Por Luis Fermosel - la.fermosel@gmail.com
Luego de haber sido ninguneado durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, el sindicalismo se sintió reconocido, llamativamente, por un gobierno que no es de extracción justicialista. No fue casual la convocatoria realizada por Mauricio Macri a las principales cabezas sindicales, ni tampoco respondió a una cuestión ideológica sino a una necesidad: las paritarias comienzan la discusión en un clima de preocupante incremento de la inflación y el Gobierno tiene la necesidad de que la situación no se le vaya de las manos. Sabe además perfectamente que dejar librado todo a la discusión individual por actividad puede llegar a situaciones incontrolables si, al no haber acuerdos, el sector empresario decide trasladar a los precios los posibles incrementos salariales.
No fue casual tampoco la convocatoria realizada por el gobierno nacional. Llamó a las cabezas visibles de las tres centrales obreras que nuclean prácticamente la totalidad de la actividad privada del país: Hugo Moyano, por la CGT Azopardo; Antonio Caló, por la CGT Alsina, que en su momento estuvo muy cercana a la gestión kirchnerista, aunque sin llegada abierta a la presidenta, y el gastronómico y conflictivo Luis Barrionuevo, que cuenta además detrás suyo a un número importante de gremios. Se sumaron también Juan Carlos Schmid, cercano a Moyano pero muy respetado por el resto de la dirigencia; Gerardo Martínez, del sector de Caló pero con un gran poder de convocatoria a través de su gremio: la construcción; Gerónimo Venegas, que se acercó al macrismo luego de tener duros enfrentamientos con el kirchnerismo, a pesar de ser el titular de las 62 Organizaciones “Peronistas”, mientras los “gordos” no quisieron quedar afuera y enviaron a su representante, el mercantil e histórico Armando Cavalieri. Sólo no participaron los gremios nucleados en las dos CTA: la encabezada por Pablo Micheli, titular de ATE, y la liderada por el docente Hugo Yasky, que estuvo absolutamente alineada a la conducción nacional durante la gestión de Cristina Fernández.
Cabría preguntarse si esta reunión le servirá a Mauricio Macri con miras al futuro. Esencialmente porque la historia demuestra que, durante los gobiernos no peronistas, los sindicalistas cuentan con la rara virtud de unirse a través de la CGT y, de esa forma, actuar en conjunto, en algunos casos liderando a la oposición, como sucedió con el gremialismo durante el gobierno de Raúl Alfonsín y se reiteró en la gestión de Fernando de la Rúa. El problema que se plantea actualmente es si los popes sindicales, llámense Hugo Moyano, Antonio Caló o Luis Barrionuevo están dispuestos a ceder posiciones y dejar que sea otro quien conduzca al sindicalismo futuro. Por de pronto, Macri ganó algunos espacios, avanzó sobre la hipótesis de diálogo para disimular las grietas que dejó el gobierno anterior y logra algo de oxígeno por algunos días, especialmente en momentos muy convulsionados con motivo de la inflación que ha golpeado con fuerza a gran parte de la población.
También mirando lo que pueda ocurrir en el futuro y ya incursionando en el plano político en la interna justicialista, no quedan dudas de que al gremialismo le conviene mucho más la unidad, esencialmente en momentos como el actual en que el sector político se encuentra atomizado y con profundas diferencias entre el peronismo histórico y el kirchnerismo. Va a pasar bastante tiempo y va a correr mucha agua bajo los puentes hasta que las situaciones tomen mayor estado público, pero lo cierto y lo concreto es que el sindicalismo respondió a una convocatoria oficial sin imponer condiciones, lo que de hecho constituye un paso importante.
En Mendoza
“No nos podíamos quedar callados ni de brazos cruzados ante la delicada situación por la que atraviesa la provincia y tampoco ante lo que sucede con muchos despidos, como está ocurriendo con el Casino. Por ese motivo algunos dirigentes nos reunimos en el sindicato de Canillitas y decidimos convocar a una reunión ampliada para el 25 del corriente, en esa misma entidad sindical”, señaló uno de los popes sindicales locales, al hacer mención a la convocatoria recientemente realizada y de la cual participan los sectores encabezados por el colectivero Calcagni, el petrolero Jorge Córdova, el metalúrgico Luis Márquez, algunos gremios, como mineros o televisión que en su momento estuvieron junto a Dante González y algunos independientes.
La fuente consultada se apresuró a señalar que no se trata de un plenario general sino de “una reunión amplia” de dirigentes sindicales y que, por el momento, no está prevista una unificación de la CGT. “Lo que sucede es que, para discutir nombres, es necesario una mesa chica que parta de la base de si va a haber una lista de unidad o si se van a presentar dos o más listas...”, para agregar que “es muy difícil consensuar las opiniones cuando los que discuten son 70 o más gremios con personería gremial, a lo que debería sumarse el hecho de si pueden tener voz y voto aquellas agrupaciones que han pedido la inscripción como entidad sindical”.
Con relación a la posibilidad de que se invite a participar al gremio de Comercio, liderado por el diputado provincial Guillermo Pereyra, que integra el bloque oficial pero que está alineado al massismo, la fuente destacó que “esperamos que concurra, porque se trata de un gremio y de un sindicalista importante, más allá de que eventualmente se encuentre en un espacio político distinto al nuestro. Además, no podemos confundir: la CGT agrupa a todos, sea cual fuere el espacio político al que pertenezca su dirigente. No vamos a mezclar la CGT con el plano político”.
De todos modos y más allá de lo señalado, el dirigente sindical consultado manifestó su malestar por la forma en que se está delineando la interna partidaria del justicialismo. “Ni los azules, ni la línea Integración que lideran los Félix en San Rafael nos tienen en cuenta. No nos llaman ni nos consultan para nada, razón por la cual nosotros estamos liberados para tomar decisiones. Lo que no quiere decir que dejemos de participar en política”, dijo, para agregar que “somos peronistas y vamos a trabajar por el peronismo. Creemos que, a nivel nacional, quien mejor nos representa es Juan Manuel Urtubey, quien días pasados realizó una reunión con sindicalistas del norte del país, de la cual también participaron algunos representantes de Mendoza y de San Juan. Lo que sí está claro también es que, de manera natural, el kirchnerismo se va a ir desprendiendo del justicialismo o bien quedando en el mismo espacio pero sin liderar, como pretende hacerlo actualmente”, concluyó.
