Como en pocos lugares del mundo, en la Argentina existe un objeto de adoración místico, un protector de pobres, necesitados, y oportunistas: el santo Estado.
El movimiento argentino de adoradores del Estado (el estatismo) supera todas las ideas políticas: sean K, o de Cambiemos, lo cierto es que en el fondo, "estatistas son todos".
El estatismo es una religión pagana cuyo credo reza: "El papá Estado proveerá". Él nos tiene que dar sustento, tranquilidad, y paz. El precio que nos cobra -aumento de impuestos, esclavitud tributaria- nunca es mucho mientras nos ofrezca plan y asado.
Tampoco es mucho si se mete en la educación de nuestros hijos. Al fin y al cabo, si nos mantiene con la AUH, ¿quién le quita el derecho a educarlos?
Esta religión pagana ya tiene sus rezos: pedimos por el "Estado presente", y le agradecemos al "Estado benefactor".
Pero -entre nosotros y en secreto- como es un dios pagano, no es más que un muñeco que debe ser movido por alguien desde afuera.
Y ahí entran sus marionetistas o titiriteros, oportunistas que en vez de abrir los ojos de la gente, siguen prometiendo que pronto el muñequito les dará todo lo que ellos necesitan: un poco de pan, a cambio de la esforzada libertad.
Mauricio E. Gallardo
DNI 22.790.843