Las primeras manifestaciones teatrales que tuvo Mendoza datan del siglo XVII y según algunos estudiosos mencionan que en el colegio de la Inmaculada Concepción, de la orden jesuítica, había un salón para estos espectáculos. Cabe destacar que antes de este recinto cultural, los salones de las casas familiares eran los únicos en donde algunos improvisados artistas improvisaban obras o interpretaban poesías. En aquel colegio, los estudiantes podían actuar en un escenario con los telones de fondo que eran pintados por ellos.
Los ciudadanos más ilustres concurrían con sus mejores atuendos para presenciar las obras que éstos ofrecían. Por supuesto, que las obras estaban orientada a temas más religiosos que los de la vida cotidiana. El teatro del gobernador A principios del siglo XIX, existía en el colegio de la Santísima Trinidad, un grupo de actores estudiantiles quienes habían construido un pequeño teatro. Durante el primer gobierno de Pedro Molina, esta sala fue ampliada y se le agregaron otras mejoras que le dieron popularidad a aquella sala. Los vecinos lo reconocían como el teatro recreo o de Pedro Molina, el mismo estaba decorado con telones y escenografía que se adaptaban a la obra que se iba a presentar. Además contaba con elementos de utilería y vestuario.
En ese escenario actuaron grandes hombres de la cultura cuyana como Juan Crisóstomo Lafinur y Luis Ambrosio Morante quienes interpretaron obras como "La jornada de Marathon". Actor con espada Fue por 1825 que un militar de origen español llamado José Ruíz Huidobro, llegó con su familia a Mendoza. Tiempo después, se hizo famoso por su inclinación artística y alentado por algunos amigos construyó una Casa de Comedias realizando grandes actuaciones y obteniendo importantes sumas de dinero que lo colocó en una muy buena posición económica. Luego se enroló en las filas de los federales y participó en varias campañas contra los unitarios. Murió en Buenos Aires en 1842.
A pesar del alejamiento de Ruiz Huidobro, siguió siendo el sito más importante de la vida teatral en Mendoza por varios años. Contaba con una excelente decoración y lujosos telones. En varias ocasiones se presentó el genial actor argentino Juan José de los Santos Casacuberta quien por tener pensamiento unitario, se exilió en Chile hasta su muerte en 1849. El Colón de Mendoza A mediados del siglo XIX, se erigió el teatro llamado 25 de Mayo que se hizo muy popular por aquellos tiempos.
Entre los colaboradores de aquel recinto cultural, se encontraba el polifacético Manuel Olascoaga quien como buen artista le dio magia a los decorados y telones en su inauguración. Ese mismo día, se estrenó la obra titulada "La Cárcel" en la que actuaba Federico Soneyra. Aquella puesta en escena fue todo un éxito y cautivó al público mendocino.
Por aquella sala, pasaron importantes obras y actores como Pascual Ruiz y Trinidad Guevara, en el "El Conde de Montecristo". El 25 de Mayo era un teatro fantástico, en donde el ingenio de Olascoaga lo hacía muy especial. El público salía estupefacto de las espectaculares escenografías. Entre las compañías que se presentaron se destacó la de Matilde de la Rosa. El terremoto del 20 de marzo de 1861, hizo que aquel teatro se desplomara junto a ciento de construcciones en la ciudad.
