La necesidad se hizo patente hace dos años, cuando el Halcón 01 -que descendía a retirar un herido del hospital Scaravelli- casi toca a un desprevenido transeúnte que iba escuchando música con sus auriculares puestos. El aumento de la demanda de este servicio de emergencia y el objetivo de proteger a los vecinos de la zona llevó a construir un helipuerto para el hospital regional del Valle de Uco.
En realidad, por las proporciones, se trata de una 'bajada sanitaria' y la misma quedó inaugurada en la tarde de ayer. Está ubicada a 70 metros del ingreso a la guardia del nosocomio. Se trata de un espacio, de 50 por 25 metros, acondicionado para realizar aterrizajes y traslados en helicóptero hacia otros centros asistenciales de la provincia. Principalmente, el Notti -que también cuenta con un helipuerto- el Central y el Lagomaggiore.
En las últimas décadas, el crecimiento exponencial que ha tenido la población del Valle de Uco generó un incremento también, en porcentajes elevadísimos, de la cantidad de pacientes que concurren al Scaravelli. "Este asiste a unas 167 mil personas del Divisadero de las Águilas al sur de Luján o hasta Manantiales, en medio de la montaña. Para cualquier accidente o catástrofe que ocurra en esa vasta geografía ayuda tener disponible un medio ágil de traslado", apuntó Arturo Pechemiel, el bioingeniero del hospital que llevó adelante las primeras gestiones.
En lo que va del año, el número de traslados que realizó el centro valletano por este medio apenas alcanza los diez. Si bien la cifra no es significativa, el acortar tiempos fue un factor crucial en el tratamiento de estos pacientes, muchos de ellos niños que requerían atención especializada de inmediato.
El viaje en helicóptero de Tunuyán a Mendoza demora unos 15 minutos, mientras que en ambulancia difícilmente pueda bajar de los 50. Por ello se espera que, con las nuevas instalaciones, este mecanismo de urgencia esté más aceitado y disponible. Pero no sólo facilitará derivaciones a hospitales de la Ciudad, sino también la capacidad de cubrir accidentes que ocurran en rutas de montaña o sitios inhóspitos del Valle para llevar rápidamente los heridos hasta el Scaravelli.
Hasta ahora, el descenso y ascenso de los Halcones se realizaba en predios privados que prestaban vecinos del Scaravelli, con los riesgos que esto implica para los pobladores de las zonas aledañas. Según expone Pechemiel, esto llevó a la institución a gestionar en el municipio y en la Provincia un lugar seguro y que no fuese ocupado en el futuro por la instalación de viviendas.
Así fue que la Municipalidad cedió al Scaravelli -en comodato por 20 años- un terreno cercano, que está ubicado entre las calles Lisandro de la Torre y Sor Mercedes Guerra, a pocos metros del nosocomio. Una vez localizado el punto, se realizó un trabajo en forma conjunta entre el hospital, el municipio, la Dirección Provincial de Vialidad, el Ministerio de Seguridad e Infraestructura. "No se puede hablar de inversión total, porque cada organismo puso lo que estaba a su alcance. Así se realizó la nivelación del terreno, el relleno, el riego asfáltico y señalización", expuso Héctor Rubio, coordinador del Ministerio de Infraestructura en el Valle de Uco.
Uno de los pilotos provinciales, aportó una lista al hospital con las exigencias mínimas que requería el lugar para habilitar la realización de maniobras aéreas en este sitio. Así fue que debieron reconducir tendidos eléctricos, ciertas construcciones y eliminar otros obstáculos que presentaba el barrio en cuestión.