La desaparición del submarino ARA San Juan, con 44 tripulantes a bordo, tiene en vilo a todo el país y generó una enorme preocupación en la Casa Rosada, aun no hay indicios que permitieran inferir una tragedia y tampoco se ha restablecido el contacto con el navío.
Enrique Balbi, vocero de la Armada, anunció anoche que había subido un escalón la categoría el operativo a “búsqueda y rescate”. Precisó que “la hipótesis es una falta de comunicación o una falla eléctrica”. Igual llevó tranquilidad a las familias en la tarde de ayer al sostener que “no hay indicios” de que el submarino “haya naufragado” poniendo en riesgo -al menos por ahora- la vida de los oficiales y suboficiales, entre los que hay un mendocino.
El navío, uno de los tres submarinos que tiene la Marina argentina, se perdió en aguas del Golfo San Jorge, a unos 430 kilómetros de Puerto Madryn, perdió contacto con tierra después de reportarse por última vez el miércoles a las 19.30 y la búsqueda fue iniciada por la Armada el jueves a las 22.
Desde entonces, los rescatistas lograron “barrer” el 20% de la zona en la que podría estar el submarino según su última señal.
Voceros del Gobierno señalaron a este diario que el presidente Mauricio Macri seguía el minuto a minuto de la búsqueda y había hablado tres veces en las últimas 24 horas con el ministro de Defensa, el cordobés Oscar Aguad.
Estamos en contacto con las familias de la tripulacin del submarino ARA San Juan que se encuentra extraviado para informarlos y apoyarlos. Compartimos su preocupacin y la de todos los argentinos.
Estamos comprometidos a utilizar todos los recursos nacionales e internacionales que sean necesarios para hallar al submarino ARA San Juan lo antes posible.
Aguad llegó ayer desde Vancouver, Canadá, tras adelantar su regreso por la situación de emergencia y se instaló en Mar del Plata donde está la base de operaciones para el rescate del submarino. Allí también esperaban, angustiados, los familiares.
“Sabemos que tuvo problemas en las comunicaciones, pero no sabemos si tiene propulsión ni qué tan grave es la avería. Eso implica que hay dos posiciones estimadas en las que buscar”, explicó el Vocero de la Armada.
Los expertos de la fuerza militar entienden que si la falla es sólo en la comunicación, tuvo que seguir la ruta directa a Mar del Plata para favorecer el encuentro pero si no tiene propulsión y está a la deriva, lo deben buscar teniendo en cuenta los vientos y las corrientes.
Según el protocolo, el submarino -de 66 metros de largo- debería estar en la superficie si es que sólo ha perdido propulsión por algún eventual problema en las baterías. Es la hipótesis que esperanza al Gobierno para no hablar de una “emergencia”.
El clima no ayudaba en la búsqueda dado que en la zona de rastreo hubo ayer vientos muy fuertes con ráfagas de hasta 90 kilómetros por hora, lo que “picaba” el mar y generaba “falsos blancos” en los radares.
Del operativo participaban dos naves de superficie equipadas con “sonar” (técnica que se vale de la propagación del sonido debajo del agua para detectar el rebote de las ondas en otros buques), y dos aviones que sobrevuelan la zona en la que se perdió el contacto.
Al promediar el viernes, se sumó una aeronave de la Agencia Espacial Norteamericana (NASA). Se trata de un avión P-3 que se encontraba realizando estudios en la Antártida por el cambio climático y cuenta con instrumental y cámaras de última generación.
Los gobiernos de Chile, Estados Unidos y Reino Unido ofrecieron apoyo logístico e intercambio de información en lo que se denominó una “búsqueda humanitaria” del buque que estaba operando junto a otras unidades de la flota de mar en el control de la zona económica exclusiva.
El “ARA San Juan” (S-42) es un submarino tipo TR-1700 fabricado en Alemania. Se incorporó a la Marina nacional en 1985. Es de propulsión diésel eléctrica convencional y sistema esnórquel. En 2008 se le había iniciado la reparación de “media vida” que terminó en mayo de 2014. Contiene 6 tubos lanza torpedos en proa; carga 22 torpedos tipo SST-4 filoguiados, y de 40 a 80 minas de fondo.
El escaso presupuesto militar
El incidente del “San Juan” es una expresión más de la política de presupuesto low cost que se viene llevando desde hace años con las Fuerzas Armadas, que supone ahorrar también en mantenimiento. No se trata sólo de usar equipos que tienen más de 40 años, sino también de tener tripulaciones con pocas horas de entrenamiento.
Esta política de achique que viene desde el gobierno de Carlos Menem sólo intentó ser revertida por la Ley de reestructuración militar de 1998 que se votó por unanimidad, para que el presupuesto pasara del 0,8% del PBI al 1,5%, pero nunca se cumplió.
Hoy, Argentina no tiene los equipos necesarios para el rescate de submarinos y depende de otros países.
"Es un momento dramático"
Eduardo Krawczyk, el padre de Eliana, la primera oficial submarinista del país que integra la tripulación del buque, dijo que atraviesa “un momento dramático” por no tener novedades de su hija.
Asimismo, atribuyó el “hermetismo” sobre el hecho que mantuvo la Armada hasta esta mañana “porque no quieren dar falsos datos o falsas esperanzas”.
Durante una breve conversación radial, Krawczyk recordó que hace tres años asistió a la ceremonia en que su hija recibió el título como primera oficial submarinista del país y contó que ella había iniciado este viaje hace “aproximadamente 15 días”.
Según autoridades del gobierno fueguino que visitaron el navío durante su estadía en Ushuaia, a bordo hay una tripulación de “alto nivel profesional” y “apasionada por su tarea”.
Aquella tragedia del sumergible ruso Kursk
Considerada un fortaleza submarina, imposible de destruir, el naufragio del Kursk el 12 de agosto de 2000 fue una de las mayores tragedias navales de Rusia, entonces gobernada por un novato en el poder llamado Vladimir Putin.
Durante unos juegos de guerra en el mar de Barents, el submarino nuclear, joya de la armada rusa, se fue a pique con sus 118 tripulantes después de dos explosiones, la última equivalente a un terremoto de poco más de 4,2 en la escala de Richter.
El disparador del drama ocurrió a las 11.28, en la sala de torpedos, cuando una filtración de uno de ellos desencadenó una reacción química y la consecuente explosión. La segunda y devastadora deflagración fue 134 segundos después luego de que el fuego alcanzara siete ojivas de torpedo.
La nave fue localizada a las 4 del día siguiente, sobre el lecho marino a 110 metros de profundidad.
Durante las primeras horas, el gobierno y los militares rusos rechazaron la colaboración de otros países para las operaciones de rescate, inacción promovida por Putin, que no cortó sus vacaciones en Sochi hasta 5 días después del drama.