En el escenario de “A Todo Trigo”, el congreso que cada año reúne en Mar del Plata a los referentes de esta cadena, hubo fuertes críticas a la política comercial que encerró al cultivo y provocó perdidas millonarias a los productores.
“El eslogan marquetinero de proteger la mesa de los argentinos les quitó a los productores trigueros alrededor de 10.000 millones de dólares en 8 campañas y no impidió que los precios de los alimentos continuaran creciendo”, denunció Fernando Rivara, el presidente de la Federación de Acopiadores, la entidad que organizó el evento que se desarrolló los últimos 29 y 30 de abril.
En su discurso, Rivara recordó que hasta el 2006 en cada edición de “A Todo Trigo” se analizaba cómo llevar la producción del cultivo a su máxima frontera tecnológica. Pero ese año cayó el balde de agua helada. El Gobierno cerró las exportaciones con el objetivo de que no aumentaran los precios de los alimentos en el mercado interno.
Rivara planteó que el resultado de estas medidas está a la vista: fuerte desaliento a la producción, autorizaciones selectivas para exportar, ausencia de competencia entre sectores y empresas, derrumbe de precios internos y enormes costos que soportan sobre todo los productores.
“Por el contrario, la Secretaría de Comercio provocó que en el segundo semestre de 2013 el trigo alcanzara el precio más alto de la historia: 700 dólares. Hoy, cuando el trigo vale 100 dólares, hay que preguntarle al ama de casa si compra el pan siete veces más barato que hace 2 años atrás”, dijo Rivara.
En el evento también se recordó que la política comercial dañó relaciones estratégicas. Hasta el 2006, el 80% del trigo que se exportaba se enviaba a Brasil, que es el segundo importador mundial del cereal. Con las trabas a los embarques, los brasileños tuvieron que buscar otros proveedores y en la actualidad solo compran un 20% del trigo que necesitan en la Argentina.
En relación con lo productivo, el ingeniero Emilio Satorre, referente de Aacrea y la Fauba, explicó que la contracción del área de siembra triguera impactó sobre la sustentabilidad de toda la cadena agrícola. El experto contó que en los últimos 15 años el cultivo perdió casi 3 millones de hectáreas, especialmente en la provincia de Buenos Aires.
“Esta situación inició procesos de deterioro, pérdida de la diversidad de los cultivos y recientemente también de enmalezamiento. Desde el punto de vista ecológico, el trigo genera cobertura y construye la salud física y química de nuestros suelos. Paralelamente, genera cobertura, mejora la materia orgánica y tiene un efecto directo sobre la diversidad de la empresa”, insistió.
El consultor Santiago Barberis resaltó otra virtud del cultivo: su rol como herbicida. “No tenemos dudas de que en las zonas donde el trigo da la cobertura en lotes durante el invierno ha permitido el control de rama negra y viola. Por el contrario, en los últimos años, en los que ha faltado en la rotación, vimos problemas con esta maleza resistente”, precisó.
Caerá 25% la superficie este año
A poco tiempo que comience la siembra de trigo, la Bolsa de Comercio de Rosario estimó que el área en la zona núcleo caería un 25% con respecto al año pasado, cuando se sembraron más de 600.000 hectáreas en esta región.
Las principales razones radican, según detalló la entidad, en la incertidumbre de comercializar la mercadería del año pasado, el aumento de los costos de los insumos y las altas tasas de financiación para insumos que deben ser pagados en efectivo, como los fertilizantes, en un escenario de precios deprimidos que puede seguir ensanchando la brecha del nivel de siembra respecto al año pasado.
“Hay zonas donde expresan que no habría cambios respecto al año pasado y localidades donde reducirían la cobertura en un 50%”, indicó.
La Bolsa rosarina detalló que los rendimientos de indiferencia del cereal están entre los 3.500 y los 4.000 kilos por hectárea para campo propio con planteos tecnológicos de nivel medio.
Asimismo, entre los factores positivos para la siembra del trigo están la rotación de cultivos, el control invernal de malezas y la necesidad de bajar los niveles de las napas en las zonas afectadas de los departamentos de Marcos Juárez y Unión.