Del Expreso de América al Tomba de la Argentina. De equipo en formación a estructura confiable. El Tomba tiene el carácter que falta a otros grandes equipos en este tipo de instancia eliminatoria. En otras palabras, se agranda en las difíciles. ¡Y sigue saliendo de copas!
El Banfield de Falcioni venía de dar una exhibición de poderío ofensivo en el Gigante de Arroyito ante Central y, de la mano de la dupla del momento (Mouche-Cvitanich) había ganado tres de cuatro partidos en la Superliga.
¿El Tomba? Llegaba con algunas dudas tras la poco convincente victoria frente al Rojo el último sábado en el Malvinas. Y salvo el muy mal primer tiempo que jugó en Tucumán, este Godoy Cruz es un equipo bravo, duro de vencer y con cosas interesantes a la hora de atacar. Mauricio Larriera, un obsesivo del “jogo bonito”, quita horas a su sueño con el afán de hacer mejor a este equipo que, pasito a pasito, se sigue ganando el respeto de todos los rivales del fútbol argentino.
Con el Morro García como primer eslabón de la presión alta, al Tomba le tomó cinco minutos acomodarse en el campo de juego de La Gloria. Se paró en terreno rival y descansó en el guante del pie zurdo de Giménez, el encargado de la distribución. Inteligente, abrió la cancha y se hizo rengo para atacar por el andarivel zurdo con Angileri.
El gol llegó por decantación. Porque antes de la perfecta definición de “Pipe” Ramis tras el rebote en el tiro libre ejecutado por ‘Pol’ Fernández, el Morro y Garro habían tenido chances nítidas para abrir el marcador.
El resultado era justo y se justificaba. Banfield estaba maniatado. En una de ésas, el malo de Beligoy se “devoró” un penalazo de Jorge Rodríguez a Pol Fernández.
Al Tomba se le nota intención de juego. Ofrece ataques más armados, no es vertical al divino botón y suma hombres a las líneas. El empate de Cvitanich (cabezazo de goleador serial) fue el precio que pagó por el intenso desgaste de los primeros 30 minutos. Cuando la presión había mermado, Banfield eligió el extremo derecho para atacar, Viera patinó y Darío no faltó a la “Cvita”.
El complemento comenzó con el vértigo con el que había finalizado el primero. En un área, Burián (cada día hace callar más bocas) se hizo gigante para taparle un mano a mano a Mouche; en la otra, Altamirano manoteó al córner una hermosa volea de Garro.
Y cuando las piernas empezaban a pesar, Larriera metió mano: adentro González por Ramis y a correr por el andarivel izquierdo, justo por donde el Tomba encontró la llave de la victoria tras la pared de Angelito con el Morro y la excelsa definición de ‘Tonga’ Giménez. Aplausos para él y para este Tomba que ofreció una nueva muestra de carácter para dejar en el camino a uno de los mejores equipos de fútbol argentino y meterse de lleno en Cuartos, cuando enfrentará a Central.
¡De copa en copa, Tomba!
