Definitivamente, Godoy Cruz sumó un punto de arriba. De esos que se saborean más porque llegan con el último suspiro, con el último aliento y sudando la gota gorda. El cabezazo impecable de Fabián 'Andy' Henriquez en la agonía del partido le dan otro matiz al viaje de regreso del Tomba a Mendoza. Sigue sin poder ganar, es cierto (acumula siete fechas sin sumar de a tres). Tanto, como que el tiempo de trabajo de Lucas Bernardi ha sido escaso. Entre viajes y partidos, el entrenador todavía no logró imprimir su idea. Pero está claro que el rumbo comienza a enderezarse de a poco. Ahora, por lo menos, no pierde. Empata.
Con dos cambios respecto del equipo que venía de empatar ante Sporting Cristal en Perú (Agustín Aleo por Jalil Elías y Richard Prieto por el Morro García), el Tomba salió al campo de juego del Florencio Sola con la consigna de ganar para seguir alimentando las esperanzas de pelear por un lugar en la Copa Sudamericana 2020.
Más allá de que Godoy Cruz se puso en ventaja por un error de Luciano Civelli en la salida (Richard Páez robó y tocó atrás para el Gato Lucero, que tocó con el arco vacío), el primer tiempo fue favorable a Banfield. El equipo de Hernán Crespo tuvo la pelota, la hizo circular con criterio y eligió la banda derecha para doblegar la marcación de Agustín Aleo, a quien le hicieron permanentemente el 2-1.
Así llegó el empate del Taladro, tras una gran asociación del hábil Gómez con Álvarez, quien llegó hasta el fondo y tiró el centro al área chica para el anticipo ofensivo de Julián Carranza. Gol y 1-1.
El trámite siguió siendo favorable para el Taladro, que se mostró más rápido y explosivo por las bandas. Fiel al estilo de juego de su entrenador, Banfield hace un culto del buen trato de la pelota, la movilidad, el juego asociado y cambio de ritmo de tres cuartos de cancha hacia adelante. Lo tuvo para ganar el Taladro en el primer tiempo (y lo mereció).
El Tomba sufrió el primer tiempo. Sintió el desgaste del viaje a Perú entresemana y la gran incógnita cuando se fueron al descanso pasaba por saber si el equipo de Bernardi sería capaz de aguantar la presión incesante de un adversario que salió ahogarlo desde el primer minuto.
Banfield no cambió su fisonomía y siguió dominando estratégicamente el desarrollo. Y con el ingreso de Jalil Elías por Juan Andrada, Bernardi buscó darle oxígeno a la mitad de la cancha. Inteligente, con un equipo desgastado desde lo físico, la apuesta del Tomba fue no cambiar golpe por golpe. La inexperiencia y juventud de los de Crespo dejaba con vida a un cansado Godoy Cruz. Incluso, de contra, el Expreso tuvo dos chances clarísimas para ganarlo vía Lucero y el Morro García, a quien otra vez se le fue ancho un mano a mano en esta cancha con el partido 1-1 (deja vú de 2018). Pero faltando muy poco para el final, Abecasis cometió una falta, el juez Abal sancionó penal y Carranza lo cambió por gol.
Había olor a historia terminada, pero el Tomba fue con el corazón y su orgullo en busca de un empate que llegó con la cabeza de Henriquez. Y en los minutos finales, el Tomba se animó y tuvo un dominio territorial interesante, algo que no había realizar durante 87 minutos de juego. Falló en el último pase, pero si el partido duraba unos segundos más, el Expreso hubiese tenido una opción más para marcar.
Lo positivo: Godoy Cruz usó la cabeza y se llevó un punto de arriba que no se nota en la tabla, aunque sí sirve mucho en lo anímico y para mantener el invicto en este incipiente segundo ciclo de Lucas Bernardi.