Como ambientalista de viejas luchas creíamos que las emisiones por el uso de los combustibles fósiles eran las principales causantes del cambio climático, pero vino a aparecer esta joven sueca con nuevas informaciones, en las que parecía que los argentinos le habíamos arruinado la niñez por nuestra desaprensión ambiental, entre otros países en vías de desarrollo, sobre todo por las emisiones de metano que produce nuestro rodeo ganadero.
Lejos de desechar la idea y rechazarla sin más, empezamos a cuestionarnos: ¿no habremos cometido un error? Retomamos el estudio del tema, es decir la "vieja" idea de los '90 y la Eco Río relativa al "efecto invernadero" y al "cambio climático" debido a las emisiones de CO2 por el uso excesivo de combustibles fósiles ¿estaba equivocada?, la reparación que pedíamos para los que conserven la selva y los bosques, donde se estoquea el dióxido de carbono y resultan los "pulmones" del mundo, por el oxígeno que liberan los árboles ¿no es una opción?
Sin embargo la pandemia actual, con el mayor tiempo disponible que nos ofrece, nos sirvió para volver a analizar la temática, pero nos trajo, dentro de todas las desgracias, unas gratas imágenes satelitales: el mundo desarrollado luce limpio, impecable, el aire de las ciudades nuevamente vuelve a ser respirable. Por primera vez el Himalaya se puede observar como antes de la Segunda Guerra Mundial, con la novedad de que la resiliencia de algunas especies silvestres para sobrevivir era notable: están reapareciendo hasta en las ciudades.
Pero entonces si nuestras vacas siguieron comiendo pasto y emitiendo metano, sin enterarse del letal virus, en tanto que lo que se paralizó son las emisiones de las fábricas y de los medios de movilidad y las consecuencias son las que se ven ¿hasta dónde es el fenomenal impacto del rodeo? Y en definitiva llegamos a la conclusión que es necesario volver a sobre los viejos conceptos, aspectos en lo que Argentina ha dado respuestas muy importantes, concretas, reales y aplicadas sobre el terreno, no en un laboratorio o en una planilla de excel.
Así nuestro país puede salir de esta crisis liderando, con el campo y sus industrias conexas, las cuestiones productivas y ambientales que si dan resultados efectivos, especialmente en el ansiado "desarrollo sustentable".
La decisión de las cámaras cerealeras de demostrar que nuestros granos son "carbono neutro" es una iniciativa de vanguardia, los trabajos de Aapresid relativo a los cultivos de cobertura, la acumulación de carbono sobre y dentro del suelo son extraordinarios, lo mismo que la propuesta de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y pecuarias certificadas, la producción de bionaftas con alcohol de caña de azúcar y maíz y de biogasoil con aceite de soja, lo mismo que el biogas obtenidos en planteos de ciclo completo o economía circular, en el que el desecho de una industria resulta la materia prima para otra, resulta lo más cercano a la perfección ambiental y al desarrollo humano y social que puede aportar hoy la innovación tecnológica argentina.
Antes habíamos promocionado con mucho énfasis los planteos de la ganadería integrada con árboles (silvopastoriles) y creíamos haber tenido una buena respuesta ambiental y productiva, siendo esta actividad hoy una opción muy desarrollada en varios lugares del norte argentino, donde el desarrollo humano y social es tan necesario, que se puede completar perfectamente con el desarrollo de la propia energía en forma no convencional, la de base con biomasa remante de aprovechamiento forestal ordenado (bosques sustentables e industrias mano de obra muy demandante) y la ocasional o puntual con paneles solares u otros medios no convencionales.
O quizás volver a hacer las cuentas agronómicas que enseñaba el ingeniero agrónomo Jorge S. Molina; es decir, cuanta energía se había puesto en el suelo, para obtener tantas otras de producción y del balance resultante visualizar que muchas veces la sola idea de los quintales/hectárea no representan ni siquiera parte de la energía fósil utilizada, siendo esta otra forma de “subsidiar” la ineficiencia y contaminar el planeta y de esto, sobre todo en Europa, tienen bastante para aprender y mucho para desarrollar.
Por Luis Alberto Rey - Ex ministro de Agro, Producción y Ecología en Misiones y presidente de la Administración de Parques Nacionales