El Superclásico se comenzó a disfrutar en la playa

La escena rompe con lo cotidiano: en el baño de varones, hay una fila de más de veinte personas. En el de mujeres, nadie espera: entran y salen sin demora. Es que hoy no es un día como todos los demás en esta ciudad: esta noche Boca y River juegan el primer Superclásico del año en el Estadio Mundialista de Mar del Plata y, antes de que empiece el partido, cada una de las hinchadas -la mayoría son hombres- hizo sonar sus bombos y sus canciones en la playa.

Los de River se dieron cita en la arena de Punta Mogotes, justo a la altura del balneario 12, donde suelen veranear futbolistas de distintos equipos y donde esta tarde la cerveza de litro costaba 90 pesos, diez más que cualquier otro día. Los de Boca se concentraron en Playa Serena, en el sur marplatense, entre los acantilados. A las 15 no quedaba ni uno de los 600 choripanes que el dueño de un puesto había comprado para vender a los xeneizes. En ambos lugares los hinchas se contaban de a miles.

"Vinimos en micro desde Mendoza. Tardamos quince horas y no pagamos por el micro, sólo la entrada a 450 pesos", contó Paulo, de Boca. Tanto en Playa Serena como en Punta Mogotes los micros se apiñaron a un costado de la ruta, listos para ir a la cancha entre las 18 y las 19.

Estacionar cerca de las playas que se vistieron de fútbol cotizó alto: los "trapitos" de Serena cobraban 200 pesos, y el estacionamiento del balneario 12 -150 pesos la estadía- agotó localidades hacia el mediodía. Y sumarse a los banderazos con un nuevo "trapo" costaba 100 pesos.

"Somos de San Miguel. Algunos vinimos en auto, otros pagaron 1.500 pesos por la entrada y el micro que te trae temprano, venís a pasar el día con la hinchada y después de la cancha, de nuevo a casa", dijo Iván. Ya tiene a Enzo Francescoli y al "Burrito" Ortega tatuados en una pantorrilla: siguen Gallardo y Ramón Díaz.

"El que no salta, abandonó", cantaron los hinchas del Millonario, mientras que los de Boca gritaron "River decime qué se siente haber jugado el Nacional". Estaban apenas calentando las gargantas, no sólo con canciones, sino también con litros y litros de fernet, vino y cerveza, cuyos envases alfombraron la playa. Se preparaban para el duelo de hinchadas que tendrá lugar durante el partido a partir de las 22.10.

"Se reforzó el operativo policial en esta zona", afirmó uno de los oficiales de la policía de la Provincia que revisaba mochilas en el pasillo de ingreso a la playa pública que corre entre los balnearios 12 y 13 de Punta Mogotes. Además de los que se ocupaban de la requisa, decenas de policías caminaban la arena en la que la bandera más grande fue llevada por cientos de hinchas hasta el mar para una foto multitudinaria. En el ingreso a la parte privada, había ocho oficiales fuertemente armados del Grupo de Apoyo Departamental de la Policía. Durante el operativo, 21 hinchas de River fueron puestos a disposición de la justicia por tenencia de cocaína y marihuana. A la vez, fueron requisados elementos cortantes, pirotecnia y bebidas alcohólicas -aunque se vendieran botellas de a decenas a pocos metros.

En la zona en la que se concentraron los hinchas de Boca, sin concesiones privadas cercanas, la presencia policial era sensiblemente menor.

La convocatoria de este fin de semana en Mar del Plata se apoya en estos hinchas y en todos los demás que agotaron las entradas para el partido: la ocupación hotelera, en promedio, es del 91 por ciento y ningún hincha de estos clubes se priva de vestir sus colores. Ni el chico que bajó a Punta Mogotes con la camiseta blanca con números rojos que Michael Jordan vestía en los Chicago Bulls, ni la chica que se puso la azul y oro de Stephen Curry, jugador estrella de los Golden State Warriors. Las camisetas de Boca y de River, dicen, las guardan limpitas para esta noche. CC