“Cuando en los noticiarios informan el pago a los jubilados, siempre la cortina musical que eligen es un tango. El tema es que los viejos que bailaban o escuchaban tango, o tienen más de 80 años o ya no están. Y los jubilados de ahora, en su juventud bailaban Elvis o los Beatles. Pero no tango.
Pasando en limpio: relacionar el tango con los viejos es una falacia”. Contundente en sus palabras, el profesor de tango Osvaldo Ordóñez termina de echar por tierra un mito que hace tiempo viene en caída libre a juzgar por lo que acontece en el día a día: el tango no es cosa de viejos.
De hecho, cada vez más mendocinos de menos de 40 años se acercan, ya sea empujados por la pasión o la curiosidad, al mundo del tango y los participantes de las milongas (quienes están en el tema aseguran que hay al menos una por noche) son cada vez más jóvenes.
“Te puedo decir que casi 90% de mis alumnos tienen menos de 40 años. Y cada vez más gente de entre 20 y 30 años se acerca”, agregó Ordóñez, quien junto a su compañera Carina González dictan clases de tango dos veces por semana y están organizando un importante seminario para febrero.
“El tango no empieza y termina con la danza, es toda una comunidad. Hay gente de todas las edades, de distintas profesiones y culturas. Todos nos conocemos de vernos en las milongas. Si te ponés a ver bien, hay una por noche. Y como cualquier comunidad se va trasladando y se vive de una forma muy especial, de la misma forma en que vivían estas salidas nuestros padres”, destacó a su turno Marita Gómez, de la milonga Pipistrella.
“Hace dos años que bailo, y es todo un tema coordinar con los horarios de trabajo. Pero tiene algo muy particular: es muy adictivo y no lo dejo por nada, es muy catártico. Tiene mucho de confianza y empatía, porque la mujer cierra los ojos y el hombre la guía. El tango se siente y la música te va llevando. Además todo el mundo el tango es un atractivo turístico para quienes vienen de afuera y un reflejo del país”, contó Juan Molero (32), un mendocino apasionado.
Ayer fue una fecha con mucho simbolismo para los amantes del tango. Es que los legendarios Carlos Gardel y Julio De Caro (emblemático director de orquesta) nacieron un día como el de ayer, pero de 1890 y 1899 respectivamente. Estos dos episodios son más que suficientes para que, desde 1979, cada 11 de diciembre se celebre en todo el país el Día del Tango, recordando además que -como danza- ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad.
El respeto y el abrazo
Coinciden los entendidos en el tema que, junto a los '90 y al siglo XX, se fue también aquella idea de que tango y vejez son sinónimos. "Esta percepción cambió cuando los jóvenes empezaron a descubrir que el tango es algo totalmente improvisado, en lo que prima el respeto. En el boliche, por ejemplo, suele ser todo más brusco y se pierde ese respeto. Incluso si yo, con 54 años voy, el patovica no me va a dejar entrar. Pero en las milongas tangueras la cosa cambia. El hombre se acerca y la mujer decide si lo acompaña o no. En el tango se destaca la sociabilización y conviven personas de todas las edades, todos bailan con todos. Los jóvenes empezaron a encontrar un lugar de respeto y de 'no avasallamiento'. Y esa satisfacción que queda muy en evidencia en el momento del abrazo en la pareja", indicó Ordóñez.
Incluso, el instructor resaltó que ese tan renombrado respeto empieza en uno mismo, ya que se pone más énfasis en el cuidado personal teniendo en cuenta que es clave para poder acceder a bailar con el otro. “El tango es un excelente ejercicio físico y una forma de seducción”, resaltó.
Gómez, de la milonga Pipistrella, también se detuvo en todo lo que rodea al tango y que no sólo se limita al baile o a la música. “Trabajamos desde la óptica del tango como fenómeno social. Y lo interesante es que encontrás gente joven, adulta y grande. Pero la mayoría del público tiene entre 20 y 25 años y son personas que llegan de distintas formas y de distintas culturas y profesiones. Pero todos llegan con la necesidad del ‘abrazo’, de compartir ese momento de disfrute”, indicó Marita, quien organiza una milonga semanal todos los jueves.
Los tiempos cambian
Hay además otra verdad que se reafirma: la forma de bailar tango también ha cambiado.
“Ha cambiado muchísimo si se compara como bailaban tango nuestros padres y abuelos con el tango que se baila ahora. Hay distintos estilos y todos tiene mucho de improvisación, pero la esencia es llevar el abrazo y siempre brindando contención respetuosa y creando un ambiente agradable”, indicó Gómez.
Ordóñez, por su parte, también se detuvo en la improvisación a la hora de bailar. “No es algo coreografiado, sino que hay que bailar acompasado con la mujer”, indicó.
“Voy a las milongas tres veces por semana, y a veces cuatro. Mis primeros profesores fueron Ana y Luis, que tienen una milonga los días jueves en Belgrano y Pedro Molina. Actualmente, la movida joven ha crecido muchísimo, aunque el tango de hoy ya no se baila como en la época de nuestros mayores. Ahora se hace hincapié en la energía”, reflexionó a su turno Isabel (63), una de las tantas habitués de las milongas mendocinas.
Mónica (60) y su esposo Oscar hace cuatro años bailan tango. “Siempre nos gustó el tango orquestado y nos entusiasmamos con las milongas y las clases. Creo que lo más lindo es que conviven personas de muchas edades y de distintas clases sociales, el tango es muy integrador. Y ni hablar del hecho de que nunca bailás dos veces igual el mismo tango, porque tiene mucha improvisación”, indicó entusiasmada la mendocina, quien también se refirió al crecimiento de interesados jóvenes.
“Hay muchas parejas que van a aprender para bailar en sus casamientos. Tiene mucho de terapéutico, porque te despeja mucho y te abre la vida social”, sintetizó.
Patrimonio de la Humanidad
El Día Nacional del Tango, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, se celebró ayer en conmemoración de los nacimientos de Carlos Gardel y Julio De Caro con distintas actividades en todo el país.
El autor y compositor Ben Molar fue quien propuso al 11 de diciembre como Día Nacional del Tango, con apoyo de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic), la Sociedad General de Autores de la Argentina (Argentores), la Sociedad Argentina de Escritores (Sade) y la Academia del Tango, entre otras entidades.
La iniciativa fue presentada por Molar en 1965, pero fue el 19 de diciembre de 1977 que se convirtió en ley y luego, en 2009, fue declarado por Unesco Patrimonio de la Humanidad.
Seminario internacional del 2x4
Entre el 5 y el 7 de febrero del año que viene, el Centro Catalán de Mendoza será sede del seminario “El tango antes del movimiento”, organizado por los profesores de tango Osvaldo Ordóñez y Carina González.
La actividad será dictada por el destacado y renombrado profesor Daniel Peralta y su compañera, Jasmín Vaverka, ambos radicados en Europa y con una amplia trayectoria artística y de profesionalización internacional.
El encuentro se desarrollará en seis módulos; cada uno de ellos se centrarán en los diferentes aspectos técnicos sobre ritmos, movimientos, silencios y musicalidad.
Asimismo, en la oportunidad habrá exhibiciones profesionales y participarán invitados de todo el país y de Chile.