El salario bruto de los docentes mendocinos se incrementó 69% (en términos reales) entre 2003 y setiembre de 2017.
Así lo refleja un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) que evaluó la situación en todo el país.
Hace 15 años el salario bruto percibido era de 9.223 pesos (actualizado según el índice de inflación del período), mientras que el de 2017 fue de 15.573 pesos.
Para el análisis se consideró el salario sin descuentos de un docente de nivel primario con 10 años de antigüedad y jornada simple.
Hay que tener en cuenta que en aquel escenario post crisis de 2001, los salarios estaban pauperizados.
El trabajo muestra que en los últimos dos años, el sueldo percibido sufrió una reducción: de 7% entre 2015 y 2016 y de 4% al año siguiente. En 2015 era de 17.425 pesos y pasó a 15.573 en 2017 (siempre en términos reales).
La lectura que hace el SUTE, el sindicato de los docentes, de estos números es que el trabajador ha perdido poder adquisitivo.
Sebastián Henríquez, titular del gremio, hizo hincapié en que los incrementos han estado por debajo de la inflación. “El tema no es tanto cuánto aumento hubo porque en la época de la crisis (2002) los salarios brutos eran irrisorios”, manifestó. Dio como ejemplo lo que sucedió el año pasado: dijo que el aumento de 2017 fue 17% en dos veces para todos los estatales y la inflación oficial cerró en 24,6%.
Según Henríquez, un maestro que recién se inicia, con 36 horas cátedra -que es el máximo- gana 15 mil de bolsillo considerando el incentivo docente y que esto está al borde de la línea de pobreza (14.500 pesos en enero). Aclaró que esto implica prácticamente “no tener vida”, pasar muchas horas en una misma institución o peor aún ir de una a otra.
Desde su punto de vista, los bajos salarios terminan impactando en la calidad educativa: "Hoy es uno de los factores que más influyen en la tarea educativa". Y agregó que en esa situación tampoco les queda margen para la capacitación.
Por su parte, Jaime Correas, titular de la DGE, remarcó que aunque el gasto en educación en el país ha crecido, esto no ha redundado en mejores resultados académicos.
Desde una perspectiva nacional, desde el Cippec expresan que se aprecian fluctuaciones. Manifiestan que “la variación total entre 1999 y 2016 asciende a 38% en términos reales para el salario testigo, siendo la más elevada la correspondiente al período 2003-2007 (con un aumento de 69%) y con tasas de crecimiento inferiores en los sucesivos períodos de gobierno (7% 2007-2011 y 4% 2011-2015)”.
Disparidades
La comparativa realizada por Cippec pone en relieve la brecha que hay entre las diferentes provincias, aunque refleja un aumento generalizado en los salarios.
En el contexto del resto del país, Mendoza presenta valores cercanos a la media, el asunto es que justamente los extremos están distantes lo que expresa las diversas realidades. Respecto de la variación en el período considerado, la media nacional fue de 72%, levemente por encima de la mendocina.
Salta es la provincia que tuvo la mayor variación de salarios entre 2003 y 2017: 135%. Es seguida por Río Negro que los incrementó 112%. En el otro extremo se encuentra Santiago Del Estero, la única que en este período obtiene un balance negativo de -3%. La segunda peor posicionada es Catamarca con 38% de aumento.
Sin embargo, en términos meramente monetarios la diferencia es más notoria: en 2017, cuando en Mendoza el salario promedio era de 15.573 pesos, en Santa Cruz se cobraba 24.666 pesos de bruto y en Tierra del Fuego, 24.999. Muy lejos en el otro extremo, los docentes de Santiago del Estero cobraban 11.248 pesos.
De acuerdo al Cippec, “la relación entre las provincias que pagan mayores salarios y las que pagan los más bajos es de entre 1,7 y 1.8 veces en el período analizado”.
La ONG considera que el desequilibrio puede analizarse en relación a tres ejes: el esfuerzo educativo, el salario docente y el gasto por alumno de escuela estatal.
Explica que la ley Federal de Educación estableció nuevos plazos para el gasto en Educación, Ciencia y Técnica: debía alcanzar el 6% del PIB en 2010.
En la práctica, “el Gasto Público Consolidado (GPC, el gasto agregado de Nación, Provincias y Municipios) en Educación, Ciencia y Técnica incrementó en más de 50% su participación en el PBI, al pasar de 4,2% del PBI en 2005 a 6,6% en 2015”, se detalla.
El gasto nacional en educación está abocado, sobre todo, al nivel superior (60%) y los fondos salariales (17%).
En tanto, el gasto de las provincias se concentra en la gestión y operación de las escuelas. En conjunto, entre 2005 y 2015 la inversión educativa provincial incrementó su participación en el PBI en casi 50% y la relación entre el gasto educativo y gasto total provincial aumentó de 28% a 30%.
“La equiparación de las desigualdades provinciales es una asignatura aún pendiente a pesar del importante incremento en la inversión educativa a nivel agregado”, evalúa Axel Rivas, investigador principal del programa de Educación de Cippec y coautor del documento.
“Las disparidades se deben a la coparticipación federal y a falencias estructurales para lograr un desarrollo económico que alcance a todas las regiones del país”, describe.
Como reformar la coparticipación excede a la política educativa, el documento de Cippec sugiere otorgar más peso al Fondo de Compensación Salarial (FCS) y definir criterios transparentes de asignación de los recursos.
En baja desde 2011
El trabajo del Cippec hace referencia al esfuerzo presupuestario que han hecho todas las provincias en materia educativa entre 2003 y 2015. Sin embargo, advierte que desde 2011 se notó un descenso en términos generales en el país.
Mendoza no fue ajena a esta realidad. Un cuadro detalla que la inversión en este rubro se incrementó 3% entre 2003 y 2015 y descendió 2% si se compara 2011 versus 2015.
Si se considera el gasto total de la provincia, a educación se destinó 27% de los recursos en 2003 y fue en ascenso hasta llegar a 32% en 2011, para luego comenzar el descenso hasta llegar a 30% en 2015.
Mendoza se encuentra entre las provincias que menos crecieron en este plano, aunque está muy por encima de la peor, Santiago del Estero, que entre 2003 y 2015 bajó 10% la inversión, al igual que la Ciudad de Buenos Aires, Jujuy y San Juan. En el otro extremo se encuentran Santa Cruz (que aumentó 14%), La Pampa (13%) y Tierra del Fuego (12%).
Desde la Dirección General de Escuelas señalaron que en Mendoza 95% del presupuesto en educación se destina a salarios (ver aparte).
Correas: "El gasto ha crecido y la calidad no"
Consultado respecto del informe del Cippec, el Director General de Escuelas, Jaime Correas, dijo que observando los datos se puede afirmar que “objetivamente el gasto en la educación en Argentina ha crecido notoriamente y la calidad no ha mejorado”.
Según afirmó, lo que muestra el estudio es que hay una gran inversión en educación -95,4% del presupuesto provincial va a parar al pago de salarios- y muy poco resultado de esa gran inversión.
“Cada vez se gasta más en el sistema educativo. El presupuesto de 2015 fue de $ 8 mil millones, $ 15 mil millones en 2016, 18 mil millones en 2017 y 20 mil millones en 2018. Con mucha mala fe podés decir que se ajusta el gasto en educación”, dijo.
Continuando, el titular de la DGE aseguró que con la plata que gasta el Estado el sistema debería funcionar mejor pero que los resultados no son los esperados. “No se puede decir que se desfinancia la educación. Por eso estamos obsesionados con la eficiencia del gasto”, remarcó.
Por último, señaló que no hay una relación directa entre salario y calidad: “Pero es cierto que un buen salario te da tranquilidad. Un docente tendría que tener tranquilidad para hacer su tarea, pero el problema aparece con aquellos que no hacen su trabajo”.