“El kirchnerismo necesita que Cristina Fernández entre cuanto antes en acción en el Senado, que exponga, que discuta, que dé pelea”, fue la respuesta de un diputado nacional peronista que no milita en La Cámpora pero que se considera “leal” a la ex presidenta.
Este diario le había preguntado por el impacto de las cartas de Julio De Vido y Aníbal Fernández. "El debate de la reforma laboral, por ejemplo, permitirá a Cristina instalarse como líder opositora al gobierno y dejar en evidencia la amabilidad de (Miguel Ángel) Pichetto con Cambiemos", completó el diputado.
En su opinión, la acción política de un debate legislativo fragoroso, ayudará a cortar el desconcierto y cierta falta de rumbo, aparecidos tras la derrota electoral bonaerense de hace casi un mes.
"Esta pretendida construcción berreta", escribió Aníbal Fernández respecto del armado de Unidad Ciudadana. Calificó de "light y amateur" a la campaña legislativa, en la que dijo sentir que lo ocultaban.
“Por supuesto”, respondió Aníbal Fernández cuando se le preguntó si la carta era dirigida a Cristina Fernández, a quien, no obstante, definió como “el mejor cuadro que ha tenido la Argentina en los últimos 50 años, y la única que puede dar vuelta esta catástrofe en la que nos metió Macri”.
El reciente resquebrajamiento en el peronismo kirchnerista “clásico” fue iniciado por De Vido en sus cartas. Reprochó a Cristina Fernández haber dicho en la campaña que sólo ponía las manos en el fuego por sus hijos Máximo y Florencia.
También cargó contra sus pares que no lo defendieron en la Cámara baja, cuando se votó el desafuero que lo llevó a prisión. "Fue un error no bajar al recinto a defender a De Vido ante una prisión preventiva sin haberlo indagado; y el no bajar fue decidido bien arriba", criticó un ex secretario de Estado de los gobiernos kirchneristas consultado por Los Andes. "¿Que el bloque se quebraba? El bloque ya estaba quebrado", agregó.
Anteayer fue el Día del Militante y los diputados nacionales Héctor Recalde y Andrés Larroque, entre otros, fueron hasta la cárcel de Marcos Paz para acercar su solidaridad a De Vido. No pudieron verlo por una cuestión administrativa. La cuenta de Twitter del ex ministro no dijo nada sobre la visita fallida.
Pero sí, unos días antes, De Vido había agradecido la visita (aunque también frustrada) de Aníbal Fernández. Cristina Fernández tampoco hizo ninguna alusión a su ex ministro preso, entre sus últimos tuits.
Tampoco recordó a Amado Boudou, también con prisión preventiva, aunque un grupo de dirigentes realizó un acto frente al penal de Ezeiza.
La ex presidenta optó por no responder las críticas abiertas en su contra.
Cerca de Cristina niegan que tras las elecciones el espacio kirchnerista se haya debilitado, o que domine el “desconcierto”. Por ejemplo, bajan el precio a la posibilidad de que en diciembre gane el PJ bonaerense una lista encabezada por el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, que reúne a otros intendentes peronistas variados (algunos apoyaron a Cristina Fernández, otros a Randazzo y hay hasta cercanos a Massa).
Afuera quedaron, por ahora, La Cámpora y Fernando Espinoza, actual titular partidario y aliado de Cristina Fernández en La Matanza. Hace poco, el “Tano” Menéndez y otros intendentes peronistas se reunieron con Pichetto.
“Con Pablo Moyano nos une la esperanza”, escribió Cristina Fernández en Twitter, en relación a la oposición del líder sindical camionero a la reforma laboral. Por el mismo tema también elogió al jefe de La Bancaria, Sergio Palazzo. La ex presidenta participó en los últimos días de un encuentro sindical en Santa Fe, y mañana estará en El Cadillal, Tucumán, en el Encuentro de Mujeres Peronistas del Norte Grande, que organiza la presidenta del Partido Justicialista en Tucumán, la ex senadora Beatriz Rojkés, y al que también asistirá la intendenta de La Matanza (y aliada), Verónica Magario. En el kirchnerismo observan con atención los movimientos de Felipe Solá, a favor de reconstruir el peronismo sin exclusiones.
Por un tiempo, la apuesta del kirchnerismo es tejer alianzas peronistas “por fuera de las estructuras partidarias” provinciales. Creen que Cristina Fernández desde su banca de senadora nacional provocará realineamientos (favorables para ella) dentro del peronismo.
Sus críticos internos siguen viéndola entre ingrata o atada a una lógica de aislamiento político. El miércoles 29 de este mes jura en la Cámara alta, donde ya ocupó una banca en tres oportunidades, aunque asumirá recién el 10 de diciembre. Para entonces, el debate por la reforma laboral podría haber pasado por el Senado. Pichetto ya se está moviendo para que esto ocurra.
