Fue todo de Godoy Cruz. De principio a fin. El Tomba aprovechó las enormes limitaciones de un adversario que tuvo una semana convulsionada (con la salida del DT incluida), llena de problemas y exhibió su nítida superioridad.
Si el 3-5-2 con el que apoyó los botines en el verde césped del Tahuichi Aguilera era un indicio, los primeros minutos del partido confirmaron la hipótesis de un equipo decidido a comenzar a asegurar la clasificación a la siguiente fase de la Libertadores por primera vez en su historia.
Desde el inicio mismo del partido, el equipo de Lucas Bernardi salió a imponer el ritmo. Lejos de especular, el Tomba fue un vendaval desde el comienzo. De hecho, a los 30 segundos tuvo la primera situación clara: Juan Garro recuperó, Ángel González asistió a Javier Correa y el cordobés definió desviado de zurda contra el palo derecho.
Y si esa situación había sido neta, la segunda, tres minutos después lo fue mucho más. Giménez jugó la pared con Correa en la puerta del área y quedó cara a cara con Salazar, pero el remate de zurda del formoseño se fue apenas ancho.
Ante un rival que no ejercía presión y que tenía muchísimos problemas en la marca, el Expreso estaba tan suelto que volaba en Santa Cruz. Correa pivoteaba y los volantes y carrileros llegaban con total libertad hasta las barbas del arquero.
Sobre el cuarto de hora, Correa esperó la subida de Abecasis y lo dejó mano a mano con el ‘1’, el ex River definió ‘tres dedos’ y el balón pegó en el travesaño.
Godoy Cruz dominaba territorial y conceptualmente el desarrollo. La defensa estaba bien parada y no sufría, los volantes, como Poyet, jugaban de primera y a un toque, y los delanteros se movían por todo el frente de ataque. Sólo faltaba el gol. Ángel González lo tuvo a la salida de un córner pero demoró una eternidad en rematar y lo marcaron. Un anticipo de lo que vendría después.
¿Sport Boys? Sólo inquietó en una ráfaga aislada en la que Vogliotti cabeceó (a las manos de Rey) y acto seguido sacó un zurdazo que “RR” controló abajo.
Y cuando parecía que el Tomba había aflojado en el ritmo, llegó el blooper que terminó en el gol del goleador del Tomba en esta Copa, el de los goles clave como visitante: Ángel González. El Tomba se fue al descanso merecidamente en ventaja. Y se quedó cortó en el resultado.
El complemento comenzó con la misma tesitura. Godoy Cruz siguió poniendo condiciones en el trámite. Era tal la supremacía mendocina que cada avance parecía que iba a terminar en el fondo del arco de Salazar. En menos de un minuto, Garro y Giménez perdieron chances clarísimas. El Tomba tenía todo para liquidarlo, pero le perdonaba la vida a un flojísimo equipo boliviano que seguía con vida.
A esa altura, Bernardi ya había guardado a Correa y González para el derby del próximo domingo, entonces Garro se fue a jugar de punta definido. Hablando de Juanfi, tras una pared con Henriquez, el ‘7’ definió con suspenso por sobre el cuerpo de Salazar y chau mufa para el tunuyanino. Había olor a partido liquidado y (¿por qué no?) a goleada copera de Godoy Cruz.
Pero tres minutos después del tanto de Garro, en una jugada aislada, Jherson Córdoba remató cruzado desde afuera del área y puso a los bolivianos en partido.
En realidad, fue el Tomba el que lo dejó en partido hasta el final. Porque sucesivamente, Salazar le tapó dos remates a Silva y Giménez le regaló otro mano a mano al “1”. Ante un rival con diez jugadores (Córdoba vio la roja por un codazo a Abecasis), el Tomba sufría algunas arremetidas esporádicas de un adversario entregado en defensa. Entonces, Giménez se inspiró y dibujó un verdadero golazo para ponerle la rúbrica a otro histórico triunfo. El Tomba pisa fuerte y deja huellas por todo el territorio sudamericano.
