El superior general de los jesuitas es un venezolano

Se convertirá en el primer sacerdote no europeo en dirigir a esta centenaria orden. Es considerado un renovador de esa parte de la Iglesia.

El superior general de los jesuitas es un venezolano

El venezolano Arturo Sosa, elegido superior general de los jesuitas, es descripto por sus allegados como un brillante intelectual, guapo, encantador y con gran capacidad de liderazgo, que desarrolló en Venezuela una destacada carrera académica y de reflexión política.

De 67 años, Sosa es licenciado en Filosofía por la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas y doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Central de Venezuela.

En Venezuela, donde transcurrió casi toda su vida, destacó como docente. Fue rector de la Universidad Católica del Táchira y director del centro de análisis y de estudios Gumilla.

Sosa sucede como "Papa negro" al español Adolfo Nicolás, de quien era consejero general, y se convertirá en el primer no europeo en liderar a los jesuitas en los casi cinco siglos de esa orden.

Fue, también, el primer venezolano nombrado superior provincial de los jesuitas en Venezuela, entre 1996 y 2004.

“Arturo fue un alumno muy capaz. Era el más joven de su grupo y también el más integrador, con una gran capacidad de liderazgo y mucha simpatía”, dijo a la AFP el padre Jesús María Aguirre, quien le dio clases de latín cuando ingresó al seminario, en el Instituto Pignatelli de Los Teques, a las afueras de Caracas.

Aguirre valora sobre todo su desempeño como superior provincial en Venezuela, pues considera que tuvo “un papel muy importante en la renovación de la Compañía de Jesús” en este país.

“Ahora, como superior general puede hacer una gran labor. Tiene mucha cercanía con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano que fue nuncio apostólico en Caracas, y puede tender puentes con los dicasterios. Tiene una gran capacidad de relacionamiento”, sostuvo Aguirre.

Compromiso político

El mayor de seis hermanos, Sosa nació en Caracas el 12 de noviembre de 1948 en una familia acomodada y comprometida en la política.

Su padre, llamado Arturo Sosa igual que él, fue un importante empresario que se desempeñó como ministro de Hacienda en 1958, apenas caída la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez e integró también la junta de gobierno que presidió entonces Wolfgang Larrazábal.

Ocupó nuevamente la cartera de Hacienda entre 1982 y 1984.

A fines de los años 60 y principios de los 70, su hijo Arturo, entonces estudiante, se unió al movimiento de renovación universitaria, e incluso fue expulsado de la Universidad Católica Andrés Bello.

“Tenía ideas de gran compromiso social y era crítico del statu quo”, recordó Aguirre, quien posteriormente vivió con él un año en Flores de Catia, una de las barriadas populares más grandes de la capital venezolana.

Además, Sosa trabajó en la promoción de cooperativas en los Estados de Lara y de Trujillo, en el occidente de Venezuela.

En 1992, la irrupción de Hugo Chávez en la política de Venezuela lo marcó también a él, envolviéndolo en la polémica.

“Se decía que tenía ciertas simpatías pro chavistas, y que eso influyó en su nombramiento como rector de la Universidad Católica del Táchira, para alejarlo un poco de Caracas y de la polémica”, recordó uno de sus estudiantes.

Aguirre refiere que Arturo Sosa “pagó” su mediación en un momento muy delicado de la crisis política venezolana, cuando Chávez, preso por su intento de golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, se negaba a ser trasladado desde la prisión militar del cuartel San Carlos, en Caracas, a la cárcel de Yare, fuera de la capital.

“Él participó como mediador por la Iglesia Católica, junto a monseñor Mario Moronta y al padre Luis María Olaso. Por ese aspecto quedó muy marcado, como si fuera filochavista. Los grupos de oposición lo vieron con recelo y desconfianza pero sus últimos textos fueron muy críticos con el gobierno”, indicó Aguirre.

Alegre y conversador

Reconocido como un hombre guapo y encantador, sus amigos y familiares sostienen que es una persona “alegre, siempre de buen humor”.

“Es muy conversador, inteligente, sencillo. Es un amante del cine y es de muy buen diente. Trabajar con él fue muy agradable”, dijo a la AFP María Fernanda Mujica, quien lo acompañó en el Centro Gumilla y en la Universidad Católica Andrés Bello.

En la casa de su madre Margarita, en Caracas, su elección desató una fiesta, con teléfonos que no paraban de sonar y visitas.

El Papa recibió a unos mil peregrinos luteranos

El Papa Francisco recibió en el Aula Pablo VI a unos mil peregrinos luteranos, a quienes dijo que el mundo espera de los cristianos el testimonio de “hacer visible la misericordia de Dios”. En ese sentido, aseguró que en medio de las diferencia entre ambas Iglesias, “es la misericordia de Dios la que nos une”.

En un mensaje ecuménico dirigido a los cristianos luteranos, el Papa Francisco dio gracias a Dios porque “hoy, luteranos y católicos estamos caminando por la vía que va del conflicto a la comunión”.

“Ya hemos recorrido juntos un importante tramo del camino, a lo largo del cual hemos tenido sentimientos encontrados: dolor por la división que todavía existe entre nosotros, pero también alegría por la fraternidad encontrada”, aseguró el Santo Padre.

El Papa dijo que “vuestra presencia aquí, tan numerosa y entusiasta, es un signo evidente de esa fraternidad y nos llena de esperanza de que la comprensión mutua siga aumentando”. ACI Prensa

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