El rey de España, Felipe VI, pidió ayer que el Estado defienda el orden constitucional de “la deslealtad” de los independentistas catalanes, en una jornada de protestas multitudinarias en Barcelona contra la respuesta policial al referendo prohibido del domingo.
“Es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones”, dijo el monarca en un mensaje televisado al país, su primera reacción a los sucesos del domingo en Cataluña. “Determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía”, prosiguió.
El gobierno español de Mariano Rajoy dispone de la potestad de intervenir y suspender el Ejecutivo catalán de Carles Puigdemont y sus instituciones aplicando el artículo 155 de la Constitución. Una opción que el Ejecutivo no ha descartado.
En una jornada de huelga general y manifestaciones, 700.000 personas protestaron en Barcelona contra la violencia de las fuerzas del orden del Estado contra el referendo de independencia del domingo, y que dejaron numerosos heridos -900 personas requirieron atención médica, según el gobierno catalán.
“Es una verdadera vergüenza (...) Un rey representa a un pueblo, a todos, no solo a una parte”, dijo indignado Domingo Gutiérrez, de 61 años, tras ver el discurso de Felipe VI en un bar de Barcelona.
“No ha dicho ni una palabra de los heridos. Imagino que para él no existen”.
Multitudinaria protesta
Gerard Mur, un periodista desocupado de 25 años, reprochó que el rey “no se ha posicionado ni un poco del lado catalán”. “No solo en ningún momento ha mencionado a las víctimas, sino que se ha enrocado mucho en el bloque constitucionalista”, añadió.
Al grito de “¡Fuera las fuerzas de ocupación!”, cientos de miles de personas se manifestaron ayer en Barcelona, en el marco de una huelga general para denunciar la violencia policial durante el referéndum de autodeterminación prohibido por la justicia, que agravó la crisis con el gobierno español.
Los transportes, los bancos, las instituciones oficiales del gobierno catalán y el pequeño comercio siguió el cierre patronal. Entre los manifestantes, reinaba la sensación de que los acontecimientos del domingo han hecho inevitable la ruptura con España.
Por la noche, Barcelona volvió poco a poco a la calma, y hacia las 23 apenas quedaban unos grupos de manifestantes en las calles.
La Unión Europea (UE) y Naciones Unidas pidieron al gobierno de Rajoy que dialogue con el ejecutivo independentista catalán, que amenaza con una declaración unilateral en los próximos días.
Los comisarios europeos abordaron la cuestión ayer, pero descartaron mediar, reiterando su posición de que "esto es un asunto interno de España". Durante la huelga de ayer no faltaron las escenas de tensión.
La Delegación del gobierno español en Cataluña, que denunció una “manipulación de las masas”, tuvo que ser protegida ante centenares de manifestantes por innumerables furgones de policía, varias filas de vallas metálicas y un espeso cordón de agentes.
Las acciones de hostigamiento a los policías llegados de otros puntos de España fueron creciendo desde el domingo, y en la noche del lunes se organizaron varias manifestaciones frente a los hoteles donde se hospedaban y algunas comisarías.
“Estamos viendo cómo el gobierno de la Generalitat empuja cada día al pueblo catalán hacia el abismo y alienta la rebelión en las propias calles”, afirmó en Madrid el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, tras reunirse con Rajoy.
Mensaje real, un recurso extraordinario
Los cinco mensajes extraordinarios del rey de España:
El intento de golpe de Estado el 23 de febrero de 1981:
El rey Juan Carlos apareció en televisión a la 1.23 de la madrugada del 24 de febrero y lanzó una advertencia a los golpistas.
“La Corona, símbolo de permanencia y unidad de la patria, no puede tolerar acciones o actitudes de personas que pretenden interrumpir por la fuerza el proceso democrático”, proclamó.
Los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004:
De pie y emocionado, Juan Carlos se refirió a los atentados perpetrados por Al Qaeda en varios trenes de Madrid, los peores en suelo europeo con casi 200 muertos: “Un escenario de pesadilla se ha apoderado de todos los hogares españoles para mostrar la cara más cruel y asesina del terrorismo”, lamentó.
Muerte del ex presidente Adolfo Suárez el 23 de marzo de 2014:
El fallecimiento de un mito de la transición a la democracia en España motivó otro mensaje del rey.
Abdicación de Juan Carlos I el 2 de junio de 2014
Juan Carlos se dirigió a los españoles por última vez en un mensaje extraordinario para explicar su abdicación: “Quiero lo mejor para España, a la que he dedicado mi vida entera”.
Desafío soberanista en Cataluña tras el referéndum del 1 de octubre:
En su primer mensaje extraordinario, el rey Felipe VI advirtió ayer que España vive una situación de “extrema gravedad” por el desafío independentista en Cataluña y pidió que los poderes del Estado aseguren “el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones” frente a quienes pretenden “quebrar la unidad” del país.
Organizan marcha no secesionistas
Los catalanes no secesionistas se manifestarán el domingo en Barcelona en contra de la ruptura con España, una semana después del polémico referéndum que abrió las puertas a una declaración unilateral de independencia en la región.
La Sociedad Civil Catalana (SCC), principal asociación que defiende la permanencia de Cataluña en España, convocó ayer el acto para el domingo a mediodía con el lema “Prou! Recuperem el seny” (¡Basta! Recuperemos la sensatez).
“Ha llegado el momento de que la mayoría silenciosa que vive en Cataluña pueda salir a la calle para expresar de forma pacífica y cívica: sí a la convivencia, sí al pluralismo y sí a la solidaridad”, indica la convocatoria: “¡Basta de separar a los catalanes!”.
Algunas encuestas indican que más de la mitad de los catalanes rechazan la independencia, pero el polémico referendo de autodeterminación celebrado el domingo acabó con un triunfo del 90 por ciento a favor de la ruptura, según el recuento del Gobierno catalán.