El ultraderechista Jair Bolsonaro es candidato y quiere “rescatar” a Brasil

Este ex militar y nostálgico de la dictadura militar se considera una “opción de renovación”.

El ultraderechista Jair Bolsonaro es candidato y quiere “rescatar” a Brasil
El ultraderechista Jair Bolsonaro es candidato y quiere “rescatar” a Brasil

El diputado ultraderechista Jair Bolsonaro enarboló las banderas de la honestidad y la moralidad para "rescatar" a un Brasil hundido en la corrupción, al lanzar ayer su candidatura para las elecciones presidenciales de octubre, donde las encuestas indican que llegará a segunda vuelta.

"Mi candidatura es una misión. Si estoy aquí es porque creo en ustedes, y si ustedes están aquí es porque creen en Brasil", proclamó Bolsonaro durante la convención del Partido Social Liberal (PSL) en Rio de Janeiro, donde unos 3.000 seguidores lo aupaban al grito de "¡Mito, mito!".

Este ex capitán del Ejército y nostálgico de la dictadura militar (1964-85) se presenta como una opción de renovación, como un político sincero, adicto a las redes sociales y alejado de la vieja forma de hacer política.

"Se la incomodidad que estoy causando al 'establishment'. Soy el patito feo de esta historia, pero estoy seguro que seremos bonitos en breve", proclamó el diputado, de 63 años, acompañado por su esposa y sus hijos, la mayoría también políticos.

Conocido por sus exabruptos racistas, misóginos y homofóbicos, Bolsonaro mostró ayer un tono más conciliador y discursó a favor de las mujeres y de la "igualdad", que para él no pasa por cuotas o por un trato diferenciado a la comunidad LGBT.

Apelando a la mano dura, a legalizar el porte de armas para hacer frente a la violencia y a tener a militares en su gobierno, Bolsonaro hizo gala también de su "honestidad" al confesar que no entiende de "muchas cosas".

Se comprometió a impulsar una economía abierta al mercado y con privatizaciones -incluso de "brazos" de Petrobras- bajo la batuta de su asesor, el economista ultraliberal Paulo Guedes, también presente en el acto.

Sin embargo, un elefante blanco planeaba este domingo en la proclamación del segundo candidato con más intenciones de votos después del encarcelado expresidente Lula: Bolsonaro aún no tiene vicepresidente.

Bolsonaro tiene garantizados más votos hoy que ningún otro candidato, a excepción de Lula, preso por corrupción desde hace cuatro meses, y cuya candidatura sería invalidada. Pero eso no es suficiente para ganar los comicios más imprevisibles de la historia moderna de Brasil.

El exmilitar parece haber tocado un techo, pese a haber conseguido vencer las reservas de varios sectores sociales, incluyendo los medios empresariales.

Bolsonaro no logra llegar al 20% de intenciones de voto, incluso en escenarios que no cuentan con Lula. En simulaciones de segunda vuelta, el diputado sería derrotado por todos los candidatos, según Datafolha.

Y aunque este enemigo de la prensa tradicional y de sus supuestas "fake news" asegura que no está preocupado, sin un vicepresidente de otro partido, tendría apenas 8 segundos en cada bloque de propaganda gratuita de radio y televisión de la campaña. 

Proclamas misóginas y homofóbicas

Con proclamas misóginas y homofóbicas y una asumida nostalgia de la dictadura militar, el diputado Jair Bolsonaro ha logrado convertirse en uno de los candidatos favoritos para las presidenciales de octubre en un Brasil convulso.

Sus detractores lo acusan de agravar la fuerte polarización del país. Pero sus partidarios lo consideran el salvador de una patria en peligro. Su segundo nombre es Messias y sus más ardientes seguidores lo apodan "el mito".

Un mito que este excapitán de 63 años, de penetrantes ojos verdes y cabello entrecano peinado con raya al costado supo cultivar mediante una astuta utilización de las redes sociales y sus apariciones mediáticas salpicadas de frases provocadoras.

Bolsonaro no se ha visto salpicado por la avalancha de escándalos de corrupción que sacuden a Brasil y gusta de poner a prueba su popularidad en los aeropuertos, donde suele ser solicitado para tomarse selfies.

"Bolsonaro es la luz al final del túnel. Es el único candidato que representa auténticamente al pueblo brasileño para desembarazarnos de la corrupción", dijo la publicista Agnes Plocharski, de 47 años, en el aeropuerto de Curitiba (sur).

En las últimas encuestas, no llega al 20% de la intención de voto, en la vanguardia para la primera vuelta de la elección presidencial, si se confirma la ausencia del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. Bolsonaro es particularmente popular entre los jóvenes (26%) y en la clase acomodada (34%); de formación católica, en los últimos tiempos buscó -y obtuvo- el apoyo de líderes evangélicos, con un discurso adverso a "la ideología de género".

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