"Tienes que dar el 125 por ciento. Pon el corazón y el alma en ello; aprende a tener una actitud positiva y ganadora. No aceptes la derrota, pero aprende de ella". Magic Johnson
Palabras exactas para poder describir este presente del basquetbol del Club Leonardo Murialdo. Una fuente ilimitada de talentos.
Por una u otra razón, muchas veces, los chicos que aprenden los fundamentos básicos en el Canario, ahí en calle Bandera de los Andes, terminan brillando con otros colores o en otras competencias de elite. Lapicera en mano, papel, tome nota nomás por favor: Matías Sandes; Rodrigo Funes y Chirigüita Reyes, entre los más actuales. La lista es enorme.
Hoy, Murialdo volvió a demostrar que con pasión, convicción, trabajo y sacrificio, los logros llegan. Muchas veces se demoran, pero, tarde o temprano, el corte de redes es una realidad. Murialdo es una institución deportiva con todas las letras. Respira deporte. Tiene una de las masas societaria más importantes de la provincia. Y si tiene una característica en cada uno de sus deportistas... es el sentido de pertenencia. Algo único. Y esto es lo que tiene el actual plantel de primera división de basquet.
Ese equipo de niños, que se transformó en hombres adentro del club, se acaba de consagrar campeón del Torneo Apertura Nivel I, tras vencer en la serie final al Atlético Club San Martín por 2-1.
En el tercer juego, cantó victoria por 78-74 con una formidable actuación de Pablo Furlanetto, autor de 32 puntos. Un hijo pródigo de la institución.
Y este triunfo, título, estas redes, se festejan de manera especial. Porque un grupo de padres, se calzaron el overol en mayo del 2015 (el equipo había descendido a la A3) y pusieron en marcha un proyecto deportivo serio y profesional.
Entre los logros, llegó el “parquet” al estadio. Un lujo. Después, el ascenso a la A2 (hoy Nivel I) y durante este semestre, el salto de calidad a la Súper Liga. Histórico. Y como si esto fuera poco, el elenco U19 ascendió al Nivel II. El U15 y el U17 están en semifinales. Admirable. Una actualidad que hace recordar a ese Murialdo de fines de los años 80.
El Canario recuperó la alegría de jugar al basquet. ¡Salud campeón!