Por Luis Fermosel - la.fermosel@gmail.com
“A los gremialistas les gusta el calorcito oficial...”, señaló en cierta oportunidad un dirigente político, y la frase parece tener ahora bastante actualidad. Porque ante la incertidumbre que genera la situación política, nadie en el sindicalismo mueve un dedo y parece esperar a que el cielo se aclare. No deberán esperar mucho, en razón de que las PASO abrirán las primeras puertas y las elecciones generales de octubre terminarán de definir la situación. Por el momento, hay jugadas individuales y se han disipado las posibilidades de conversaciones en la búsqueda de la unidad de la central obrera nacional.
Según afirman dirigentes nacionales consultados, “no es el momento para tomar decisiones”, ni tampoco de “jugar la sigla” hacia determinado candidato. “Creemos que es la oportunidad de decir que hay libertad de decisión, a los efectos de que cada uno se ubique lo mejor posible donde le convenga”, destacan. En ese esquema, se supo que hubo dirigentes que pusieron sus fichas inclusive durante las elecciones en la Capital Federal. Facundo Moyano, el diputado nacional e hijo del líder los camioneros (aunque él es titular de los trabajadores de peajes) se alineó en su momento con Sergio Massa. Y como a Massa le convenía que se debilitara la figura de Macri a los efectos de poder “sumar” en las nacionales, Moyano habría aportado una importante cantidad de militantes a Martín Lousteau para fiscalizar los votos. Otros, con sede en la Capital Federal no jugaron abiertamente pero tampoco salieron a criticar a Macri aunque, también es válido señalarlo, muy pocos jugaron a favor de Mariano Recalde en las PASO porteñas, quizás por las profundas diferencias que se mantienen entre el gremialismo y los dirigentes de La Cámpora.
El de Daniel Scioli es un caso especial. Porque a pesar de haberse declarado encolumnado con la estrategia K, el gobernador de Buenos Aires ha logrado conformar una denominada Mesa Sindical Scioli Presidente, que está integrada inclusive por dirigentes del moyanismo, abiertamente enfrentado con el Gobierno nacional. Sucede que los sindicalistas huelen que Scioli puede llegar a la Presidencia y ellos no quieren quedar fuera del esquema de futuras decisiones. Scioli, inclusive, a sabiendas de lo que está sucediendo, mantuvo días pasados una reunión con un grupo de sindicalistas, y si bien habló con generalidades, dejó una frase que llevó tranquilidad: “Ustedes ya me conocen bien, así que no hace falta entrar en detalles”, les dijo, según aseguró el matutino Clarín. En ese marco, los popes sindicales esperan que, con el cambio de gobierno, puedan resurgir leyes que privilegien el sistema de personería gremial (que fue el que generó en los últimos años la aparición de numerosos gremios e inclusive varias cegetés), el mantenimiento de las paritarias, la posibilidad del control de los fondos de las obras sociales y algunos lugares en organismos como el PAMI o la Anses.
Quedan también, a futuro, dos aspectos en discusión. Por un lado, en el plano interno, si se discute o no la continuidad de Antonio Caló como titular de la central obrera, en razón de que jugó muy abiertamente a favor del Gobierno, aún en temas candentes, como el techo en las discusiones paritarias. Por el otro, la posibilidad de reclamarle a Scioli, si gana las elecciones, que sea un hombre allegado al sindicalismo quien conduzca el Ministerio de Trabajo de la Nación, aunque hay coincidencias también, en este último plano, que se trata de una jugada demasiado arriesgada y que el gobernador bonaerense ya ha tendido varias líneas de acercamiento a la dirigencia como para después jugar un nombre que no sea del agrado sindical, aunque no surja de las filas del gremialismo.
“No es el momento de apresurarse, más aún cuando existe un tablero de ajedrez tan complicado como el actual”, dijo para resumir un dirigente mendocino encumbrado a nivel nacional, quien destacó que “no es mucho lo que tenemos que esperar. En dos o tres meses quedará despejado el panorama y allí llegará el momento de actuar”.
En Mendoza
En Mendoza hay tranquilidad, aunque aún quedan resabios de la molestia que generaron las decisiones sobre quiénes son los candidatos a legisladores nacionales. “No puede ser que quien sacó sólo el 33 por ciento de los votos en las PASO, ocupen los primeros lugares en las candidaturas y a nosotros no nos tenido en cuenta, ni siquiera para consultarnos “, señaló un sindicalista al hacer referencia a que el kirchnerismo llevará a la primera candidata a senadora nacional y el segundo a diputado nacional.
Según se afirma, están trabajando por debajo de la superficie en lo que ellos llaman “unidad en la acción”. “No podemos tomar decisiones respecto de la unificación en una CGT porque dependemos de lo que ocurra a nivel nacional”, dijo un dirigente, quien destacó que hombres de la central obrera que conduce Rodolfo Calcagni mantienen permanente contacto con sindicalistas que estaban encolumnados con el diputado nacional y ex titular de los petroleros privados, Dante González. El dirigente de Sanidad, Juan Carlos Navarro también participa de las conversaciones e inclusive una de las reuniones se realizó en el camping que este gremio posee en El Challao. El de Navarro es un caso especial en razón de que en un principio adhería a Sergio Massa, pero desistió de esa situación cuando el massismo acordó con Alfredo Cornejo para enfrentar al justicialismo. En todos los casos, los sindicalistas están enrolados en trabajar para la candidatura de Daniel Scioli para la Presidencia de la Nación.
En ese mismo esquema se mueve el grupo que lidera el petrolero Jorge Córdova, quien destacó que participaron de una reunión que presidió el ministro de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, Oscar “Cacho” Cuartango, enviado por Scioli para dialogar con los mendocinos, la que se realizó en la sede del gremio de Estaciones de Servicios. “Estuvimos todas las organizaciones sindicales peronistas”, dijo Córdova, quien agregó que “vamos a respetar los tiempos de la CGT a nivel nacional, pero aquí no nos vamos a quedar de brazos cruzados, porque nosotros no tenemos diferencias y tanto moyanistas como hombres de Caló no tenemos diferencias”.
En relación a lo que puede suceder en el futuro, con un hombre del radicalismo -Alfredo Cornejo- al frente de la Provincia, Córdova señaló que “mi gremio tiene su sede en Godoy Cruz y nunca tuve problemas, inclusive hubo un importante diálogo. Pero una cosa es hablar con el intendente y otra muy distinta con el gobernador de la provincia y más aún a nivel de conjunto, porque no se tratará de planteos individuales. Es por eso que, como decía Perón, vamos a esperar para verlo caminar y ver cuáles serán sus primeras decisiones, para recién poder opinar”.