Cuádruple ganador del Clásico Santo Patrono Santiago

Sergio Fernández, el jockey que lleva cuatro triunfos en el clásico provincial, charló con Más Deportes sobre la vida de un hombre del turf.

Cuádruple ganador del Clásico Santo Patrono Santiago

Sus ojos brillan cuando se le recuerda que es el hombre “Patrono Santiago”. Se trata de Santiago Fernández, el jockey que guió a Go Alone a quedarse con el gran premio del último martes con lo cual se convirtió en cuádruple ganador de una de las máximas competencias del turf mendocino (el otro es el Vendimia). Los otros tres triunfos fueron en el 2007 con Privativo, en el 2012 con Ring Tone y en el 2016 Ariel Dubai.

Es todo un veterano en las lides. Es que pese a sus 32 años, hace 17 (arrancó en el 2000) que su vida es correr arriba de un pura sangre. No lleva un registro de cuántas veces se puso en partidores y tampoco de las veces que fue primero en llegar al disco.

Más Deportes charló con él para descubrir un poco cómo es la vida de un jockey profesional, la que es más complicada de lo que uno puede imaginarse.

“La verdad que el jockey sufre mucho con el peso. Hay que tener unos kilos determinados para poder correr. Hay que cuidarse con las comidas y estar bien en lo físico”, cuenta más de una vez durante la charla en la que muestra una personalidad tranquila, muy distante a esa figura que se ve activa sobre un caballo después de la campana de largada.

“Un día del jockey arranca temprano en la mañana con el trabajo con el caballo. A la tarde, venimos a tomar unos mates y a ver cómo está el caballo, pero lo fuerte es siempre a la mañana”.

Más allá de que en Mendoza se corre cada 15 días, cuenta que todos los fines de semana tiene actividad. “Cuando no corremos acá vamos a San Luis, a Buenos Aires o tenemos cuadreras en las calles”, describe para ir ilustrándonos.

Contó que le tenía mucha confianza a Go Alone. “Lo había correo dos veces antes y habíamos tenido mala suerte, pero sabíamos con el cuidador (Rubén Stirpa) que si se nos daba el plan de carrera íbamos a andar bien. El caballo vino tranquilo y desde los 800 al disco se largó a correr y ganó bien. Veníamos con Pixar adelante que siempre es un caballo al que hay respetar”, dice sobre la carrera y su mirada busca la pista para ir reviviendo la “película”.

Nombra a Daniel Gómez y Miranda como otros grandes jockeys de nuestra provincia.

Las preguntas más comunes de los neófitos en el tema son: cómo se llega a montar a un caballo de punta? Y cómo es el arreglo económico?

De hablar pausado. Sergio no esconde nada. “Los cuidadores son los que te ofrecen la monta. Yo trabajo desde hace mucho tiempo con los caballos de Stirpa y agradezco la confianza que me tienen”, asegura sobre lo primero.

En lo económico es a todo o nada. “Vamos por un porcentaje. Hay premios hasta el quinto puesto, pero si no te va bien... Ese día no cobrás”.

Sonríe mientras hace una sesión de fotos y hasta le dará vergüenza que lo vean desde los otros stud. “Nunca me sacaron tantas fotos”, lanza casi sonrojado. Justo él que sabe lo que significa ser el gran protagonista.

Para muchos deportistas la meca está en Buenos Aires, pero no parece ser este el caso. “Cuando era más joven tuve ofertas para irme, pero siempre preferí quedarme en Mendoza. No son muchos los que decidieron irse. Los muchachos van a correr y vuelven. Es muy sacrificada la vida del jockey para estar lejos. Eso también hace que muchos dejen jóvenes y se dediquen a ser cuidadores o directamente a otra cosa”, asegura Sergio que llegó demorado a la cita porque “fui a ver un caballo”, cuenta para dejar en claro que los “pingos” son su vida.

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