Hoy en día es común que las personas consuman antidepresivos; éstos funcionan enviando mensajes químicos al cerebro para ayudarlo a regular sus estados anímicos, debido a que la depresión es un desbalance emocional y una incapacidad del sujeto de controlar sus estados mentales.
Todos los tipos de medicamentos antidepresivos pueden conllevar efectos secundarios, dependiendo de la reacción del organismo de quien lo consuma. Estos efectos van desde las náuseas, disfunciones sexuales, problemas de sueño e irritabilidad hasta el suicidio, por lo que es crucial que cualquier proceso de tratamiento sea bajo la estricta guía de un psiquiatría y un psicoterapeuta responsables.
Cuando se comienza un tratamiento con antidepresivos es crucial mantener al doctor a cargo informado de cada variación o cambio, también es útil llevar un diario tomando nota de todos los cambios, sentimientos y sensaciones. Una vez determinado el mejor tratamiento este se puede tomar de manera indefinida o no, lo importante es saber que nunca se debe dejar un tratamiento de manera abrupta y sin guías profesionales.