Hace 53 años, un día como hoy, desapareció en Costa Rica un avión argentino de la Fuerza Aérea nacional con 68 personas. Nunca se encontró ni el aparato ni a sus ocupantes.
El año pasado desapareció un submarino argentino con 44 personas a bordo. Hasta ahora no se encontró el submarino ni a sus tripulantes.
Los parientes, los amigos, de estas 112 personas reclaman, los buscan, quieren la verdad.
Con una diferencia de 52 años la tragedia de la desaparición del cuatrimotor TC-48 (foto) entre Panamá y Costa Rica y la tragedia del submarino ARA San Juan tienen paralelismos patéticos y son un símbolo de la desidia y la decadencia de nuestras Fuerzas Armadas y de nuestro país.
A pesar de la diferencia de épocas tienen en común, al menos, la falta de mantenimiento y control estricto de la seguridad de ambas naves, el ocultamiento, las informaciones retaceadas o manipuladas de las fuentes oficiales, la indiferencia sobre el dolor ajeno, dolor que no cesa con el tiempo transcurrido, la imposibilidad de hacer un duelo.
Hoy después de 53 años hay quienes continúan la búsqueda en pos de saber lo ocurrido, en un caso, el del TC-48 sólo impulsada por algunos parientes, colaboradores desinteresados de Argentina y Costa Rica. En el caso del ARA San Juan por profesionales contratados por el Estado. ¿Será que algunos de los 112 valen más que otros? o ¿que hay sólo más temor del costo político?
Pepe Tobal
Cineasta y documentalista cordobés