial.

El Gobierno pretende que hoy la mayor parte de la gente convalide el rumbo político y económico elegido para fijar nuevas pautas luego de más de una década a la que el voto popular puso punto final en diciembre de 2015. Siempre con alguna expectativa de poder continuar más allá de las presidenciales de 2019.

La oposición, por su lado, viene ofreciendo distintos criterios para poner en consideración la acción gubernamental. En ese aspecto también el voto popular puede llegar a tener incidencia para definir de una buena vez qué actitud con respecto al control de las políticas públicas se debe adoptar desde las minorías.

Señalaba no hace mucho en un artículo periodístico el reconocido politólogo Natalio Botana que, en un país tradicionalmente presidencialista como el nuestro, lo que se debería buscar es la implementación desde la dirigencia en general de una suerte de arco político moderado "que reconstruya sobre nuevas bases nuestro deteriorado sistema de partidos", partiendo de una renovación basada en "coaliciones convergentes que sepan poner coto a las contestaciones extremas y encarrilen al país hacia metas de mediano y largo plazo".

Esto implica procurar mecanismos de convivencia democrática que lleven a la Argentina a consolidarse institucionalmente sobre bases sólidas, lejos de grietas y heridas de un pasado nefasto que no todos parecen querer dejar de lado.

La vida democrática se basa en el respeto al disenso, y éste nunca debería sustentarse en actitudes reaccionarias y agresivas que conducen más hacia prácticas autoritarias que poco y nada tienen que ver con los preceptos republicanos que deben regirnos.

Y a la lógica expectativa que el período electoral genera se sumó, entre las primarias de agosto y las generales de hoy, el caso Maldonado, que con la aparición del cuerpo del desafortunado artesano dio lugar a un cierre de campaña opuesto a lo que los distintos sectores políticos organizaban.

El hallazgo del cadáver en aguas patagónicas y su posterior identificación generaron en gran parte de la población un estado emocional muy especial, poco propicio para los momentos previos a un acto electoral como el que hoy nos convoca.

La intervención del juez del caso informando sobre las condiciones en las que fue hallado el cuerpo fue una oportuna voz autorizada de la Justicia poniendo claridad a un hasta ahora oscuro proceso de investigación.

El llamado del magistrado a la sensatez y a la cautela a millones de argentinos preocupados por las características del caso es un ejemplo de cómo el Estado debe garantizar eficiencia en un marco de solidaridad y respeto.

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