Godoy Cruz perdió 2-0 con Banfield y agudizó su crisis en este Superliga, ya que comienza a mirar de reojo los promedios para la temporada que viene.
Los goles del Taladro fueron convertidos por Junior Arias y Julián Carranza, de penal, mientras que al Tomba le anularon (bien) un gol tras un cabezazo de Jacquet, pero con Alanis en posición adelantada.
Godoy Cruz cambió un poco su cara, pero los resultados siguen si aparecer y eso obliga a mirar los promedios para la próxima temporada.
Banfield empezó a presionar desde el primer minuto. Lo tuvo al Tomba en su terreno, situación que se mantuvo gran parte del primer tiempo. Salvo por aquella jugada a los 12’ de la primera etapa, en la cual, ante la caída de Lollo, Vella quedó solo mano a mano con el aquero. El volante tombino, confiado intentó definir con un tiro insuficiente y Conde logró sacarla con el pie al córner. Acto seguido, un centro le quedó a Miguel Jacquet, éste cabeceó y la pelota entró. Sin embargo, fue anulado por un off side y obstrucción de Alaniz en la línea del arco.
Después de esa ida y vuelta, el Taladro no se dejó intimidar por aquella jugada del equipo bodeguero. Mientras que tras aquel gol anulado el elenco mendocino se activó y niveló las acciones.
A los 17’ Godoy Cruz tuvo otra oportunidad. Vella se la dio servida a Breitenbruch y el derechazo del lateral reventó el travesaño.
El Tomba se volvió más incisivo. Penetró por la derecha -punto flojo del Taladro- y se asomó buscando abrir el marcador.
Pese a esa leve mejoría del local, y en este ida y vuelta, pasó lo que se temía. A los 34’ Bartolo habilitó a Arciero, quien le dio el centro a Arias para que el uruguayo con un frentazo preciso e impecable pusiera en ventaja a Banfield a poco del final de esta primera parte.
El Taladro convierte así su cuarto gol en lo que va en el torneo y sale de la zona de descensos. Mientras que el Tomba es el equipo más goleado de esta Superliga.
En la segunda parte la cosa no cambio, salvo el resultado, ya que Julián Carranza estiró la ventaja, tras un penal que Tomás Cardona le cometió a Nicolás Bertolo.
