En nuestra provincia y en materia de cuidado del patrimonio tenemos avances y retrocesos. Complace señalar como progreso y evolución lo ocurrido con la reciente recuperación del Centro Patrimonial Artístico Cristóforo Colombo, en calle Antonio Tomba 246, Godoy Cruz, inaugurado, o lo que sería igual vuelto a la vida, con motivo del 163º aniversario de la creación de ese departamento.
Como apuntara la historiadora Fabiana Mastrangelo, presidente de la filial Godoy Cruz de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza, lo ocurrido con la vieja casona "fue una oportunidad para poner en práctica concepciones integradoras sobre la historia y su vinculación con el presente".
El edificio, que hace tres o cuatro años estuvo a punto de perderse irremediablemente, fue construido alrededor de 1913 y tuvo la finalidad de ser sede de Sociedad Italiana Cristóforo Colombo, un bastión de la colectividad peninsular en la provincia.
Si bien la Municipalidad local tuvo mucho que ver en todo el proceso de recobrar esa institución y salvarla de la piqueta y de su posterior conversión en un negocio inmobiliario, no podemos dejar de valorar la significación profunda que tuvo la institución para los vecinos.
Remarcamos el interés del municipio en ejecutar un proyecto y dotarlo de un presupuesto y de tal manera materializar una obra de calidad y no simplemente algo provisorio.
De igual manera existió (o existe) una real integración con la comunidad. Los mayores de esa zona, próxima a la plaza departamental, tienen presente cuando asistían a casamientos, banquetes, funciones de teatro, cursos, reuniones deportivas, y hasta políticas en la vieja Cristóforo. Los más jóvenes sólo recuerdan el cierre, deterioro y abandono del edificio como lo vimos durante los últimos años. El punto de partida fue la gestión de una socia honoraria, quien lideró la pesada carga burocrática de solicitar la protección patrimonial del edificio a diferentes entidades gubernamentales italianas, nacionales y provinciales.
La solicitud de la vecina finalmente encontró eco en las autoridades municipales, que declararon al edificio Patrimonio Cultural, en 2007, y en 2008, la ley provincial 8004/08 permitió la expropiación del inmueble y su edificación.
Finalmente, hace pocos días, la comunidad asistió a la inauguración de la refuncionalización de la propiedad, y su definitiva integración a la vida cultural, social y artística de la zona.
Insistimos en que sin el interés de las personas, tal vez no se hubiera podido lograr el resultado auspicioso que está a la vista. La participación vecinal es imprescindible para que estos circuitos históricos, presentes y futuros, arraiguen en la sociedad. Y de igual manera es necesaria la labor de promoción y difusión entre los ciudadanos para que conozcan el bien a proteger lo valoren y, en definitiva, se apropien de su identidad, "enseñándoles a ver" (otra idea que tomamos de la magister Mastrangelo) la riqueza histórica, patrimonial (tangible e intangible) y artística de su ciudad, de su terruño.
Otro elemento a considerar es que no obstante que la administración de este enclave es puramente municipal, se tuvo el tino de involucrar en el proyecto a la Junta de Estudios Históricos de Godoy Cruz, que investiga, asesora y trabaja junto a los vecinos y estudiosos en el rescate y preservación histórico-patrimonial no sólo del lugar sino de todo el departamento.
Una de las acciones en conjunto fue convocar a personas que pudieran aportar fotos, documentos, mobiliario, vestimenta, sobre la inmigración y el edificio de la Cristóforo Colombo. En base a esto se organizó la primera muestra de la sala de la inmigración.
Entonces, los resultados de un rescate patrimonial que promueven progreso y cultura, se tornan visibles y pueden servir de base y ejemplo para otros departamentos que tengan situaciones similares con edificios antiguos y en condiciones se inseguridad jurídica y física.
Otra situación que debe evitarse es que emblemáticos edificios como el narrado se desvinculen de la sociedad y del entorno. Interpretamos que no ocurrirá porque es muy querido por los vecinos y además forma parte de la fisonomía urbana desde hace más de cien años. No obstante, siempre hay que estar prevenidos.