Los trabajadores del sector petroleros consiguieron adelantar el incremento salarial que estaba previsto para noviembre (a cobrar en diciembre). La suba, que finalmente se ejecutará con el sueldo de octubre, es del 9%.
De esta forma, los empleados del sector hidrocarburífero lograron ganar algo de aire hasta que se retomen las negociaciones paritarias. Es que el avance de la inflación, por encima de lo previsto, disparó la cláusula de revisión que había sido acordada en las negociaciones previas.
Sindicato y empresas volverán a reunirse recién el martes 29 de este mes, con el objetivo de equiparar la suba salarial definitiva con la inflación prevista. En principio, el objetivo del gremio es lograr un ajuste adicional del 17%, lo que llevaría la actualización salarial total del año al 45%, aunque no se descarta que los representantes gremiales finalmente pidan un porcentaje mayor.
La propuesta de los trabajadores se conocerá recién a fin de mes, pero el adelanto del 9% pone paños fríos a las negociaciones y prácticamente descarta la posibilidad de que se desarrolle algún tipo de medidas de fuerzas.
Escenario complicado
Aunque el adelanto del incremento mostró una predisposición por parte de las petroleras a negociar, lo cierto que es el escenario económico que atraviesan no es el ideal.
El nivel de producción de crudo en Argentina está lejos de alcanzar valores ideales. De hecho, se ha registrado una baja del nivel de actividad en Vaca Muerta, lo que seguramente tendrá un impacto directo sobre el volumen de producción de 2020.
A su vez, hay algunas provincias que no logran repuntar en su producción, pese a las inversiones en tareas exploratorias lideradas por YPF. Es el caso por ejemplo de Mendoza, que tiene hoy el nivel de extracción de crudo y gas más bajo de los últimos años. Si bien las expectativas son favorables a futuro, gracias a los primeros pozos exploratorios en la parte mendocina de Vaca Muerta, lo cierto es que hoy los números son preocupantes.
Esta realidad se agrava aún más si se toman en cuenta otros factores, como el congelamiento parcial del precio de los combustibles, que baja la rentabilidad de las petroleras, y la caída en el consumo. Pese a que el parque automotor ha crecido, tanto en Mendoza como en el total de Argentina, los despachos de nafta vienen cayendo en sus dos versiones.
Todo esto forma un combo complicado para las petroleras, que ahora deberán sentarse a negociar con los sindicatos, que buscarán no perder la carrera contra la inflación.