Protagonismo puro; del bueno. De ese que deja las palmas rojas de tanto aplaudir. Godoy Cruz inició la era de Diego Dabove como DT con un rendimiento de alto vuelo en ese capítulo inicial ante Chacarita.
Moviendo el balón de lado a lado y con buenos rendimientos individuales, el Expreso fue configurando una presentación que redujo a su rival a la mínima expresión.
Parecía que el Funebrero se paraba mejor, pero bastó que Pol Fernández y Felipe Rodríguez se hicieran de la redonda para que los de Sebastián Pena naufragaran en un mar de dudas.
A dos toques, ocupando los espacios vacíos y arriesgando en los metros finales con Ángel González y Juan Garro sobre las bandas, el local generó un par de situaciones que lo pudieron poner en ventaja antes de la media hora, cuando finalmente llegó el desequilibrio tras ese córner envenenado de Pol y el cabezazo hacia atrás de Mauro Matos.
El 1-0 estaba bien y premiaba al que tuvo la iniciativa en todo momento, aun cuando Chaca pudo empatar en una acción donde Imbert cabeceó debajo del arco, Burián tapó con rebote y el jugador visitante la tiró por encima del travesaño.
La idea de Dabove de presionar en el medio, con los centrales bien adelantados en el campo, empujó a Chacarita a cometer errores en la salida. Esa recuperación del balón más cerca de la valla rival provocó grandes sofocones para Pedro Fernández.
Sólo la fortuna permitió que el pitazo final de Andrés Merlos encontrara el marcador con un exiguo 1-0. La visita fue un rival demasiado débil en este capítulo.
No tuvo ideas para intentar atacar, ni velocidad para el retroceso. Así, se expuso frente a un veloz Godoy Cruz y de milagro no lo pagó más caro. Por eso se imponía una reacción para la visita.
Debía salir de su letargo si quería pelear el partido ante un Godoy Cruz muy lúcido para jugar el balón. Esa lucidez para encontrar algunos contragolpes chocó con la definición que tuvieron esos ataques directos.
Garro y el Morro despilfarraron algunas claras ocasiones que hicieron presagiar lo peor. Y Chacarita, que se sintió con suerte, lo fue a buscar con pocos recursos, aunque algunos de ellos efectivos.
Y fue el tiempo de Burián, que tapó, de forma magnífica, un cabezazo de Matos dentro del área chica. Con muy poco, el Funebrero le complicó al local un partido que no tenía ese transitar en la primera mitad.
Pese a ello, nada empañó este arranque prometedor del Expreso, que terminó mejor el juego cuando encontró de nuevo la tenencia del balón y ya no fue vertical.
Ahora, con el reloj a su favor, la hizo correr de lado a lado y buscando algún pase entre líneas que ya no iba a llegar. Buen redebut de los dirigidos por Dabove, quien arrancó la competencia oficial ilusionando al pueblo tombino con un año de más alegrías y menos vacas flacas.
