Guerra de civilizaciones. El geopolítico estadounidense Samuel Huntington, ha pronosticado en su libro “El choque de las civilizaciones”(1996) que las guerras del futuro no serán por territorios, sino que el enfrentamiento será entre civilizaciones. Avanzando un poco más, identifica a los enemigos de Occidente, como el Islam y China.
Con respecto a si el Corán o las enseñanzas de Mahoma incluyen o alientan este tipo de intolerancia, se pueden espigar párrafos que parecen predicar tales procederes. Por ejemplo, aquella directiva que manda difundir, por medio de la espada, la fe que el profeta predicaba. En otros: “Matadles donde deis con ellos y expulsadlos de donde os hayan expulsado” (2:191-193). El Corán contiene 109 versos que llaman a los musulmanes a la guerra con los no creyentes (judíos y cristianos).
Tales versos o párrafos deben interpretarse en el contexto histórico y coyuntural en el que fueron expuestos pero hay quienes, con fines más políticos que religiosos, los exhuman para justificar su odio a Occidente, su cultura y su religión.
Declaración de guerra
Para quienes puedan albergar alguna duda, transcribimos la declaración del Consejo Consultivo Muyahidin, colocado en internet: “Les decimos a los adoradores de la Cruz que continuaremos nuestra Yihad y nunca nos detendremos hasta que Dios nos avale para cortar su cuello y enarbolar la bandera del Islam hasta gobernar en todos los pueblos y naciones”. Sólo entonces lo único aceptable será la conversión o la muerte por la espada. (Obsérvese que se dirigen a los “adoradores de la Cruz”, no a un Estado o grupos de Estados, lo que tiende a confirmar el aserto del autor norteamericano). Constituye ésta una verdadera declaración de guerra y de apoyo explícito a las salvajadas que viene haciendo el supuesto Estado Islámico, que degüella en medio de un río de sangre y cadáveres amontonados, que los medios televisivos no deberían mostrar pues aquellos monstruos buscan publicidad y generar temor, en la certeza de que el miedo resiente y enerva la voluntad de resistir. La TV no debería prestarse a ello. El Corán y el profeta Mahoma no predicaron la violencia sino la paz.
Son estos sicarios del demonio que, explotando la fe de millares de acólitos, la yihad y la sharía, pretenden dominar el mundo creyendo que Occidente carece de capacidad de reacción a causa de la pérdida de sus valores éticos y religiosos. La reacción en Francia ha demostrado que la libertad y los derechos humanos son sentimientos profundamente arraigados en nuestra civilización. Bien, ése es el enemigo, que carece totalmente de escrúpulos, al que le daría lo mismo hacer explotar la represa de Itaipú, como existe el temor en la población aguas abajo de aquélla, con sus más de 120 metros de altura, que hacer detonar un cinturón de cartuchos de dinamita adosado a su cuerpo. Total, si muere en guerra santa, en el más allá lo esperan “siete vírgenes”.
En fin, el mundo debe tomar conciencia de que el Occidente se halla frente a un enemigo declarado, desafiante, al que no le importa matar a inocentes, como en Atocha, la estación madrileña, en que murieron cientos de trabajadores, muchos de ellos inmigrantes de países islámicos.
Los graves errores de Cristina
Nos preguntamos si se trata de errores inocentes o son producto de un "setentismo" mal digerido, trasnochado y anacrónico.
Por ejemplo, menciono algunos de sus yerros; no todos ya que me faltaría espacio: la silenciosa penetración de inversiones y compras chinas en áreas muy sensibles de nuestra economía, en general recursos extractivos para alimentar a su inmensa población de casi 1.400 millones de habitantes, con mayor valor adquisitivo que en la época de Mao. Además, petróleo, minerales, hierro, tierras y todo lo que pueda ser útil para mantener su extraordinario proceso industrial. (Ellos nos venden manufacturas, con mucho valor agregado y nosotros sólo materias primas en bruto), Ferrocarriles, como el Belgrano Cargas, de gran importancia estratégica, por recorrer 14 provincias, extrayendo la riqueza del NOA.
Ahora también ha desembarcado la India, urgida por iguales necesidades. Todo sin el debido control y fiscalización del Estado.
Con China tenemos, según nuestra presidenta, una "alianza estratégica especial", motivo por el que le concedió, por 50 años en la cordillera neuquina, una generosa cantidad de hectáreas para establecer una base de espionaje espacial y un poderoso escáner para escuchar comunicaciones de países occidentales. Esta obra, en acelerado proceso de construcción, se estima que estaría terminada en este año. Esto es grave, pues en caso de un conflicto mundial, no podríamos argüir neutralidad, estaríamos en el ojo de la tormenta.
Con la Rusia de Putin, ex KGB, la policía secreta de los soviéticos, repudiado internacionalmente por su actual política expansionista, también dijo mantener igual tipo de relaciones, en oportunidad de la visita de aquél a Buenos Aires, además del apoyo incondicional a Rusia en todos los foros internacionales.
La debilidad de Cristina por los gobiernos totalitarios también la aplicó en nuestra región con el fallecido Chávez y el histórico Fidel.
Todavía resulta más vergonzoso el acuerdo con el gobierno de Irán, comprobados criminales de los dos actos de terrorismo más violentos que haya sufrido nuestro país. A cambio de ciertas mejoras económicas y geopolíticas, se habría transado deslindar a Irán, y a algunos de sus dirigentes, del pedido de captura formulado a Interpol.
Más de 20 años después de encubrimientos, desaparición de pruebas, un juez corrupto y un presidente, Menem, que apañó tales procedimientos, por fin un fiscal valiente y honesto -que llevaba, hasta el domingo pasado, la megacausa- acusó a Cristina Fernández, al canciller Timerman, al piquetero D´Elía, y al diputado camporista Larroque, de encubridores, por querer deslindar a Irán de cualquier responsabilidad en los atentados.
Una investigación de 300 fojas le permitió fundar su acusación y ordenó el embargo de 200 millones de pesos contra la Presidenta y su ministro.
El fiscal fue convocado por el Congreso a fin de presentar las pruebas que poseía; lo que nadie imaginó, pues aún se tenía cierta confianza en las instituciones, es que dicho fiscal sería encontrado muerto en el baño de su casa, la madrugada del día en que debía concurrir al Parlamento.
Esto no hace más que confirmar la acusación del magistrado y, evidentemente, alguien con mucho poder no quiso que trascendieran las pruebas. Lamentable y vergonzoso final para un inaudito y vergonzoso acuerdo.