Luego de las nefastas administraciones de José María Aguilar y Daniel Alberto Passarella, el club de Núñez hoy vive un gran presente deportivo luego de los campeonatos obtenidos a partir de la llegada del frente “Un equipo, un presidente para River” (Torneo Final 2014, Superfinal 2013/2014, Sudamericana 2014, Recopa Sudamericana 2015) con Rodolfo D'Onofrio al frente, además de Matias Patanian y Jorge Brito como vicepresidentes 1ro y 2do respectivamente.
Más allá de haber recuperado la mística ganadora, y el buen juego que caracterizan a los de la banda roja, la institución aún sigue padeciendo los problemas que dejaron los peores mandatos de su historia. Este 2015 será el año en que comenzará a develarse si las acciones políticas, económicas e institucionales de la nueva dirigencia, realmente llevaran a que River vuelva a ser River.
¿Quién es Rodolfo D'Onofrio?
Poco conocía el hincha común de River del actual mandamás de la institución previo a su victoria en las elecciones del 2013. Vinculado a la dirigencia futbolística por su padre, Raúl D’Onofrio, quien supo ser interventor de la AFA entre 1971 y 1973. La historia de Rodolfo en la política riverplatense comenzó allá por diciembre de 2005 ocupando el cargo de primer vocal titular opositor (durante el mandato de JM Aguilar) en la Comisión Directiva del Club, a pesar de tener poca relevancia en los pasillos de la institución, fue impulsado por Gerardo Werthein, empresario dueño del Grupo Werthein y actual Presidente del Comité Olimpico Argentino. Tras los pésimos resultados deportivos durante su segundo mandato, la dirigencia de JM Aguilar y Mario Israel necesitaban que los sucediera un candidato de poco peso para poder mantener sus influencias dentro del club, fue allí cuando Werthein utilizó a D’onofrio, quien presidia una de sus empresas (La Caja ART), poniéndolo a disposición de Israel.
Ya cerca de las elecciones del 2009, D’onofrio se encontraba a la cabeza de la lista “Con River toda la vida”, que presentaba 15 miembros que habían integrado las Comisiones Directivas durante los dos mandatos de JM Aguilar, evidentemente el frente “liderado” por el actual presidente de River no buscaba que la situación del club cambiara demasiado. De todos modos, en diciembre de ese año, D’Onofrio perdía las elecciones por tan solo 6 votos de diferencia ante Daniel Alberto Passarella, quien más allá de su incapacidad dirigencial, su extremado orgullo, y el hecho de que dos años después sufriría el descenso a la B Nacional, iba a dejar un legado que hoy ha sido de mucha ayuda para quien lo sucedería, algo que explicare mejor más adelante.
Tras la polémica gestión de DAP, D’onofrio nuevamente apuntaba a hacerse con la presidencia de River, esta vez acompañado por dos jóvenes empresarios como vicepresidentes, que además poseen muy buena reputación puertas adentro del club, y también por varias glorias de la institución como Enzo Francescolli, Norberto Alonso, y Amadeo Carrizo entre otros. Finalmente D’onofrio se impuso por 20 puntos de diferencia en una históricas elecciones en las que votaron más de 18.000 socios.
Campeón con logros compartidos
Apenas desembarcó en River, la comisión liderada por D'onofrio se encontró con un equipo que, bajo la dirección técnica de Ramón Díaz, venia de ser 2do en el Torneo Final 2013, y que en el Inicial de ese mismo año sin demasiadas modificaciones, había finalizado en la 17ma posición, marcando el final de la era DAP.
Con la llegada de D'onofrio volvía al club Fernando Cavenaghi, tal vez el jugador en actividad más cercano a la categoría de ídolo. Y seria esa la única incorporación de un primer mercado de pases austero con la nueva CD.
Ese torneo Final 2014 finalizaría con River campeón, el máximo ganador de la historia del futbol argentino (35 títulos) volvía a festejar un campeonato, con más hambre de gloria que juego y funcionamiento.
Antes de comenzar la pretemporada para encarar el llamado Torneo de Transición, y la Copa Sudamericana 2014, Ramón Díaz se iba de River por diferencias con la CD, que le había comunicado al DT más ganador de la historia del club, que no iban a poder traer las incorporaciones que les pedía.
Así iniciaba la era de Marcelo Gallardo como técnico del Millo, alguien a quien Enzo Francescolli tenía en mente desde que asumió como secretario técnico.
Solo una incorporación llegaría a ese equipo, Leonardo Pisculichi, gran acierto de Gallardo ya que terminaría siendo héroe al final de la temporada.
Los de la banda roja ganarían la Copa Sudamericana, consiguiendo después de 17 años un nuevo título internacional, el sexto en su historia.
Lo cierto es que más allá de los éxitos futbolísticos, los únicos logros de la dirigencia comandada por Rodolfo D’onofrio fueron elegir a Gallardo como DT, y las incorporaciones de Cavenaghi y Piscu, que de todos modos llegaron con su pase en mano por lo que no representaron mayores inconveniencias a la CD. El resto del plantel estaba conformado por jugadores que se incorporaron durante la terrible presidencia de DAP que, si bien había dejado un legado negativo en lo económico, se fue de River dejando al menos un plantel de jerarquía.
El más endeudado, lejos
"Encontré un club en coma cuatro". Fueron las palabras de Passarella cuando, en 2009, recibía la institución tras haber pasado por las manos del aguilarismo durante dos mandatos. Cuatro años después, la situación no parecía haber mejorado, días después de asumir como presidente, D’onofrio declaraba en una entrevista a Clarín que "Si existe el coma ocho, River está en coma ocho".
El último balance aprobado por la actual CD, en diciembre de 2014, arrojó un aumento de casi 100 millones de pesos en el pasivo del club, alcanzando los 650 millones. Lo cierto es que tres meses del balance operativo pertenecen a la gestión DAP, en los que se emitieron cheques posdatados por más de 100 millones de pesos días antes de concluir su mandato. A partir de esto el tesorero Andrés Ballota, un hombre muy respetado incluso por la oposición, ha logrado disminuir el déficit operativo mensual, que hoy se encuentra en aproximadamente 7 millones de dólares, mientras que en la era DAP solía ser unos 12 millones de la moneda estadounidense.
Más allá de ciertas cosas que se han resuelto, asusta ver que River hoy tenga en pasivo más grande del futbol argentino, por encima de Independiente, Racing y San Lorenzo entre otros.
Que no pase al olvido
No quedan dudas de que Aguilar, Israel, Passarella y Turnes son los personajes más nefastos y corruptos de las historia política de River Plate.
La época en que el Aguilarismo gobernó la institución de Nuñez fue sin dudas la más fraudulenta: pases sospechados, arreglos con clubes y empresarios del exterior, jugadores sin obra social, malversación de fondos, licitaciones con sobreprecios y los malos resultados deportivos son sólo algunos de los hechos que marcaron su paso por la institución.
Mientras que la conducción de DAP fue marcada por la inoperancia, peleas con la AFA, el personalismo del presidente y la poca apertura política, además de haber sufrido el descenso a la segunda categoría del fútbol argentino, el peor recuerdo que el hincha de River tendrá en su memoria.
Pero más allá de la condena social, ni Passarella durante su presidencia inicio acciones legales definitivas ante Aguilar-Israel, ni tampoco hoy D'onofrio hace lo propio frente a sus dos antecesores. Incluso estos personajes continúan siendo socios, contando con los mismos privilegios que cualquier asociado, y pueden ingresar al club sin problemas, cosa que no hacen por miedo al escrache.
El peligro del Pro en River
Uno de los aspectos de esta gestión que más incomoda al mundo River es la intromisión del partido político comandado por Mauricio Macri dentro de la institución. De la mano del Senador Nacional Diego Cesar Santilli, su hermano Darío, hijos de Hugo Santilli presidente del Millo entre 1983 y 1989, y el diputado José Luis Acevedo. El Pro cada vez se encuentra más arraigado en las políticas riverplatenses.
Incluso pude confirmar, a través de un ex precandidato a presidente del club que, “gran parte de la campaña electoral de River Plate se gestó en las oficinas de legisladores del Pro” y además que “con vistas a 2017 el partido de Macri seguramente apoye con uñas y dientes la candidatura de Diego Santilli a la presidencia de River”.
Lo cierto es que ningún partido político, sea cual sea de su color u ideología, debe adentrarse en el las políticas de la institución para poder adueñarse de esta y manipularla a su antojo. El club debe ser manejado siempre en pro de los socios e hinchas, y esto es una arista que la dirigencia de D’onofrio deberá modificar.
No es solo fútbol
Dos de los aspectos que hacen a River, a mi criterio, la institución deportiva más grande de Argentina, y una de las más grandes del mundo, es en primer lugar el enorme conjunto de socios que ostenta el club de Nuñez con 123.665 asociados que lo ponen en el primer lugar del ranking argentino, y el quinto a nivel mundial. En segundo lugar destaco la cantidad de actividades deportivas que se practican, más de 40 entre federadas y amateurs, regalándole al deporte argentino grandes figuras como Gabriela Sabatini, Georgina Bardach, y José Meolans entre otros.
Pero justamente ambos aspectos han sido relegados en el año y monedas que lleva a cargo la dirigencia de D’onofrio. El club necesita un reordenamiento y adecuación de los deportes federados, amateurs, y que practica el socio. Además las instalaciones donde se practican los mismos urgen ser refaccionadas. Esta situación se vive por el mismo desconocimiento de los altos dirigentes, que necesitan un mayor contacto con el socio y el club interno.
Mas allá de las fallas que se le pueden encontrar a la actual gestión, River ha mejorado su situación con respecto a los últimos 12 años, y parece estar encaminado mediante los triunfos futbolisticos que sirven de mucho, no solo maquillar las cosas que no se hayan mejorado, sino también para sumar premios económicos y altas recaudaciones por entradas que sirven para sanear la deteriorada economía del club.
D'onofrio dijo en declaraciones a la prensa “Sé que ningún hincha va a dar una vuelta olímpica en el Obelisco por un balance positivo”. Pero debe saber Rodolfo que, para que River vuelva a ser River, no solo se deben ganar títulos sino que también se debe cuidar la economía y la estructura institucional, por que el de Nuñez es uno de los clubes mas grandes del mundo, y como tal merece siempre más.