Creativa, intuitiva, apasionada. Eterna optimista y soñadora, Inés Berton es hoy la referente máxima del té en Argentina. Ha trascendido fronteras, ganado premios y dirigido varios proyectos.
Sus días son todos distintos y transcurren entre hebras de té, aromas de la naturaleza, negocios, premios, programas de emprendedurismo y viajes.
Sus creaciones están en las más refinadas galerías de Europa y Estados Unidos, y son el placer diario de nobles y reyes. Han sido degustadas hasta por el Dalai Lama, Lenny Kravitz y Ozzy Osbourne.
Es una "blender"; crea los tés con infinitos ingredientes, exquisitos productos de diversos lugares del planeta. Su mágico olfato, sus estudios de perfumista en Francia y su imaginación y esfuerzo le permitieron llegar a ser hoy una mujer abrazada por el éxito.
Es fundadora de Tealosophy y cofundadora de Chamana Infusiones Andinas. Además, se desempeña como blender para IntiZen. Ella ama el Calm, el Blue Earl Grey, el Indian Delight, el Omm y el Smokey Old Grey. Y afirma, en una búsqueda constante de la calidad, que es fundamental tener siempre en casa un buen earl grey o un buen english breakfast.
Tranquila, activa, pensante y sincera, dialogó con diario Los Andes.
- ¿Qué significa el té para vos?
- Tuve la suerte durante muchos años de viajar y hacer el té para el Dalai Lama, le pregunté qué era el té para él y me contestó: es el arte de ritualizar la hospitalidad. Creo que es una definición maravillosa. El té para mí no es un producto, es un lenguaje, un latido, donde fluimos y somos abundantes.
El té no es otra cosa que la fusión de Oriente y Occidente, segundo producto de consumo en el mundo después del agua, que no conoce fronteras y es totalmente transversal. Encontré ahí mi latido, es mi manera de expresarme.
- ¿El té genera placer?
- Genera placer, es el lujo posible, el lujo accesible. Por qué no despertarse con una gran cosecha de té negro, con peras de otoño, ramas de canela, cardamomo, jengibre y pimienta; por qué no pensar en un té verde con duraznos blancos y pétalos de flores. Es pensar olfativamente y poder transmitir un momento.
- ¿La gente sigue eligiendo el tradicional saquito de té o lo percibe de otra manera?
- Cambió rotundamente. Yo creé Tealosophy hace 17 años cuando volví a Argentina después de hacer esto muchos años en Nueva York, Francia y haber vivido en Sri Lanka. Lo que cambió el té y cómo lo disfruta la gente es increíble. En definitiva el té es sinónimo de tiempo. Hoy por hoy lo que más valoramos es el tiempo. Esa pausa es única y maravillosa.
- ¿Qué hacés exactamente hoy en Tealosophy?
- Yo hoy estoy a cargo de tres compañías. Tealosophy nació hace 17 años con 132 dólares, era muy chiquita. Luego creció y ganó el premio Louis Vuitton a mejor tienda de té de Europa. Hemos diseñado para los principales hoteles, restaurantes y grandes chefs. IntiZen y Chamana son otras compañías que hoy tienen presencia en 20 países, donde diseño y proveo todo el té.
- ¿Sos una emprendedora nata?
- Como mujer me encanta ser Chair del B20 (Business 20), es un honor ya que dirijo la parte Pymes, que representa el 70% del empleo del país y un 40% de la economía. Creo que hoy la gente busca trabajar en compañías épicas, que dejen huella, que tengan un sueño, sustentabilidad. Que tengan algo que contar y líderes que quieran compartir sus sueños. Ya no es tan piramidal el tema, todos buscamos equilibrio entre trabajo y vida.
- ¿En qué momento de tu vida adheriste al té?
- Creo que hay un momento en la vida en la que uno se juega. A veces es el camino menos transitado. Vengo de una familia de abogados y siempre supe que ese no era mi latido. Me gusta la naturaleza, estar en contacto con el exterior. A los 18 me fui a París y si bien empecé estudiando como perfumista, a los 21 me fui a Nueva York y trabajaba en un museo. Debajo del Guggenheim había una casa de té divina, donde empecé a elegir lo que quería beber. Mis blends gustaban, la gente pedía beber los mismos y empecé a trabajar allí.
- ¿Cómo te nace delinear un blend?
- En algún momento uno se cuestiona a qué vino y cuál es su misión en la vida. Estoy convencida de que mi camino es inspirarme para inspirar a otros. Yo llevo muchos años recorriendo el mundo, caminando cosechas, caminando nuestro país, sus plantaciones. Poder contar mi historia creando un blend al final del día no es otra cosa que la búsqueda incesante de ingredientes honestos para un té honesto.
- ¿Te entrenás para tu trabajo o te nace naturalmente?
- Yo trabajo mucho la memoria olfativa. Cuando la mayoría de la gente piensa en rosas yo pienso en las distintas variedades que hay. Para mí con esto pasa un poco lo mismo: por ejemplo, pensar en un mercadito de especias en la India me evoca ramas de canela, cardamomo, jengibre y pimientas. O pensar en despertar un día frío con unas vainillas de Madagascar, cacao de Venezuela y naranjitas tostadas; o cómo hacer que un té verde, con un durazno blanco y unas flores de jazmín se sienta maravilloso. En todas estas creaciones evoco experiencias, la música es una gran inspiración en mi vida, el ballet también.
- ¿Qué se viene para los próximos meses?
- Mis días son completamente distintos. Estoy con ganas de dejar el management de la compañía para dedicarme a la parte creativa. Tengo muchos proyectos afuera. Es un buen momento para dejar el ego de lado y darle espacio a volar.
- ¿Te entusiasma ser jurado del Prix de Barón B - Édition Cuisine?
- Ser parte de este jurado es incentivar todo el talento que hay en el país. Alentar a aquellos que conocen las huertas y las denominaciones de origen de los productos a que nos muestren lo que hacen. A veces estoy en un lugar perdido en la Patagonia o en Salta y descubro alguna cocina que me deslumbra. Este concurso es el momento para mostrarlo.
En busca de visiones transformadoras
Barón B anunció la primera edición de un premio que reconocerá la excelencia de los mejores proyectos gastronómicos del país, destacando a los que estén generando un cambio en su entorno y en la gastronomía argentina.
Se trata de un concurso en el que se podrán postular chefs de todo el país y que contará con un jurado de conformado por Martín Molteni (chef y pionero en la gastronomía autóctona de alta gama); Mauro Colagreco (primer cocinero argentino con dos estrellas Michelin); Inés Berton (Tea Blender y creadora de Tealosophy) y Andrés Rosberg (presidente de la Asociación Internacional de Sommellerie).
"El Prix de Baron B - Édition Cuisine, no es solamente un concurso de cocina, es un premio a un proyecto y a una propuesta culinaria innovadora. Es un espacio que nos permitirá reconocer nuevas visiones transformadoras de la gastronomía, a través de un evento federal que valoriza la diversidad y la riqueza de cada región del país", comentó Hugo Le Biez, Brand Manager de Baron B, durante el evento de presentación desarrollado en el Alvear Palace Hotel de la Ciudad de Buenos Aires.
Al tratarse de un premio nacional, pueden participar todas las personas vinculadas al mundo de la gastronomía que cuenten con un mínimo de 5 años de experiencia: desde chefs ejecutivos, chefs propietarios, chefs de partida y cocineros de hoteles, restaurantes, clubes, catering o escuelas.
Los candidatos deberán compartir una receta elaborada a base de una proteína. Este primer año del programa la proteína será de un corte vacuno.
Además, el chef deberá maridar su plato con una de las tres variedades de Baron B: Extra Brut, Rosé y Brut Nature y explicará por qué cree que es la mejor elección.
El ganador será premiado con el Prix de Baron B - Édition Cuisine, un corcho bañado en oro tallado por el orfebre argentino, Juan Carlos Pallarols, un viaje de estudio a Francia y una distinción económica de 5 mil dólares.
Las postulaciones podrán realizarse hasta el 1 de Julio en www.baron-b.com.ar/prix-cuisine. El 25 de ese mes se realizará el anuncio de los 3 proyectos finalistas y el 30 de agosto se anunciará el ganador del Prix de Baron B - Édition Cuisine 2018.