Como era de esperarse, el Senado convirtió en ley por unanimidad la prórroga de la ley de Emergencia Alimentaria. Fueron 61 votos afirmativos y ninguno negativo, con 11 ausentes sobre 72 bancas; entre ellos, Cristina Kirchner y Miguel Pichetto.
Pese a la importancia del asunto, nada menos que la prórroga a 2022 de una herramienta que le permite al Estado reasignar partidas destinadas a programas alimentarios y nutricionales, el debate duró dos horas y media.
Es que el oficialismo y la oposición, al igual que en Diputados, habían acordado realizar una sesión lo más corta posible para sacarse lo más rápido posible el tema de encima.
En la calle las organizaciones sociales venían realizando numerosas movilizaciones de protesta por la situación social y porque la inflación y la falta de trabajo dificultan cada vez más la posibilidad de comer.
La oposición se anotó una victoria parlamentaria que le permitió haber instalado en la discusión pública la situación social que atraviesa el país como consecuencia de las políticas del gobierno de Mauricio Macri.
Pero el oficialismo también hizo negocio: el aumento del 50% del presupuesto alimentario, de 20 a 30 mil millones de pesos, no significa gasto nuevo porque el Gobierno puede echar mano a las partidas de otras áreas del Estado no ejecutadas. De manera tal que no incrementa el déficit fiscal.
Contra el peronismo
En el cierre del debate, el jefe del interbloque Cambiemos de la Cámara Alta, el formoseño Luis Naidenoff, calificó de "inmoralidad" que haya intendencias del conurbano bonaerense con los "bolsones de pobreza más grandes" pero que tienen "diez mil millones de pesos en plazos fijos" en el Banco Provincia.
Aunque no la mencionó, el radical se refirió al monto que, según se conoció a principios de agosto por una investigación periodística, pertenece a la Municipalidad de La Matanza cuya intendenta, Verónica Magario, es candidata a vicegobernadora de la provincia de Buenos Aires por el Frente de Todos.