La tribuna se vino abajo cuando el Chevrolet Cruze con el número 14 en los laterales quedó cerca del podio. Ya desde la segunda batería nació la esperanza cuando estuvo a punto de ganar.
“Diego Mungi me pasó tranquilo en la chicana porque yo venía con gomas para lluvia y el piso ya se había secado. Faltó poco”, tiró al ser segundo en la serie.
El expectante sexto cajón que Julián Flamarique ocupó en la grilla de la final sirvió para que dejara atrás a Adrián Oubiña en el arranque. “El Chevrolet Cruze se caracteriza por funcionar bien en carrera. Venía con ritmo”, dijo el godoicruceño, con más protagonismo aún cuando luchó con Sebastián Gómez, Mariano Werner y Guillermo Ortelli.
El golpe de Oubiña a Gómez posibilitó que se metiera cuarto. “Había mucha gente alrededor del circuito alentándome”, manifestó.
Sin embargo, la ilusión llegó a su fin en el décimo giro. “Un cable que maneja la caja con la palanca de cambios se cortó y las marchas se trabaron”, tiró al llegar a boxes. “Es increíble porque esto nunca pasa, pero así son las carreras”, cerró con amargura el volante local.