El sol ilumina pero no calienta

Comienzan a aparecer buenos indicadores económicos que no alcanzan para devolver el entusiasmo a los argentinos.

El sol ilumina  pero no calienta

Por Rodolfo Cavagnaro - especial para Los Andes

La semana comenzó llena de buenas noticias que devolvieron las sonrisas a los funcionarios de gobierno. Los datos del Indec dieron cuenta de un crecimiento del sector industrial superior al 6%, mostrando sectores que venían mal y están en recuperación y otros, como construcción, metalmecánica y automotores, en plena expansión.

Pero luego vinieron los datos de la recaudación impositiva de junio y la alegría de los funcionarios era mayor. La recaudación de junio resultó ser un 8% superior a la del año anterior, descontando la inflación. El secreto fue una ampliación de la base imponible de IVA, Ganancias y Bienes Personales, y un poco más de actividad económica.

El ministro Dujovne (el que el inventó los “bosques de brotes verdes”) también se mostró exultante y en una conferencia aseguró que este año los salarios le ganarán “por goleada” a la inflación. Esto resulta muy raro porque, en general, todos los gremios cerraron acuerdos cercanos al 20% con una cláusula de ajuste por inflación. En todo caso no perderán, pero de ahí a ganar por goleada es como demasiado exitismo.

De todos modos hay una cierta percepción de que la economía ha comenzado a moverse, aunque a muchas familias aún les cuesta cerrar sus números porque los aumentos tarifarios en los servicios públicos los está obligando a hacer una reingeniería de sus gastos. Esto se traduce en quejas, primero, y cambios en las modalidades de consumo, después.

La devaluación del peso ante el dólar ha sido otro factor que tuvo expectante a los argentinos esta semana ya que, no acostumbrados a un mercado flotante, muchos se preocuparon, aunque reconocían que había un atraso importante. La mayor duda es acerca de la posibilidad de traslado de la devaluación a los precios. Si bien algunos productos tienen componentes importados, no debería haber un traslado total.

Donde se ha recibido bien es en el sector exportador, aunque todos lo toman con cuidado, porque el beneficio dependerá del movimiento de los costos de sus proveedores para poder establecer si el resultado es, finalmente, positivo.

Con todo, el gobierno se ha mostrado muy satisfecho. El ministro de Hacienda calcula que, con la nueva base de cálculo y una mayor reactivación, crecerá la recaudación por encima del gasto y éste, además, crecerá menos que la inflación, lo que le aseguraría que el déficit fiscal primario, a fin de año, será menor al pronosticado.

Dudas que subsisten

Mientras tanto, el Banco Central mantiene muy elevadas las tasas, contrayendo deuda que genera altísimos intereses, generando una peligrosa bola de nieve que se va acumulando y que debería ser desactiva de a poco pero en forma consistente. La inflación se para bajando el gasto y no acumulando deuda ni frenando la economía. Ésa es una receta antigua.

Incluso, si bien este año la inflación bajará a la mitad del anterior, en el orden del 22%, para el año próximo está calculada en 17%, lo que sigue siendo un valor muy alto. Hay que llegar en forma urgente a un registro de un dígito como para entrar en terreno competitivo y más ordenado. Pero los necesarios ajustes tarifarios seguirán manteniendo elevados los números.

Otro tema que preocupa es la falta de definición en torno a la reforma impositiva, ya que involucra muchas situaciones de gran complejidad. El gobierno tiene un elevado nivel de gasto y una presión impositiva asfixiante. No obstante, tiene un elevado déficit fiscal, que puede bajar de a poco.

Si quiere bajar impuestos, deberá bajar gasto. Y en el gasto primario el 37% de las erogaciones corresponden al área de la Seguridad Social (jubilaciones, pensiones, AUH), lo que le deja poco margen de maniobra si, además, no puede eliminar rápidamente los subsidios a las tarifas de servicios públicos.

Por otra parte, los gobernadores están presionando porque quieren más recursos de coparticipación para lo cual proponen aumentar la base de reparto (coparticipación primaria), pero se resisten a la baja de ingresos brutos, que es el impuesto más distorsivo del sistema impositivo.

Otras dudas que subsisten son los referidos a la reforma laboral y al sistema de contribuciones sociales que actúan como impuestos al trabajo. Desde los sectores empresarios insisten en que el sistema es muy caro y que es más barato tecnificarse que tomar empleados.

Las cargas tributarias sobre la nómina salarial, más las contribuciones que el trabajador debe hacer, llevan a que el costo para el empresario sea el doble de lo que el trabajador lleva a su bolsillo. Tendrán que revisar la forma de no desfinanciar al sistema de seguridad social pero con regulaciones que no sean una barrera para la creación de empleos. Es prioritario incorporar al sector formal al 35% del sector trabajador que todavía no está registrado.

El frente externo

El sector externo representa uno de los mayores interrogantes de los meses venideros. Es que las decisiones del presidente de EEUU, Donald Trump, están llevando a una devaluación constante del dólar en el mundo, pero por ahora no está impactando en los precios de las materias primas, que se siguen manejando por la oferta y demanda global, en un mundo que no termina de arrancar.

Las continuas peleas de Trump con diversos países lo están llevando a un aislamiento mientras se van produciendo realineamientos. No obstante el valor del dólar en el mundo sigue siendo una referencia importante. Por esa razón la Reserva Federal, hasta ahora, intenta poner freno a la exagerada oferta monetaria del mandatario, aunque en pocos meses la presidenta del organismo será remplazada y el riesgo es que sea un banquero con la misma visión de presidente de EE.UU.

Lo que viene no será fácil, y por eso es muy importante que en Argentina el gobierno acelere los procesos de reforma y rebaja del gasto y la inflación ya que en estas condiciones no podríamos superar sin problemas algún shock externo. Nuestra economía aún está muy débil. Parece que el sol está saliendo y comienza a iluminar, pero falta mucho para que empiece a calentar y, en el medio, está el cansancio de los argentinos.

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