El sector olivícola se encuentra en alerta por las negociaciones de Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE).
Es que el acuerdo contempla la quita absoluta de aranceles para el ingreso de aceite de oliva del Viejo Continente y eso, según los actores del sector, significaría el fin de la industria local.
Lejos de las mesas de diálogo, los empresarios decidieron acudir a los gobiernos provinciales para que defiendan su postura. De la misma forma que ocurrió en la lucha de la vitivinicultura contra el impuesto interno, el sector olivícola local buscará en el gobernador Alfredo Cornejo y el ministro de Economía, Martín Kerchner, una voz oficial que defienda sus intereses. Lo mismo harán los empresarios de otras provincias con producción de aceite de oliva, como San Juan, La Rioja y Catamarca.
Los funcionarios locales ya respondieron al pedido de ayuda y fijaron una reunión para el martes próximo en la que participarán el subsecretario de Industria y Comercio, Guillermo Cruz y el presidente de la Asociación Olivícola de Mendoza, Luis Armando Mansur, junto a otros representantes de la actividad.
También hubo respuesta por parte del Gobierno nacional. El empresario Miguel Zuccardi, líder de la división de aceites de oliva de Familia Zuccardi, contó que las cámaras olivícolas ya fueron recibidas por la secretaria de Mercados Agroindustriales de la Nación, Marisa Bircher, quien intervino para que se mantenga el arancel del 14% que paga la aceituna de mesa europea para ingresar al Mercosur.
Sin embargo, el aceite de oliva sigue estando en la conversación entre ambos bloques económicos y el riesgo para la actividad local sigue latente.
El punto de conflicto
A través de un comunicado, la Federación Olivícola Argentina (FOA) dejó en claro que su intención es lograr la exclusión del aceite de oliva de la negociación Unión Europea (UE)-Mercosur por considerarlo un producto sensible.
“Motiva nuestra preocupación y toma de posición, el conocimiento que el aceite de oliva virgen extra, posición arancelaria n° 1509.10, va a ser incluido en la lista de productos desgravados dentro del acuerdo UE-Mercosur, como contrapartida a la aceptación por parte la UE de la totalidad de los productos exportables ofrecidos por el Mercosur en la última reunión de negociación en diciembre de 2017”.
A simple vista, la quita de aranceles siempre parece una buena noticia, pero en este caso está lejos de serlo. Julián Clusellas, presidente de la FOA, señaló que “resultaría imposible competir abiertamente con los aceites de oliva elaborados en la Unión Europea, dadas las asimetrías que generan los numerosos subsidios, tanto en cantidad como en magnitud, que en dicha región se aplican a la cadena olivícola”.
Como lo indica Clusellas, hay países con fuerte producción de aceite de oliva, como España y Portugal, que reciben subsidios por parte de sus gobiernos, lo que les permite llegar a sus destinos de exportación a precios muy competitivos.
Los productores mendocinos compiten de forma directa con los países europeos principalmente en Brasil, pero sólo pueden hacerlo gracias a la alícuota del 10% que pagan los empresarios europeos para ingresar al mercado brasileño.
“Aún con la tasa del 10%, nos cuesta mucho competir en precio contra los productos europeos. Con nuestros costos crecientes y sus subsidios, estamos en clara desventaja. Por eso, si se elimina la alícuota, ya no podremos competir”, comentó Miguel Zuccardi.
Para dar cuenta de lo preocupante de la situación, la Federación Olivícola Argentina remarcó que aún hoy, con el arancel del 10%, no se observa preferencia de Brasil por aceite argentino.
“Durante los últimos cinco años Brasil importó el 78% desde Portugal y España. Por lo tanto cualquier concesión que se hiciera para aceites, implicaría seguir perdiendo el mercado brasileño, que es el principal destino de los productos olivícolas mendocinos”, indicó la entidad.
“La consecuencia clara y directa es que la medida pone en peligro de desaparición a la industria olivícola nacional”, insistió la FOA.
Una ventaja para aliviar la puja en el mercado interno
Aunque la quita de aranceles al ingreso de aceite de oliva europeo al Mercosur aún está en negociación, hay un factor que podría ser determinante para el sector. Se trata de la lista de excepciones arancelarias.
El aceite de oliva está incluido en la lista de excepciones de Argentina al Arancel Externo Común (AEC). Eso significa que podrían aplicarse alícuotas de ingreso al país aún luego de concretarse el Tratado de Libre Comercio.
Sin embargo, eso sería aplicable sólo para nivelar la competencia en Argentina y no resolvería el problema de la competencia por el mercado brasileño.
Antecedente
Lo cierto es que, ya en el pasado, Argentina usó ese beneficio y aplicó un Arancel Compensatorio para las importaciones de aceite de oliva del 31,5%, siendo el 35% el máximo permitido por la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que, según la Federación Olivícola Argentina, “grafica con claridad la situación de desventaja a la que se enfrentan los productores de aceite de oliva del país”.