Cuando parecía que revivían los viejos fantasmas del verano, Independiente rescató hoy milagrosamente un punto ante Sarmiento de Junín, ante el que igualó 1-1 en Avellaneda.
Héctor Cuevas, a los 38 minutos de la segunda mitad, dejó mudo a un casi colmado Libertadores de América. Y cuando los de Junín se aprestaban a festejar un triunfo soñado y los insultos caían sobre la humanidad del entrenador Jorge Almirón, apareció en escena Matías Pisano para sellar la igualdad, ya en tiempo adicionado.
Fue un flojo partido para el Rojo, que no generó fútbol en el mediocampo y creo muy pocas situaciones de gol. Sobre el final rescató un punto, pero el balance final no deja de ser negativo.
Si bien, como era de esperar, Independiente asumió el protagonismo desde el silbato inicial de Federico Beligoy, lo hecho por el equipo de Almirón en los 45 minutos iniciales no dejó mucho margen para el elogio.
Arrancó bien, desnivelando por derecha con Pisano y poniendo alerta a César Rigamonti con un par de tibios disparos del ex Chacarita Juniors desde fuera del área y otro de Federico Mancuello.
Pero una vez que Sarmiento perdió el miedo escénico, el encuentro se emparejó. Independiente, carente de ideas y muy lento en el medio e impreciso en la salida, fue neutralizado por un adversario que defendió con mucha gente en su campo y trató de salir de contraataque.
Fue tan pobre lo del conjunto de Avellaneda en esos 45 minutos iniciales que la situación más clara la generó Sarmiento a través de Gervasio Núñez, quien desde un ángulo cerrado remató apenas desviado cuando Diego Matías Rodríguez ya no tenía nada que hacer.
Recién sobre los 40, Independiente tuvo una chance neta a través de un cabezazo de Lucas Albertengo que se fue cerca del palo izquierdo del arco defendido por Rigamonti.
Y en el cierre volvió a estar cerca Sarmiento, con otra réplica veloz que Luna definió mal, elevando su disparo por encima del travesaño.
El ingreso de Martín Benítez por Emiliano Papa a poco de iniciarse el segundo tiempo le dio un poco más de profundidad a Independiente. Y fue el citado el jugador el que tuvo una acción clara que Rigamonti logró despejar al córner.
Pero Sarmiento, que empezó a aquietar cada vez más al ritmo, se mostraba firme a la hora de defender y apostaba a alguna pelota parada para dar el batacazo en Avellaneda. Y tuvo varias como un cabezazo de Franco Coria que se fue cerca.
Al local le seguía faltando claridad en el medio, pero de tanto en tanto inquietaba como a los 25 cuando Lucas Albertengo perdió ante el achique de Rigamonti.
Un remate suave de Pisano que no complicó a Rigamonti y otro del colombiano José Valencia que se fue desviado invitaban a pensar que el partido se iba a cerrar en blanco.
Pero todavía quedaba tiempo y Sarmiento dio el golpe: a 7 del final, Cuevas cabeceó entre los dos centrales rojos un envío de Nicolás Sánchez desde la izquierda y dejó mudo al Libertadores de América. Enseguida surgieron los insultos contra Almirón, que no los pudo acallar el gol de Pisano cuando transcurrían un minuto de tiempo adicional. Todavía hay heridas abiertas en Avellaneda y sólo se curarán con triunfos y fútbol. ¿Llegarán?