Prácticamente sin despeinarse, el equipo de Lucas Bernardi resolvió el pleito con suficiencia, pragmatismo y a los 17 minutos de la primera etapa ya tenía todo resuelto. La pregunta que nos hacíamos era ¿por cuántos goles iba a golear el Expreso? Godoy Cruz fue arrollador. Una verdadera Tromba.
Manejo el trámite a su antojo desde el principio hasta el final de la etapa. Y lo hizo a una velocidad supersónica, no dejó respirar al elenco puntano, lo presionó en la salida, lo forzó sistemáticamente al error y el equipo de Bernardi funcionó como un bloque inexpugnable en el desdoblamiento defensa-ataque. Por si esto fuera poco, el elenco estuvo muy veloz y preciso con la pelota.
Javier Correa abrió el marcador. El cordobés marcó el perfecto pase con una diagonal, eludió a Lupardo y definió con el arco vacío para poner en ventaja al Tomba ante los puntanos. Lejos de relajarse, el equipo fue por más. Siguió siendo punzante por intermedio de tres elementos clave en el fútbol moderno: presión, posesión y triangulaciones.
El segundo tanto fue un golazo. Después de varios toques y movimientos de desmarque, Benítez apareció por izquierda para meter un centro al corazón del área, donde 'Pol' Fernández apareció libre para meter un cabezazo goleador.
El equipo de Bernardi era muy superior. Tanto, que a los 17’ Ángel González apareció para empujar otro centro del Cholo Benítez: 3-0 y pudieron ser cuatro, cinco o seis en esa primera etapa de 35 minutos.
En el complemento, el Expreso bajó un poco los decibeles. El Turco Asad, que le había pedido movilidad a los suyos, tuvo ecos en sus palabras y el visitante mejoró.
Luego, entre suplentes, Estudiantes lo emparejó. Godoy Cruz no estuvo fino, aunque tuvo las mejores situaciones de gol por intermedio de Gabriel Carabajal, quien ante la falta de Maxi Sigales y el Morro García (ambos lesionados) se paró como un falso nueve.
El ex Talleres quedó tres veces mano a mano con Adasme, pero el ex Lepra le ganó el duelo y se erigió en la figura.