El tren transiberiano: un viaje a través del tiempo

Un recorrido que nació por la necesidad de Rusia de contar con una salida al Pacífico. Atraviesa siete husos horarios.

El tren transiberiano: un viaje a través del tiempo
El tren transiberiano: un viaje a través del tiempo

El recorrido de este tren representa uno de los servicios más largos del mundo.

Conecta Rusia, Mongolia y China. Abarca una extensa ruta de aproximadamente nueve mil kilómetros, atravesando siete usos horarios y un contraste de paisajes increíbles. Escenario de muchas películas cinematográficas, libros y poesías. Nuestros ojos quedaron maravillados ante tanta belleza.

El recorrido en tren es un continuo contraste de lugares, vegetación y colores. Nace entre otros motivos, por la necesidad de Rusia de tener un puerto en el Pacífico. Su fin era poder utilizar esta vía como transporte de mercancías y pasajeros.

Hoy en día podemos vivir una increíble experiencia a bordo. ¡Así es como lo hicimos nosotros! Visitar tres países (Rusia, Mongolia y China) en un solo viaje. Compramos los boleto con anticipación por lo que pudimos elegir en qué ciudades parar y quedarnos por unos días, para después continuar el periplo.


    Inicio. Las auxiliares de abordo nos esperaban al abordar el tren en Pekín. China
Inicio. Las auxiliares de abordo nos esperaban al abordar el tren en Pekín. China

Comenzamos en Pekín, una enorme ciudad, de grandes edificios en todo su esplendor, grandes mercados de comidas, y para todos los gustos.

En esta etapa inicial, era  obligado visitar, una de las maravillas del mundo: La gran Muralla China.

Una obra de unos 21.200 km de largo, si bien se conservan algunas partes al norte de Pekín, y cerca de centros turísticos, la muralla está en algunos sectores deteriorada por el paso del tiempo. El camino ondulado, serpenteando entre las colinas, subiendo, bajando y por momentos desapareciendo entre las montañas lo hace único.

Allí iniciamos el recorrido en el Tren Transmongoliano que es una variación de las rutas del Tren Transiberiano.

El recorrido total es de siete días con sus respectivas noches . Nos abastecimos con alimentos, bebidas, juegos, libros, y todo lo que consideramos importante y poder entretenernos y compartir e intercambiar y con otros pasajeros. Nuestro inglés nos ayudó mucho para poder interactuar, junto con la emoción y las sonrisas cómplices ante semejante travesía.

Teníamos nuestro camarote compartido. En el tren hay distintas categorías para los gustos de los pasajeros. Todos poseen asientos que por la noche se transforman en camas.

Los vagones tienen baños, comedor con menú y a la carta. Durante algunas de las paradas, también es posible bajarse a comprar comida, frutas y bebidas. Existen dispenser de agua caliente, que te facilita la preparación de comidas instantáneas, sopas, te y café.


    Espera. Parada del Tren en Ulanbator, Mongolia. Esperando la llegada del tren para ir a Rusia.
Espera. Parada del Tren en Ulanbator, Mongolia. Esperando la llegada del tren para ir a Rusia.

Nuestra siguiente parada fue en Ulaanbaatar, Mongolia. Un lugar que te deja sin aliento porque tal vez es lo que uno no imagina. Un país de montañas con sus pueblos nómades que se mueven con sus familias y animales acorde a las estaciones del año y producción. Convivimos con ellos unos días, en sus viviendas, las Yurkas, compartiendo todos los alimentos hechos en el momento, guisos, sopas, pan y caramelos de leche de yak.

Subimos una vez más al tren, para continuar el viaje. En esta oportunidad el tramo duró 48 horas. Las ventanillas  se transforman segundo a segundo en una vidriera, una postal.

Durante el recorrido nos maravillamos con el Lago Baikal , la máxima extensión de agua dulce del planeta, realmente increíble. 

Recorrimos la extensa Siberia, alternando grandes bosques con zonas desérticas, con poblados distantes unos de otros. Entramos a Rusia al sur, por una ciudad llamada Irkutsk. Edificios antiguos, casas que todavía quedaban de la guerra, algunas plazas con grises árboles sin hojas. Estas paradas entre las ciudades nos ayudaban para conocer lugares nuevos y así también encontrar un área de confort.

El último trayecto del tren desde esta ciudad hasta Moscú fue el más largo por que duró 72 increíbles horas.

El despertar en un tren es una experiencia que te llena de emociones sobre todo para aquellos que nos gustan de vivir aventuras y acomodarse a cada situación, conocer distintos rostros y en cada uno de ellos distintas anécdotas.


    Camarote. Sillones que en la noche se transformaban en camas
Camarote. Sillones que en la noche se transformaban en camas

Durante este trayecto nos encontramos en el tren con un grupo de jóvenes americanos que viajaban por deportes. También con personas locales que iban de visita a sus familias.

Nuestra llegada a Moscú fue hermosa y misteriosa. Eso sí, con mucho frío. El termómetro marcaba menos diez grados. Visitamos la Catedral de San Basilio, la Plaza Roja. Fue la última parada de nuestro tren.

Las noches en Rusia se llenaban de calor compartiendo su bebida típica, sus comidas y su música.

Datos útiles

Costo total de los tickets: $280 usd por persona

Longitud: 9.288 km

Duracion: siete días y siete noches

Lineas: tren Moscu; Vladivostok Tren Transiberiano. ramal principal
Tren Pekin; Tren Transmongoliano

https://www.russiantrains.com/es/train/rossiya-trans-siberian-train

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